MURCIA. Una inyección de autoestima porque "estamos muy vivos". Ese es el mensaje que quiso trasladar Edmundo Bal (Huelva, 1967) al centenar de fieles de Ciudadanos, entre cargos y militantes, que se dieron cita este sábado en el Cuartel de Artillería de Murcia para celebrar la primera convención autonómica del partido en la Región. El vicesecretario general y portavoz nacional de los naranjas, considerado el 'número dos' de Inés Arrimadas, aprovechó también su visita a Murcia para revelar sus lazos con la capital del Segura. "Tengo muy buena relación con el senador Miguel Sánchez, que está brillando como portavoz en el Senado", cuenta en una entrevista con Murcia Plaza. Bal cree que su partido será "decisivo" a pesar de los últimos varapalos electorales y niega la mayor, aquella que augura su desaparición en los próximos años. Al contrario: "No estamos deprimidos, sino que tenemos mucha ilusión. Somos currantes, somos empollones y nunca nos rendimos".
-Ha terminado su discurso en Murcia arengando a los suyos con un símil deportivo: "En Ciudadanos salimos a ganar como Rafa Nadal, pero ahora nos guiamos por Carlos Alcaraz".
-A mí siempre me ha gustado el tenis y siempre decíamos que gobernábamos como Nadal, porque no abandonamos nunca, superamos todos los obstáculos... Y ahora uso el símil de Alcaraz porque me gusta mucho lo que le decía su abuelo cuando entrenaba: "Corazón, cerebro y cojones". Esos son los valores del partido. Así encaramos nuestro futuro. Estamos muy ilusionados. Somos gente vehemente y apasionada. No nos dejamos llevar por una política de tripas, de venganzas ni de inquinas; lo hacemos con la cabeza. Y somos valientes, lanzamos los mensajes que creemos que son correctos, aunque luego nos critiquen. Por eso nos define mucho la frase del abuelo de Alcaraz.
-¿Qué ha palpado en su visita a Murcia? ¿Cómo ve al partido?
-Vengo muchas veces a Murcia, la conozco y tengo muy buenos amigos. Veo a mis compañeros con muchas ganas de salir adelante. La gente por la calle me dice: señor, no se desanime usted. Parece que piensan que estamos deprimidos. Y no, eso no es así. Y se ve en esta convención de Ciudadanos en Murcia. Tenemos muchas ganas de trabajar y nos marcamos como objetivo ampliar nuestro horizonte electoral para ser decisivos. Para que luego el PSOE no diga que sólo puede gobernar con Podemos y Esquerra Republicana. No, hombre: el PSOE puede gobernar con Ciudadanos y PP, para que gobernemos dentro del arco central político. Y también para decirle al PP que no gobierne con Vox.
"La moción de censura se diseñó defectuosamente, pero había causas suficientes para plantearla"
-Sin embargo, la tendencia electoral de Ciudadanos es negativa, con malos resultados en las últimas elecciones. ¿Qué está haciendo el partido para revertir esa situación?
-Desde hace un año hemos tenido mucho asesoramiento y mucho contacto con los liberales europeos. Especialmente con los liberales alemanes. David Henneberger, de hecho, ha participado también en la convención de Murcia. Nos ayudaron a entender que a ellos les pasó lo mismo, igual que a los liberales irlandeses y austriacos. Y les hacemos caso: hace un año organizamos una convención para escuchar a toda la militancia y nos fijamos una red de objetivos concretos. Sobre todo empezamos a escuchar a los jóvenes de nuestro partido, algo de lo que me siento muy orgulloso. Ciudadanos es el único partido liberal, por mucho que otros quieran apropiarse de la etiqueta. Y ahora vamos a hacer un plan de aquí a dos o tres años para escuchar a las bases y proponer soluciones. Y a partir de ahí lanzamos el proyecto de renovación con mucha ilusión y mucha unidad; todos estamos unidos como una piña.
-¿Pero tienen en cuenta sus votos en las elecciones más recientes?
-Tenemos en cuenta los hitos electorales. Yo no llegué al 5% de la barrera en Madrid, cuya ley electoral trata de fomentar el bipartidismo, añorado por el PP y el PSOE. Pero con ese resultado en Cataluña sí habría obtenido representación y estaría en el Parlamento. Y posiblemente habría sido decisivo en Madrid de haber cambiado ese límite. En Castila y León, con los votos de Valladolid obtendríamos un diputado en las elecciones generales, que ahora mismo no tenemos a nadie, y tendríamos representación en cinco de los grandes ayuntamientos.