Hoy, miércoles 26, en el CEO CONGRESS: un espejo intergeneracional. Hoy estoy con ellas en el CEO CONGRESS, donde la Cátedra participa como entidad colaboradora, y siento algo que pocas veces ocurre: nos entendemos.
Ellas me dicen —con la naturalidad que da la juventud— que cuando sean mayores les gustaría ser como yo. Y yo sonrío pensando en “lo de mayores”… la poca gracia que me hace (jajaja). Pero les respondo lo que realmente siento: "Yo quisiera estar donde vosotras: con esa ilusión limpia, ese reto abierto, esa valentía para decir lo que pensáis sin miedo".
Porque es cierto: ellas admiran nuestro camino, y nosotras admiramos su punto de partida.
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El Club Junior: donde no se domestica a los jóvenes, se aprende de ellos.
Cada mes lo vivo igual:
1. La autoridad se gana por ejemplo, no por antigüedad. Si no ven coherencia, no siguen.
2. El compromiso nace de la inspiración. No de un cargo ni de un organigrama.
3. Si les das espacio, avanzan más rápido que nadie. Tienen talento, velocidad y criterio emocional.
4. La sinceridad es su lenguaje. No es brusquedad: es honestidad.
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Una generación que exige claridad. Han crecido en el ruido, en la comparación constante, en un mundo que cambia antes de que puedan entenderlo.
Por eso:
– no compran discursos vacíos,
– no toleran la incoherencia,
– no creen en la autoridad sin propósito,
– y no quieren que “los entendamos”: quieren que los escuchemos.
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Desaprender para integrarlos
Las empresas que mejor trabajan con talento joven ya lo saben: no basta con atraerlos. Hay que merecerlos. Hay que acompañarlos, darles responsabilidad real, enseñarles criterio… y dejarse enseñar también.
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Conclusión: el futuro no es joven ni adulto. Es compartido. Lo que dijo la presidenta del Club Junior —“no sabéis comunicarlo”— no iba de vino. Iba de cultura, de liderazgo, de generaciones.
Hoy, en el CEO CONGRESS, mientras las escucho, lo tengo claro: ellas creen que quieren ser como yo cuando sean mayores; yo —aunque no lo diga muy alto— querría tener un poco de su valentía, de su ilusión y de su forma de mirar el mundo sin miedo.
Y quizá ahí esté el secreto de la alianza generacional: que cada una quiere un fragmento del futuro de la otra. El liderazgo que viene no es vertical ni horizontal: es intergeneracional, curioso, humilde. Y, sobre todo, es compartido.
Isabel Martínez Conesa
Catedrática de la Universidad de Murcia y directora de la Cátedra de Mujer Empresaria y Directiva