MURCIA. La pedanía murciana de El Palmar volvió a disfrutar con el espectáculo de su vecino más ilustre y reconocido a nivel mundial, el tenista Carlos Alcaraz Garfia, cuyas evoluciones en la final del Abierto de Estados Unidos fueron seguidas por centenares de personas en su pueblo, donde se vivió con intensidad su victoria y se celebró el título y también el asalto al número 1 de la ATP.
Contentos para terminar la semana cerca de la medianoche del domingo en España y tremendamente orgullosos, quienes se dieron cita en la calle Pintor Pedro Cano, donde se habilitaron 800 sillas, para seguir en pantallas gigantes la final disputada en la pista Arthur Ashe, la central de Flushing Meadows, dieron por muy bien empleada la tarde y parte de la noche viendo tenis de forma conjunta. Apretaron el puño con Carlos, aunque estuvieran a miles de kilómetros de distancia, cada vez que el palmareño lo hacía en Nueva York y estallaron de júbilo cuando alzó el trofeo después de cerca de tres horas de esfuerzo, aunque no de tanto padecer. El 6-2, 3-6, 6-1 y 6-4 dio paso al estallido de satisfacción.
De hecho, fue una final mucho menos sufrida que, por ejemplo, la que venció también frente a Sinner en Roland Garros hace tres meses pero el sentimiento fue el mismo y que también se dio, por ejemplo, en la derrota contra el italiano en Wimbledon el pasado mes de julio. También en esas dos oportunidades hubo pantallas gigantes igualmente por iniciativa del Ayuntamiento de Murcia y la junta municipal de la pedanía.
En El Palmar, como en Murcia y en España, se presume por admirar a un campeón como Carlos Alcaraz, que lo es por sus resultados y por su comportamiento y por ello no extraña que cada vez que un gran título está en juego con él presente los de aquí se junten para animarle por lejos que la pelota ruede.