MURCIA. Preguntas que muchos posiblemente nos hicimos entre 2021 y 2023 habitan en el nuevo libro de Rubén Fdez. El viñetista de Vila-real que lleva desde 2018 dando forma al 'Consultorio Random' de El Jueves, sabe encontrar el chiste, pero también la respuesta a muchos de los problemas que existen en la sociedad actual. Eso sí, en una balanza, no sabría el dibujante asegurar si hay más risas o reflexión en sus historietas, pero qué importa. Tras publicar Mundo en llamas, como así ha titulado al volumen que continúa a Preguntas frecuentes sobre el Siglo XXI, Fdez explica a Plaza cómo se cocinan sus viñetas. También, charlamos con el profesional de la nueva etapa que afronta El Jueves, la prensa escrita en general, así como el arte ante la irrupción de la Inteligencia Artificial.
-Has decidido titular la segunda entrega del 'Consultorio Random' como Mundo en llamas. Muy idóneo viendo quién protagoniza las viñetas y también viendo que los problemas de la sociedad no mejoran, ¿no?
-Es un juego de palabras claro. Y realmente el mundo está cada vez peor a todos los niveles. Hay varias guerras. La gente está como muy enfadada todo el rato por todo y cada vez se polarizan más hacia posturas de extrema derecha. De todo eso hablo en el libro, así que me pareció adecuado el título. Además, la gracia de Mundo en llamas es esa, que sea una llama.
-¿Y qué es lo que más le preocupa al lector? ¿Cuáles son esas preguntas que más se repiten?
-Pasa una cosa, que las preguntas me las he inventado. El formato de la serie es como un consultorio y realmente al principio de la serie, cuando empezó en 2018, sí que intenté que lo fuera, pero ocurría que la gente hacía preguntas de broma. En el programa de Berto y Buenafuente, Nadie Sabe Nada, también el público lanza preguntas y el 90% de ellas son coñas, pero en este caso esto funciona, porque ellos responden con una coña más gorda, pero en la serie el propósito era otro. Consistía en que la gente hacia preguntas en serio y yo las respondía de manera menos seria. Pero, esto no fue así, la gente hacía preguntas que no admitían respuestas porque eran chistes en sí mismas. Así que pasé a inventar mis propias historias. Aunque trato de que sean cuestiones perfectamente válidas para todos.