MURCIA (EFE).  La retirada de los elementos de fibrocemento de la cubierta del mercado de Verónicas se hará extrayendo los materiales desde dentro del edificio, lo que hará compatible esa fase de las obras de rehabilitación de la plaza de abastos con mantener abiertos los puestos.

Así lo ha anunciado este lunes el alcalde de Murcia, José Ballesta, durante una visita a las obras de recuperación que se están llevando a cabo desde mediados del mes de diciembre y que se prolongarán hasta finales de septiembre o principios de octubre.

Los trabajos están afectando en esta fase a las fachadas del inmueble y al piso superior, por lo que todos los placeros están actualmente operando en la planta baja del histórico inmueble, construido en torno a 1915.

La previsión inicial es que el mercado tendría que cerrar a lo largo del mes de agosto para llevar a cabo la retirada del amianto que hay en las cubiertas para garantizar la seguridad de comerciantes y clientes, sin embargo, y a petición de los placeros, se ha desarrollado un plan de trabajo alternativo, en coordinación con la Dirección General de Trabajo de la comunidad autónoma, para evitar el cierre del mercado, ha indicado el concejal de Comercio, Jesús Pacheco.

Este plan alternativo prevé la retirada de los elementos tóxicos desde dentro del propio inmueble, lo que facilita y agiliza el trabajo, y ha recibido el informe favorable de la comunidad autónoma, por lo que los trabajos arrancarán sin necesidad de cerrar la planta baja del mercado.

Las obras, ha detallado, siguen el curso previsto y se han retirado ya buena parte de los materiales con los que se cubrieron las paredes originales, de ladrillo y piedra vista, que recuperarán ahora su estética original.

También se dejarán visibles las cerchas de la cubierta, a la que se va a dotar de un sistema de aislamiento térmico, al igual que las fachadas, garantizando el mejor aprovechamiento energético.

Además, se recuperarán diversos elementos originales de la fachada, en un esfuerzo por la recuperación patrimonial del edificio, que históricamente siempre ha sido un punto de comercio del que hay referencias documentales de los siglos XIII y XIV.

Las obras supondrán una inversión de 3,71 millones de euros financiados en un 80 por ciento con fondos europeos Next Generation, y una vez concluida esta fase, habrá que abordar una segunda para completar la reforma integral de la plaza, que pasa por eliminar la planta superior, que fue añadida en una de las reformas del mercado.

Así, el mercado recuperará el aspecto con el que lo diseñó a comienzos del siglo XX el arquitecto Pedro Cerdán, que lo proyectó con una planta única desde la que se podía visualizar la estructura de las cerchas de la cubierta, el lucernario longitudinal que hay en ella y las celosías semicirculares de las fachadas norte y sur.

La última reforma de este edificio singular de corte modernista tuvo lugar en 1975 para ampliar su interior añadiendo la actual entreplanta, que no modificó las fachadas originales, pero sí eliminó la visión original del espacio interior diáfano y eliminó la ventilación natural a través de las celosías de las fachadas norte y sur, que fueron cegadas.