Tras intentos fallidos de reforestación, las montañas de Cartagena miran al cielo con ansias de renacer. Entre ruinas que recuerdan viejas batallas y laderas castigadas por el tiempo, el proyecto de Galeras surge como la promesa de un pulmón verde duradero… siempre que esta vez la naturaleza reciba el mimo y el cuidado que merece, ¡y la ciudad también!
Buenas prácticas para reforestar
La captación de agua de niebla y rocío no es un invento reciente, sino prácticas con raíces milenarias. Ya eran utilizadas por los mesopotámicos y, en la Península Ibérica, durante los asedios a castillos. Hoy, estas técnicas ancestrales resurgen como soluciones sostenibles frente a la sequía y como apoyo a la reforestación.
El principio básico de la captación de agua de niebla consiste en instalar mallas verticales de polipropileno o polietileno de alta densidad que, al ser atravesadas por la niebla impulsada por el viento, condensan las microgotas en suspensión y las canalizan hacia depósitos de almacenamiento. Los sistemas más avanzados imitan la forma de las acículas de los pinos, logrando recolectar entre 5 y 20 litros de agua por metro cuadrado al día, cantidad suficiente para regar árboles jóvenes hasta que se puedan valer por sí mismos.
La captación de rocío, funciona con superficies de vidrio, metal o plásticos especiales. Por la noche, el enfriamiento condensa el vapor atmosférico en gotitas. Su rendimiento es menor —0,1 a 0,8 l/m²/noche— pero cada gota cuenta, especialmente en nuestro clima mediterráneo. La Universidad de Vigo ha llevado esta idea a otro nivel: con superficies microtexturizadas con láser, que condensan láminas continuas de agua sin gastar electricidad, ¡y multiplican por cinco la eficiencia de los sistemas tradicionales! Probado en París, ya tiene solicitud de patente europea. En Cartagena, estos captadores de rocío podrían conseguir hasta 180 l/m² al año.
Un sistema más sofisticado es el de los generadores de agua atmosférica (AWG). Estos equipos enfrían el aire, lo filtran y lo esterilizan, obteniendo agua potable. Suena como magia, ¿verdad? Funcionan bien en zonas con humedad media de 60–80 % como Galeras, pero su precio y mantenimiento hacen que, por ahora, sean más un lujo que una solución práctica para este proyecto.
Entre las técnicas sencillas e ingeniosas de riego sostenible destaca el método “Cocoon. Este dispositivo circular biodegradable, hecho de fibras vegetales y cartón reciclado, se entierra alrededor del plantón y se llena de agua una sola vez. Libera el líquido poco a poco, hidratando al árbol durante sus primeros meses, protegiendo el suelo y limitando la competencia de hierbas. Al año, desaparece por sí solo. En climas mediterráneos áridos, aumenta un 30 % la supervivencia frente a la plantación convencional.
La silvicultura no es nueva: en España se aplica desde mediados del siglo XIX y, desde los años 80, con un enfoque más ecológico. Busca preparar el suelo, elegir especies autóctonas, decidir densidades de plantación y podas tempranas, todo para prevenir la erosión y asegurar beneficios ecológicos y sociales. En Murcia, por ejemplo, ayuda a que el pino carrasco sea más resistente a sequías, incendios y plagas.
Reforestaciones en la Región de Murcia
La Región de Murcia presume de tener una de las mayores poblaciones de pino carrasco del Mediterráneo, con más de 248.000 hectáreas… ¡casi el 80 % de su bosque! Pero incluso estos bosques tienen villanos: sequías prolongadas, olas de calor y bichos perforadores que ponen a prueba la resistencia de los pinos. Se calcula que más de 359.500 ejemplares ya han sufrido la sequía, un 5,4 % del total. En los últimos 15 años se han impulsado numerosos proyectos de reforestación y restauración ambiental para devolver vida a los bosques y potenciar la biodiversidad. En la Comarca de Cartagena se han llevado a cabo varias iniciativas, aunque la información pública sobre criterios técnicos y resultados sigue siendo, digamos, algo escasa.
