MURCIA. "Susaña es un paraje enigmático de la bahía de Mazarrón (Murcia), donde mi familia tiene una pequeña parcela de tierras de labor. En mi infancia, recuerdo que mi abuelo relataba una leyenda sobre estas tierras, que hablaba de un antiguo puerto desaparecido por la acción de las aguas. Desde entonces, aquella historia alimentó mi imaginación sobre el lugar. Ahora, regreso a Susaña buscando ese paisaje detenido a través de la fotografía". Así presenta el artista mazarronero Luis Marino la serie de fotografías que componen la muestra Susaña, paisaje detenido, que este jueves ha inaugurado en el Museo Arqueológico de Murcia, donde se podrá contemplar hasta el 12 de octubre (con entrada libre).
"Desde el primer momento, los abandonados invernaderos de Mazarrón captaron mi atención. La plasticidad de esas instalaciones me ha permitido el empleo de estrategias similares a las que utilizo con la pintura, en base a componer lugares imposibles insinuados desde matrices abiertas a la interpretación", explica el autor sobre este trabajo, en el que ofrece una mirada crítica y poética a la vez sobre un enclave erosionado, en el que la naturaleza y la acción humana dialogan desde la memoria y el desgaste.
La exposición recorre este paraje de Mazarrón donde la geología desgastada y los plásticos agrícolas deteriorados configuran una escena cargada de silencios, tensiones y belleza inquietante. Así, el autor compone una narrativa visual que hace del paisaje un espejo de la relación del hombre con el territorio, el tiempo y la memoria. "Redefinir un nuevo orden compositivo en estos espacios de silencio caótico y tiempo detenido, se convirtió en la esencia del trabajo; la búsqueda de un modo propio de narrarlo visualmente, en su motor. Explorar las posibilidades del medio fotográfico aplicadas a las texturas de los invernaderos del territorio afectivo de Susaña, me ha permitido re-crear estas fotografías de clara intención pictórica", describe el propio Luis Marino.

- Susaña, de Luis Merino -
Susaña, paisaje detenido propone un paralelismo entre los procesos naturales y las cicatrices de la acción humana, generando una estética de lo vulnerable que interpela al espectador. Cada imagen es una invitación a detenerse, a contemplar y a pensar lo cotidiano desde otra luz, apuntan desde el comisariado de la muestra. Mientras que Patricio Sánchez, director general de Patrimonio Cultural, señala: "Con esta muestra, se invita al visitante a una nueva manera de leer el territorio, mostrándonos un paisaje no solo físico sino emocional y simbólico. Luis Marino nos ofrece una mirada sensible y comprometida que nos invita a observar un entorno marcado por la erosión y el abandono".
"Lunas de poniente, olor a arena mojada, tierras de sal junto a los volcanes de Bolnuevo... Los primeros recuerdos de mi niñez. En Susaña, la historia con raíces profundas de esta tierra sigue presente, mutando a través de la piel de plástico que hoy ocupa su lugar", añade Luis Marino.

- Susaña, de Luis Merino -