La Estrella Azul es una de las grandes sorpresas de la última temporada del cine español. La película narra la vida de Mauricio Aznar. "En la vibrante década de los 90, Mauricio, un renombrado rockero español, emprende un viaje por Latinoamérica en un intento desesperado de reavivar la llama de su pasión musical. En su periplo, se cruza con Don Carlos, un veterano músico en horas bajas que acoge con generosidad al extraño visitante haciendo las veces de maestro Miyagi musical. De su inesperado encuentro surge una extraña alianza musical que, aunque promete ser un completo fracaso en términos comerciales, marcará el inicio de una travesía quijotesca e inolvidable", reza la sinopsis de la película.
El éxito de la película se ha traducido en 8 nominaciones, entre ellas mejor guion y mejor película, en la gala de los Goya que se celebran este sábado 8 de febrero en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada presentada por Leonor Watling y Maribel Verdú. En La Estrella Azul todos los conciertos se interpretan en directo y, para ello, se creó una banda que acompaña al protagonista Pepe Lorente, reviviendo en la ficción al grupo rockabilly Más birras. El éxito de la película ha sido tal que esta banda ha saltado de la pantalla a los escenarios. De momento, actúa este viernes en la sala Lemon de Granada, como previa de los premios Goya, y el 21 de febreros en Burgos.
La banda está liderada por el protagonista de la película Pepe Lorente, junto al director, Javier Macipe (también músico), acompañados por músicos de gran trayectoria como Guillermo Mata, Alberto Solobera, Johnny Sierra y Carlos Páramo. En su repertorio, además de las canciones de Más birras, han incorporado exitosas canciones del folclore argentino ofreciendo una fusión de rock y música latinoamericana, que permite revivir el viaje de la película a través de canciones que han sido interpretadas por los más grandes: Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Diego el Cigala o Héroes del Silencio y Loquillo, entre otros.
Nominado a mejor actor revelación. Además, La estrella azul está nominada a mejor película, mejor actor revelación también con Cuti Carabajal, mejor actriz revelación (Mariela Carabajal), mejor dirección novel (Javier Macipe), mejor guion original (Javier Macipe), mejor montaje, mejor sonido… Vaya aventura.
Sí, la verdad que sí. Ni en nuestros mejores sueños. Bueno, en nuestros mejores sueños sí pero claro, era en nuestros mejores sueños. Muy contentos y agradecidos. Había algunas nominaciones que sonaban más, pero otras como la de Cuti o la de Mariela eran más complicadas. Nos han dado muchas alegrías estas dos nominaciones, la de mejor sonido también, que nos agrada que se haya valorado tanto. Muy felices y disfrutando el momento.
¿Cómo llegas al proyecto? El personaje de Mauricio no era muy conocido a nivel mediático.
Mauricio era una especie de ‘John Lennon’ a nivel local en Zaragoza, muy reconocido, muy respetado. Una persona que cuando cogía la guitarra emocionaba. Siempre estuvo en la otra orilla. Cuando hacía ‘Rockabilly’ estaba la movida madrileña. Estaba completamente fuera de moda. Y cuando comenzó a hacer chacareras, los talibanes del rock se le echaron encima.
La película nace de un encargo de la madre de Mauricio a Javier (Macipe), que después de que este incluyera una canción de Mauricio en un corto suyo, le pide que haga una película sobre su hijo. Así que es un encargo de hace 18 años.
¿Qué parte del cantante completa al actor y viceversa?
Me dio mucho vértigo. Ahora ya llevamos más de 35 conciertos y cuando dimos el primero ya estábamos muy preparados. Javier buscaba un actor que pudiese tocar lo suficiente o enseñarle al menos, como fue mi caso. Yo tocaba muy poco la guitarra. Y si no era actor, buscar un músico que pudiera aprender a actuar. Al final fui yo el que más le convenció.
Trabajé mucho porque, cuando entro, yo ya sabía que la propuesta era hacer de músico. No podía haber dudas de si tocaba yo o no, ni por supuesto iba a haber cambio de plano cuando enfocaban a las manos y cosas así. El sonido iba a ser de la toma, no grabada en estudio. Yo sabía que tenía que trabajar muchísimo. Aprovechamos mucho el tiempo. Aprovechamos la pandemia, que fue una desgracia tremenda, pero nos dedicamos a ensayar mucho. Fue mucho riesgo, pero lo conseguimos.
Uno de los mensajes de la película, que inunda toda la historia, es el concepto del éxito. Mauricio nos habla que este éxito no es conseguir dinero y fama, si no estar en paz contigo mismo.
