A las 12.33 horas de este lunes, la luz se fue. El suministro de electricidad se interrumpió de forma generalizada y dejó a toda la Península Ibérica sumida en el caos y la incertidumbre. Un repentino apagón sin precedentes en todo el país paralizó la actividad en comercios e industrias y obligó a hospitales a tirar de generadores eléctricos propios, a Renfe a suspender el servicio de trenes y a la DGT a pedir a la ciudadanía que evite la circulación en la medida de lo posible. 

Hay gente atrapada en ascensores. Los semáforos no funcionan. El metro no circula. E Internet transmite a cuentagotas. No es un fallo puntual, sino un problema generalizado cuya situación se prolonga. El apagón ha dejado a España sin electricidad, a toda menos sus islas, Canarias y Baleares, que se han librado, aunque sus servicios de telefonía se han resentido. Portugal y el sur de Francia también se han visto afectadas.

El Gobierno de España ha creado un gabinete de crisis mientras Red Eléctrica analiza las causas del apagón. Red Eléctrica, que está investigando el motivo de esta desconexión, calcula que pueden tardar entre seis y diez horas, aunque en el sur y el norte de España ya hay casos de restablecimiento de la conexión. 

Tanto el Gobierno de España como el de Portugal investigan contrarreloj las causas. El presidente español, Pedro Sánchez, tiene previsto comparecer en una rueda de prensa.

El día avanza y España se funde en negro.