Dentro del Plan de Restauración Forestal y Ambiental de los montes del Ministerio de Defensa en Cartagena, junto con la CARM, se trabaja desde la década de 2010 en el monte nº 501, LA ALGAMECA. Esta zona —que incluye Monte Castillo de Galeras, Monte Cuartel Fajardo, Monte Algameca Chica, Monte Algameca Grande y La Parajola— cubre 94,45 hectáreas y tiene como misión reintroducir y reforzar la Tetraclinis articulata (sabina mora), especie en peligro de extinción en Europa, junto a otros árboles mediterráneos. Colectivos como CreeCT y ARBA aportan su granito de arena con acciones comunitarias, reposiciones tras sequías y plantaciones de arbolado y matorral mediterráneo, superando los 94.000 ejemplares. ¡Un verdadero ejército verde!
El proyecto europeo LIFE ADAPT-ALEPPO busca que nuestros pinos carrascos resistan el cambio climático. Sus estrategias incluyen tratamientos selvícolas eco-hidrológicos, diversificación con especies más resistentes a la aridez, fomento de la regeneración natural tras incendios y herramientas digitales para vigilar el estado de los árboles. En Murcia, se centra en zonas críticas como el Valle del Guadalentín, la Comarca del Noroeste y la Sierra del Segura, con un presupuesto de 348.539 €, de los cuales el 55 % proviene de la UE.
A pesar de los avances, Lorca ha mostrado que no todo es fácil: la mortalidad masiva de pinos —un 70 % según BosqueO2— recuerda que sequías, inviernos cálidos e insectos perforadores pueden debilitar los árboles. La alta densidad y la falta de renaturalización aceleran el decaimiento, dejando claro que es urgente revisar y reforzar las estrategias para proteger nuestros bosques frente a los desafíos ambientales.
El proyecto LIFE-TETRACLINIS-EUROPA se propuso mejorar la conservación y sostenibilidad de los bosques de Tetraclinis articulata (sabina mora), especie que en Europa solo sobrevive en Malta y las montañas de Cartagena. En nuestra comarca, se encontraban 8.455 árboles repartidos en 557 hectáreas, de los cuales un incendio en 2012 afectó al 59 %. Entre 2014 y 2019, coordinado por la CARM y con 1,5 millones de euros (casi el 70 % de la UE), se reforestaron 49,8 hectáreas con 25.420 árboles.
El proyecto FÉNIX, iniciado en 2016, se centró en La Muela, arrasada por un incendio en 2011 que quemó 65.000 m² de pinar de repoblación. La misión: crear un bosque biodiverso alrededor del ciprés de Cartagena. Durante la iniciativa, ARBA Cartagena plantó más de 3.000 árboles y arbustos, incluyendo encinas, madroños, lentiscos y cornicales, reforzando la resiliencia y la diversidad del ecosistema.
El proyecto del MONTE ATALAYA, fruto del convenio entre Fundación Repsol y el Ayuntamiento de Cartagena, bajo la dirección de Sylvestris, reforestó 17 hectáreas con 4.800 árboles: acebuches, sabina mora, higueras, pino carrasco y cipreses cartageneros. El plan incluía mantenimiento durante tres años y riego de asentamiento, para que los árboles jóvenes resistieran la sequía estival.
La restauración de la SIERRA MINERA DE CARTAGENA-LA UNIÓN, impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica, cubre 432 hectáreas y comenzó en noviembre de 2024, con una duración estimada de 18 meses. Se ha instalado riego por goteo y se han realizado trabajos de remediación del suelo, como estabilización de taludes y mejora del sustrato. En cuanto a la vegetación, contempla la plantación de especies autóctonas adaptadas al clima y al terreno, como pino carrasco, encina y lentisco.
El BOSQUE ROMANO DE CARTAGENA, financiado con fondos NextGenerationEU, busca renaturalizar 30 hectáreas degradadas creando un corredor verde con especies autóctonas. Lo promueve el Ayuntamiento con ARBA, ANSE y CETENMA. La estrategia incluye recogida de aguas pluviales, depósitos soterrados para riego por goteo y bombeo con energía solar.
