MURCIA. Isa, como la llamábamos los amigos, nos ha dejado súbitamente en la plenitud de la vida. El domingo la noticia nos sobrecogió y entristeció, no podíamos creer lo que nos decían. Isa se nos iba. Cuántas ilusiones y esperanzas truncadas por el destino que fatalmente la ha marcado.

"Un ángel se nos ha ido y ahora desde el cielo, junto a su padre, seguirá velando por nosotros"

Tuve el privilegio de conocerla cuando se incorporó como vocal a la Junta de Distrito Este. Formó parte de un grupo de jóvenes que sentía el compromiso por su municipio y por el servicio a los demás, altruistas, desinteresados, alegres y dinámicos. Siempre dispuestos a ayudar con ilusión y tenacidad. Combinando los estudios con su vocación política, Isa destacaba porque era una persona que buscaba unir y no separar, que siempre veía el lado bueno de las cosas.

Apasionada, dialogante, fiel, leal, cariñosa y siempre respetando las ideas de los demás. Amante de Murcia, de nuestras tradiciones y costumbres, no se perdía acontecimiento cultural o lúdico para estar con su gente. Su barrio de Vistabella lo llevaba en el corazón, al igual que a su familia, que hoy está entristecida por esta irreparable pérdida.

En los últimos años tuvo que superar muchas dificultades y la tristeza por la pérdida, en poco tiempo, de su padre y de su abuela. Sin embargo, sus ganas de vivir le daban fortaleza para hacer frente a los contratiempos y nos dada diariamente una lección de superación.