MURCIA. El pueblo gitano conmemora este año 600 desde su llegada a España, una trayectoria en la que ha dejado una profunda marca en la cultura, la sociedad y el lenguaje del país. En esta comunidad las mujeres han logrado poco a poco romper estereotipos y posicionarse frente a las desigualdades. Sin embargo, en pleno siglo XXI, las connotaciones negativas y los prejuicios siguen existiendo sobre ellas, que se enfrentan además de la desigualdad de género, a la discriminaciones que vienen dadas por "pertenecer a una de las minorías étnicas estereotipadas de toda la Unión Europea". Así lo aseguran desde la Fundación Secretariado Gitano, donde luchan por la igualdad de la comunidad y también por la inclusión de la mujer.
Aunque haya pasado una semana del Día de la Mujer, sigue siendo necesario mostrar la batalla diaria que luchan estas mujeres por lograr la igualdad. Por ello Murcia Plaza ha hablado con dos mujeres gitanas del Secretariado, para conocer su opinión sobre su lucha y conocer su trayectoria profesional. Se trata de Sara Cortés, directora autónomica de Fundación Secretariado Gitano, y Nerea Rodríguez, técnica de igualdad en el programa 'Cali', quienes ponen rostro y voz a la nueva realidad que derriba los prejuicios y estereotipos que todavía pesan sobre las mujeres gitanas.
"Las mujeres gitanas luchamos continuamente para que los estereotipos no nos limiten, y no nos sigan encasillando en roles tradicionales que limiten nuestro desarrollo profesional", explica Nerea. Asegura que la imagen estereotipada que les persigue les frena también laboralmente, ya que se enfrentan a una triple discriminación: "por ser mujeres en una sociedad patriarcal, por ser gitanas y pertenecer a una de las minorías étnicas más estereotipadas de toda la Unión Europea y a todo esto se añade un conjunto de desigualdades de índole socioeconomica", asegura.
A estas desigualdades se ha enfrentado Sara Cortés alcanzar una posicion de liderazo, pues asegura que las mujeres gitanas no solo se enfrentan a un techo de cristal, sino también a un llamado "suelo pegajoso" que no les deja despegar ni prosperar: "En ese suelo he encontrado roles de género que además de encasillarme, han limitado mis oportunidades de avance en mi carrera profesional", subraya.
Aunque la barrera más grande a la que se ha enfrentado ha sido la de luchar contra los prejuicios de los demás: "La falta de expectativas y proyección hacia mi talento por parte de terceros ha estado muy presente en mi historia, teniendo que demostrar constantemente mi propia valía", lamenta la directora de la Fundación. Frente a las críticas, Sara ha utilizado la perserverancia y la seguridad como arma para luchar contra estos estereotipos, así como la red de apoyo de muejeres gitanas y no gitanas que han arropaso su camino, convirtiéndose en "claves para que las mujeres gitanas logren alcanzar posiciones de liderazgo".
Para alcanzar su puesto actual Sara reconoce que ha tenido que romper estereotipos sociales "sociales y de género", ya que asegura que "el camino hacia un puesto directo siendo mujer es un desafío, pero siendo mujer y además gitana, es todo un reto", aunque asegura que las mujeres en general "siguen teniendo un camino lleno de barreras para alcanzar puesto de líderazgo, en cualquier esfera, ya sea política, económica, empresarial, etc. En definitiva, un techo de cristal que parece olvidar nuestras habilidades, experiencias y competencias para asumir liderazgos en cualquier campo", lamenta.