MURCIA. La noche de San Juan llega 'marcada' por la historia, los rituales de buena suerte y la leyenda. Son muchísimos los municipios de la Región en donde documentamos sucesos sobrenaturales como apariciones de damas blancas y espectros, que a lo largo de la noche más corta del año tienen unas pocas horas para compartir espacio con nosotros, los mortales.

Hemos de recordad que desde la antigüedad era un día clave en el año porque el “sol permanecía inmutable” (lo que significa solsticio) y era el momento en el que la luz comenzaba a ganar terreno a la oscuridad. La cultura cristiana relaciona con San Juan Bautista este momento del ciclo anual por varios motivos relacionados con su vida: su padre anunció su nacimiento encendiendo una hoguera en la puerta de su casa y el bautismo de Jesús. Estos dos elementos básicos de la existencia, el fuego y el agua, fueron esenciales en la religión pagana.

Daniel Serrano nos da buena cuenta de algunos de los ritos que se realizan en la Noche de San Juan, de los que destacamos aquellos que se venían realizando en Alcantarilla y en la zona de la huerta próxima a ella y que, posiblemente, si eres de esta localidad, hayas visto o te hayan contado alguno de estos rituales:

-Los jóvenes hacían hogueras y las saltaban durante siete veces y si no se quemaban ninguna de las veces su deseo se cumpliría ese año

-Las mujeres se lavaban la cara con el agua de una acequia, o de un cubo que dejaban en la calle durante toda la noche. No se podían secar y así se creían que realzaban su belleza

-Las personas solteras ponían una alcachofa de bajo de la almohada o de la cama. Por la mañana, si estaba abierta, significaba que se encontraría pareja durante el año

-Los niños y niñas que estaban enfermos o heridos se curaban pasándolos por la rama de una higuera. Intervenían tres personas que tenían que llamarse María, Juan y Pedro. La mujer pasaba al crío diciendo: "Tómalo Pedro, tómalo Juan, tómalo malo y dámelo bueno". Una vez pasado tres veces se quebraba la rama, se liaba con pelo de la mujer y se le echaba barro; si éste no recalaba a la rama se curaba.