MURCIA. Se celebró por las sinuosas y caprichosas calles de Torreagüera la castiza suelta de vaquillas, que un año más congregó a gentes venidas desde todos los puntos de nuestra Región. En el municipio de Murcia este tipo de eventos tienen su origen en la Edad Media, en particular para celebrar la festividad del Corpus por aquellos años, y ha perdurado hasta nuestros días.
Esta pedanía murciana es la única que hasta el momento la sigue manteniendo. Las peñas festeras, como cada año siguen proliferando, dieron su toque festivo antes, durante y después del festejo. Tras la llegada de las reinas de las fiestas, sonó el cohete que anunció la salida desde los corrales a las pintorescas calles, de la primera res, de las tres que tomarian partido en la tradicional fiesta y que pertenecían a la ganadería Castillo de Azuel.
La festividad llegó a su fin con varios revolcones sin consecuencias y cuatro heridos leves por asta, resaltando el buen hacer del director de lidia Alberto López "El niño del Barrio" y la Comisión Taurina de Festejos, la Comisión de Fiestas y Junta Municipal, organizadores de esta tradicional y única fiesta en la ciudad de Murcia.
El broche final a las fiestas patronales lo pondría el desfile de comparsas y peñas, y la centenaria procesión con las imágenes del Stmo. Cristo del Valle y la Virgen del Rosario, envueltos entre las luces y el estruendo de ruedas pirotécnicas y el castillo de fuegos artificiales.