MURCIA. Tras más de un año recibiendo ofertas, la empresa caravaqueña Marín Giménez ha acabado decidiendo unir sus caminos con el fondo de inversión británico Sunridge, especializado en el sector agroalimentario, y afrontar el reto de comenzar una nueva etapa del negocio donde el control de la compañía estará dividido entre este nuevo accionista y los miembros de la familia propietaria.
De hecho, la familia Marín, fundadores de la empresa, ha escogido este vehículo inversor por encima de otros competidores precisamente por ser un fondo más pequeño que otros del mercado, lo que hace que tenga un tamaño más abordable y sea más sencillo trabajar con agilidad y reactividad a la hora de tomar decisiones, según explican fuentes de la firma en conversaciones con Murcia Plaza.
Además, también mantiene una propuesta de futuro y de estabilidad, uno de los mayores objetivos que se perseguían con esta operación, pues ahora la empresa cuenta con mayor solvencia a la hora de afrontar los retos y crisis que puedan generarse dentro del mercado, es decir, ser "más fuertes y menos vulnerables".
Asimismo, otra de las intenciones es lograr un mayor músculo financiero para abordar el crecimiento y la diversificación, lo que supone dar otro salto en innovación para mejorar sus procesos productivos, además de ampliar su gama de productos y explorar otros mercados.
En este sentido, también Sunridge tendrá mucho que aportar, pues se trata de un fondo con presencia internacional en lugares que son los señalados como prioritarios por la dirección de la compañía caravaqueña, como Europa y América del Norte. Al mismo tiempo, está especializado en e sector agroalimentario, lo que facilita tanto las sinergias como el entendimiento.
La familia mantiene una fuerte presencia en el accionariado
Cabe recordar que la familia Marín continuará al frente de la compañía y conserva una fuerte presencia en el accionariado. En la nueva estructura de gobierno y gestión, Francisco Marín figura como presidente del consejo de administración, mientras que su hermano Antonio continúa como consejero delegado.
No obstante, lo cierto es que el fondo también estará representado en este órgano, y el control de la compañía será compartido. Pese a todo, el equipo directivo se mantendrá sin ninguna variación.
Así pues, la mercantil está trabajando en un plan de negocio para los próximos años que incluya los cambios que traerá este nuevo socio, y está definiendo una hoja de ruta para los primeros 100 días de alianza.
Fundada hace 70 años, Marín Giménez ocupa una posición destacada en el mercado internacional de frutas y verduras procesadas en el negocio B2B, y opera con clientes en los sectores de lácteos, helados, bebidas, confituras, postres y alimentos infantiles.
La compañía ha mantenido una facturación media de 60 millones de euros, mientras que el Ebitda ha logrado escalar hasta superar los 8 millones de euros. En este sentido, destaca el peso de su capacidad exportadora, pues el comercio internacional supone el 80% de sus ventas totales, con contactos con alrededor de 50 países.
La firma dispone de unas instalaciones capaces de realizar tanto el procesamiento primario de frutas y hortalizas en formatos asépticos como la producción de mezclas y preparados de frutas con alto valor añadido, como son purés, concentrados, dados, rodajas, preparados de frutas y mezclas personalizadas. Para ello, cuenta con centros operativos en Moratalla, Caravaca, Cehegín y Moguer.