Este septiembre, el Ayuntamiento anunció que presentará el proyecto MONTE DE GALERAS al programa europeo Horizon. La ambiciosa iniciativa prevé reforestar 90 hectáreas con especies autóctonas —pino carrasco, sabina mora, lentisco, coscoja y palmito— siguiendo el modelo del Bosque Romano por lo que también se instalarán sistemas de recogida de lluvia y riego por goteo. Actualmente, el proyecto está en fase de diseño, bajo la dirección técnica de ARBA y la colaboración de ANSE. El objetivo es claro y esperanzador: crear un gran pulmón verde junto a la ciudad, un espacio para pasear, respirar aire puro y reencontrarse con la naturaleza sin salir de Cartagena.
Proyectos exitosos de reforestación en España y Portugal
En nuestra región y gran parte de España, las experiencias de reforestación de grandes áreas montañosas que combinen captación de aguas pluviales y energía fotovoltaica para riego, aún son escasas, como propone el proyecto del Monte de Galeras, son aún escasas. Por eso, en zonas semiáridas como la nuestra es prudente un estudio técnico-económico que asegure la supervivencia de los árboles en sus primeros años, evitando sobrecostes y errores previos.
Un ejemplo inspirador es el proyecto europeo LIFE NIEBLAS (2020-2024), basado en la captación de niebla, que demostró su eficacia en Gran Canaria, Cataluña y Portugal, llevando agua a lugares complejos y favoreciendo la reforestación sostenible. Incluso la UPCT se ha implicado con estudios sobre la viabilidad para la Región de Murcia.
En el barranco del Andén, Gran Canaria, 40 colectores en forma de “peine” captan agua de niebla de manera muy eficaz, superando a las mallas tradicionales y logrando hasta 250 litros/m² al mes. Se reforestaron 35,8 ha con 15.000 árboles de laurisilva, como madroño canario y brezo, alcanzando una supervivencia del 86 %, que sube al 90 % con el sistema “Cocoon”, que hidrata a los plantones durante su primer año. El riego es autónomo, sin electricidad ni emisiones de CO₂: el agua se almacena en cinco depósitos de 200.000 litros y se distribuye por gravedad, mientras un bombeo solar cubre desniveles de más de 100 metros. Con un coste de 2,2 millones de euros (55 % UE), el proyecto demuestra que colectores eficientes pueden llevar agua a zonas complejas.
Life Nieblas también llegó a Cataluña, en la cantera del Garraf, Sitges. Allí se instalaron captadores de niebla y rocío inspirados en la experiencia canaria. Con alta humedad y rocío nocturno, se reforestó con arbustos y árboles mediterráneos. Los investigadores mejoraron la protección de los plantones con tela de polietileno, aumentando la eficiencia individual. La reforestación fue un “éxito rotundo”, demostrando que la niebla puede devolver vida al bosque.
En Portugal, entre 2021 y 2024, Life Nieblas plantó 6.000 árboles autóctonos —robles albariño, melojo y alcornoque— en 10 hectáreas de Carregal do Sal y Vouzela. Cinco captadores con mallas metálicas y mosquiteras recogieron 45-63 m³ de agua al año, almacenados en tanques de 5.000 litros. Además, el sistema “Cocoon”, con anillos biodegradables de 30 litros, hidrató cada árbol durante su primer año. La supervivencia alcanzó el 90,6 %, muy superior a la reforestación tradicional. La inversión total fue de 2,25 millones de euros, cofinanciada por la UE, demostrando que la niebla y la innovación pueden revivir incluso los terrenos más desafiantes.

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Evaluación de resultados de reforestaciones
¿Quién sobrevive y quién no en el mundo de los árboles recién plantados? La tasa de supervivencia es uno de los indicadores estrella para medir el éxito de cualquier reforestación. Aunque no existe un estándar universal, en proyectos mediterráneos, como los de Cartagena, se manejan estas referencias: Fracaso <50 %, Deficiente 50–65 %, Aceptable 65–80 % y Éxito claro >80 %.
