MADRID (EP). Los españoles destinaron un 14% menos de su renta a la compra de productos de alimentación y gran consumo con grandes diferencias entre la compra física (13%) y la 'online' (41%), según los datos del VIII Observatorio de Comercio Electrónico en Alimentación, realizado por la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).
En concreto, el análisis del gasto en alimentación apuntan a una 'conducta de ahorro' por parte del consumidor. Así, la frecuencia de compra aumenta una media del 14,8%, destacando los 'offliners', que van 65 veces al año a hacer la compra (algo más de una vez por semana).
Por su parte, el gasto por carro desciende una media del 15,9%, mientras que el gasto total decrece un 22% en el caso de los 'onliners' puros y solo se incrementa un 2% en los 'offliners'.
El informe confirma la tendencia ya observada el año pasado de una vuelta a la tienda física como una manera de controlar el gasto, pero también como un respaldo del consumidor al valor de la proximidad. Dentro de los tres grupos analizados, la compra 'offline' sube cinco puntos porcentuales (frente a los 7 puntos de 2023); la mixta –omnicanal- pierde casi 5 puntos (frente a los 6 puntos del año anterior); y la de sólo 'online' se mantiene estable.
De esta forma y pasada la pandemia, que impulsó las compras por Internet, los consumidores regresan al canal físico por el precio, la cercanía (51%), surtido, calidad y confianza (30%). Así, un 21% de los consumidores que ha probado el canal 'online' afirma que ha dejado de hacerlo o lo hará muy pronto.
Los fieles al comercio electrónico en alimentación buscan, sobre todo, conveniencia, lo que responde a un tipo de consumidor, caracterizado por un alto poder adquisitivo y un estilo de vida urbano.
Se deja de comer carne y pescado para ahorrar en alimentación
El estudio muestra también las diferentes estrategias de ahorro que han puesto en marcha los consumidores en un año todavía marcado por la crisis de costes en alimentación y la inflación. Así, se observan cambios de hábitos en los productos frescos, ya que el 19% de los encuestados ha sustituido ciertos tipos de carnes por otras de menor valor.