MURCIA. Justo un día como ayer, en pleno shabat, una matanza terrorista golpeaba Israel. El grupo terrorista Hamás mataba a más de 1.200 personas en territorio israelí. La mayoría de las víctimas mortales eran civiles: 815 de las 1.195 asesinadas; 40 de ellos eran niños, según las cifras oficiales. Todo cambió aquel día. El eterno conflicto de Oriente Próximo mutaba en una escalada de violencia que amenaza con convertirse en una guerra internacional y que, sobre todo, ha causado un ingente sufrimiento humano.
El 7 de octubre queda ya como una fecha para la historia. En el día de la efeméride, ciudades como Murcia han acogido concentraciones en memoria de las víctimas de la matanza. En todo este tiempo de dolor también se han celebrado manifestaciones en contra del Gobierno de Israel, con una decena de protestas en la capital del Segura. No en vano han muerto casi 42.000 palestinos (más de 15.000 niños).
Esta vez fue la asociación cultural Asami (Asociación de Amistad Murcia Israel) quien convocó en la tarde de este lunes un acto pacífico en la Plaza de Santo Domingo para recordar a las víctimas del "salvaje ataque terrorista" y honrar su memoria. Los asistentes también exigieron la liberación de los más de 100 rehenes que siguen secuestrados y, sobre todo, pidieron "la paz en Israel".
Minuto de silencio
Decenas de personas acudieron a la concentración. Los asistentes reconocían que es un día "difícil" para encontrar "las palabras justas que expresen el dolor de un pueblo que ha sufrido durante miles de años". Como decía una representante de la comunidad judía de Murcia, "hoy nos reunimos aquí con una profunda tristeza y un vacío imposible de llenar, conmemorando la masacre perpetrada el 7 de octubre, un día que marca un año de dolor y pérdida". Hubo además un minuto de silencio en homenaje a los fallecidos.
También recordaron que Hamás secuestró a 300 personas, de las que 101 aún permanecen cautivas hoy. "Ha pasado un año devastador para cientos de familias que, aún hoy, viven en la incertidumbre, sin noticias de sus seres queridos. Cada noche se vuelve interminable, llena de desvelos, oraciones susurradas al cielo, súplicas desesperadas y llantos ahogados en el silencio de una espera que parece eterna", lamentaron.