MURCIA. Un tremendo susto que hizo pensar en que podía haber acabado la temporada para él y luego una victoria solvente. Carlos Alcaraz Garfia, quien se torció el tobillo izquierdo cuando se llegó a temer que tenía algo mucho más serio, se sobrepuso para ganar al argentino Sebastián Báez por 6-4 y 6-2 en un partido de la primera ronda del ATP 500 de Tokio que duró 1 hora y 45 minutos incluyendo el tiempo que estuvo parado el encuentro primero por esa incidencia y más tarde por la lluvia. En la segunda ronda jugará el sábado frente al belga Zizou Bergs.
El murciano busca consolidar su condición de número 1 del mundo ganando su vigésimo cuarto título como profesional, que sería el octavo de este año, y reforzado por su impresionante trayectoria en los últimos torneos individuales disputados -seis títulos de siete posibles (Montecarlo, Roma, Roland Garros, Queen's, Cincinnati y US Open) perdiendo sólo el de Wimbledon en la final ante el italiano Jannik Sinner-.
Alcaraz, estrenando el liderato de la ATP con puntos en juego -ya lo hizo en la Copa Laver pero sin computar para el ranking internacional-, se presentó en la capital de Japón con uniforme granate y camiseta sin mangas. Tras vestirse de samurái a su llegada al país del sol naciente y de haber sido subcampeón en San Francisco con el equipo de Europa cayendo por 15-9 ante el del resto del mundo, jugaba por primera vez en este torneo y en esta nación. Renunció a competir en Pekín tras haber ganado el torneo en la capital de China en 2024 para este año iniciar la gira asiática en la pista rápida nipona.
Enfrente tenía a un rival al que se medía por tercera vez. Báez, de 24 años y número 41 del mundo, se había cruzado en el camino de Alcaraz, de 22, en las semifinales de las Next Gen ATP Finals en 2021 -venció Carlos por 4-2, 4-1 y 4-2 en Milán- y en la primera ronda del US Open de 2022 -triunfo del palmareño por 7-5, 7-5 y retirada del argentino por lesión-.
Esta tercera entrega del duelo, otra vez sobre cemento, se daba en la pista central del complejo Ariake Coliseum y el español comenzó de la mejor manera, con un break en la primera opción que se le presentó. Luego, con su saque, estableció el 2-0 a pesar de la oposición del argentino, que dispuso de una bola de quiebre que no hizo buena. CA, sereno y eligiendo bien, salió del apuro rematando con una subida a la red ganadora.
SB, menudo jugador de apenas 1,70 pero con más tenis que centímetros, reaccionó para quedarse con su servicio y, acto seguido, niveló la contienda al resto y además en blanco. A Alcaraz se le veía algo destensado y en el primer punto del quinto juego se fue al suelo aquejado de dolor en el pie izquierdo. Se echó las manos a la cara y, aunque desde la grada le animaron -¡Venga, Carlitos!, le gritaron- el jugador tardó en levantarse. De hecho, recibió atención médica en el tobillo dañado. Ya en su silla fue vendado por el fisioterapeuta de la ATP y más de diez minutos después se reanudó el encuentro con las lógicas dudas por el estado físico del número 1 del mundo.
Ambos tenistas retomaron la actividad algo fríos pero Báez retuvo su servicio para tomar la delantera por primera vez en el encuentro (2-3 con tres juegos seguidos ganados por el de Buenos Aires). Carlos cortó esa racha negativa para él y estableció el empate pero seguía lejos de su mejor nivel. Así, su rival llegó al 3-4 sin ceder ningún punto. No obstante, conforme fue transcurriendo el set el español se fue sintiendo mejor y lo materializó con otra ruptura que le ponía a servir con la posibilidad de cerrar el set a su favor tras el gran susto que tuvo. No lo desperdició aunque para ello debió esperar otro buen rato. Así fue porque empezó a llover en Tokio. Alcaraz, como si tal cosa, logró el 6-4 en blanco después de una hora y cuarto de un partido con alternativas y, sobre todo, con demasiadas interrupciones.
Antes de retomar el juego, Carlos, según le dijo a los miembros de su equipo en una conversación que captó el micro de ambiente, apuntó que el tobillo seguía doliéndole y notaba que se le hinchaba. Su respuesta, raqueta en mano, no lo evidenció.
De hecho, el segundo parcial lo arrancó como inició el primero: break y servicio ganado para el 2-0. El pupilo de Juan Carlos Alcaraz y Samuel López -en Tokio es éste quien guia sus pasos-, ya con más continuidad, se acercó a su mejor versión y el resultado se disparó de su parte. Dominaba claramente con su derecha y ya se jugaba a lo que quería él. El 5-1, con dos quiebres conseguidos, le dejaba el triunfo a tiro. Báez intentó resistir pero es lo único que le quedaba y el 6-2 cerró un choque atípico, en el que se temió lo peor, pero que acabó muy bien. Lo remató con un buen saque que no devolvió bien su rival después de otra media hora y con un 60-50 en el puntabje global de los dos sets.
Para Carlos este viernes será día de descanso en la competición -le vendrá mejor que bien y Juanjo Moreno, su fisio personal, tendrá trabajo extra- y lo siguiente le llegará el sábado ante Bergs, de 26 años y número 45 del mundo, que se impuso al chileno Alejandro Tabilo, de 28 años y 72 de la ATP, con una gran remontada por 1-6 y 7-6 (2) y 2-6 (4) en la primera ronda del torneo japonés. Será el primer duelo entre el de Lommel y el de El Palmar.