Entre los ejemplos más brillantes encontramos el barranco del Andén en Gran Canaria, la cantera del Garraf en Cataluña y los proyectos en Portugal. Todos comparten un secreto: captadores de niebla/rocío que alimentan a los plantones con agua cuando más lo necesitan.
En Cartagena, solo parcelas concretas del Monte Atalaya o algunas iniciativas municipales con riego intensivo logran este estatus de “Éxito claro”. Otras áreas de esos proyectos se quedan en la categoría “Aceptable”, mientras que zonas como la Sierra Minera y La Muela han mostrado o mostrarán —si no estabilizan los suelos de estériles a tiempo— mortalidades altas al tercer año, situándose en niveles de “Deficiente o Fracaso”.
Necesidad de una buena gestión forestal
Los bosques de Cartagena viven tiempos difíciles: sequías prolongadas, olas de calor, lluvias torrenciales que arrastran el suelo fértil, pérdida de nutrientes, plagas y un riesgo creciente de incendios. La pregunta es inevitable: ¿cómo gestionarlo? Existe un consenso global para dar la respuesta: la aplicación de buenas prácticas de gestión forestal es esencial para conservar los bosques y asegurar su resistencia y resiliencia frente a sequías, incendios, plagas y cambio climático.
En la práctica, el factor decisivo para el éxito de una reforestación es el agua en los primeros dos o tres años. Sin riego de apoyo, la mortalidad de plantones se dispara. Aquí entra la tecnología: sistemas de captación pasiva de rocío, complementados por dispositivos de liberación lenta de agua como el “Cocoon”, han demostrado su eficacia en climas áridos. Sin embargo, en Cartagena su uso sigue siendo limitado, pese a que el litoral ofrece condiciones propicias para aceptables rendimientos.
La gestión forestal también pasa por elegir con cuidado las especies a plantar. Hasta ahora, las autóctonas se llevaban la palma: su longevidad y “experiencia sobre el terreno” las hacían las favoritas de los expertos. Pero la enorme devastación causada por los incendios forestales en España y Europa ha empezado a cambiar las reglas del juego. Por eso, muchos especialistas recomiendan reducir las plantaciones de coníferas muy inflamables, como el pino carrasco o la sabina mora, y apostar por caducifolias más resistentes al fuego, como encinas o alcornoques. Esta transición ya está en marcha en Francia, Alemania, Portugal, Reino Unido y varias comunidades españolas, demostrando que los bosques también saben adaptarse… ¡y nosotros con ellos!
Otro pilar son los tratamientos de silvicultura: clareos y podas que den luz y espacio a los árboles, eliminación de matorral y ejemplares enfermos para frenar plagas y reducir combustible ante incendios, replantaciones, protección del suelo frente a erosión, medidas contra herbívoros y creación de cortafuegos. En la Sierra Minera, la revegetación requiere además estabilizar suelos contaminados por metales pesados.
En Cartagena, la Mesa de la Reforestación, creada en 2017, buscaba coordinar asociaciones, partidos e instituciones. Pero lleva casi tres años sin convocarse, mientras los bosques del sur regional se secan. El Gobierno autonómico admite que, incluso con lluvias, muchos árboles no podrán recuperarse.
Los Ayuntamientos tienen un papel clave en los proyectos de reforestación ya que, entre otras obligaciones, son responsables de que el diseño del mismo se haya definido bien (especies elegidas, densidad de plantación, sistema de riego seleccionado, etc.), supervisar la ejecución (verificando que se cumple el pliego técnico), la aceptación final y finalmente rendir cuentas a la población sobre los resultados y beneficios obtenidos del proyecto.
Aprender de los errores es fundamental en toda buena gestión forestal. En 2011, en Fajardo y Galeras, se plantaron 3.000 ejemplares de Tetraclinis articulata, pero apenas sobrevivieron diez. Plantar fuera de temporada y olvidar el riego selló su destino. La lección es nítida: una reforestación exitosa no se limita a clavar árboles en el suelo; exige planificación técnica, compromiso comunitario y cuidados constantes. Sin esos pilares, la esperanza y la confianza de los ciudadanos se marchitan tan rápido como los brotes más frágiles, recordándonos que la naturaleza solo recompensa la paciencia y el respeto.