Hemos reflexionado mucho sobre eso. Parece que el éxito, en buena medida, es tener dinero o fama abrumador. A mí como actor, el éxito ha sido poder representar a Mauricio con verdad, serenidad y dignidad. Todo lo que venga después genial. Si vienen unos premios pues fenomenal, pero yo estoy en paz con esto que he hecho.
Mauricio, de la misma forma, se sentía en paz con el camino que había tomado. Quería seguir los pasos que le dictaba su corazón y no lo que le demandaban los fans o la industria. De alguna manera, a un nivel mayor, reflexionamos sobre el éxito en la película. Algunos tienen un éxito más convencional y otros tienden puentes para que los demás los crucemos. Mauricio Aznar hizo ese puente con Lationamérica y con ese tipo de música que ahora los demás estamos cruzando con esta película haciendo llegar su figura y las chacareras a mucha gente 20 años después de su muerte. Cuantos músicos tuvieron un éxito aparente en su momento y no tienen una película.
Hay muchas obras de arte que en su momento estuvieron al margen y luego con el tiempo han perdurado.
Totalmente, pasa mucho. Con la película, mucha gente se ha animado a escuchar la música de Más birras, sus escuchas en Spotify se han disparado, también las chacareras…La película es un altavoz tremendo que ha hecho que mucha gente haya mostrado interés en la figura de Mauricio. Hay además como cinco o seis parejas, que nos han hecho fotos diciéndonos que se iban a hacer el viaje que hizo Mauricio. Gente que no conocemos de nada.
Ese es el éxito de la película, más allá de las nominaciones.
A mucha gente que, dicho por ellos, la película les ha cambiado la vida. Son palabras mayores. Nos han escrito cartas manuscritas, que es algo inusual hoy en día. ¿Qué lleva a una persona a escribir una carta a mano? Es un gesto de retomar algo amoroso, de ser cuidadoso, de tomar el tiempo y el espacio para escribirla…Luego además mensajes por redes sociales dando las gracias por la película.
La música, el contexto que recrea la película, te lleva a esos años 90 donde quizá éramos felices y no lo sabíamos.
(Risas) Uno siempre que echa la vista atrás parece que tiene ese tiempo añorado. En esos momentos todos teníamos nuestros problemas, nuestros anhelos…Las cosas eran diferentes. Creo que esa época está muy bien retratada en la película en todos los niveles, de vestuario, ambientación…Nos devuelve un momento de nuestros años muy jóvenes, que tiene su parte nostálgica.
¿Os ha sorprendido el éxito posterior de la banda? Siendo una música tan alejada de lo actual.
Sí, no era algo con lo que contásemos. Lo habíamos hablado. “¿Te imaginas montar una banda con la música de la película?”, decíamos. Como había trabajado tanto con Macipe y la banda, ensayando de forma real como si fuésemos una banda de música profesional. No íbamos a tocar solo las tres canciones que salen en la película ensayando, tocamos igual 20. Al final dijimos de hacer un concierto. El día del estreno hicimos un concierto en Zaragoza, en la sala Oasis, y se llenó. A partir de ahí nos empezaron a llamar. En los conciertos ampliamos el universo musical de la película y hacemos un viaje desde el rockabilly de Norte América a sonidos latinoamericanos. Hay una gran riqueza. No es un grupo tributo, que hay muchos y muy buenos, sino que se le da una vuelta de tuerca en el sentido de ese viaje del rock a la música latina de raíz. Todo esto tiene fecha de caducidad. No sabemos cuándo, pero tiene fin porque empieza a ser un hándicap para nuestros propios proyectos. A Javier para escribir, a mí para actuar…
Hablabas de que es un hándicap para futuros proyectos. ¿Esta experiencia ha despertado una vocación de cantante que desconocías?
Siempre tuve la vocación de cantar. He cantado en la ducha, no sé explicarte (risas). Algo tocaba con la guitarra…En principio no me lo planteo, lo que sí sé es que no voy a dejar de tocar. Toco la guitarra todos los días, con el café de la mañana o cuando acaba el día…Es algo muy gozoso que forma parte de mi día a día. No es algo que me plantee ahora mismo, pero podría ser. Juntarte a tocar con amigos es lo mejor del mundo. Podría ser en obras de teatro en las que haya música…Ampliar el repertorio.
¿Te ha llegado algún proyecto musical?
De momento no. Eso está ahí. Pero vamos, que si llega un proyecto en el que canto fenomenal, si no canta también bien. Ya he cantado bastante (risas). El mayor éxito es estar en paz y trabajar.
¿Qué hacía tan especial a Mauricio Aznar?
Creo que era una persona con un carisma especial que radicaba en no intentar deslumbrar, sino en brillar con luz propia. Una persona muy en contacto con su propio corazón, de su camino. Sabía hacer sentir bien a los demás. Se manejaba en una especie de budeidad y de amor por los demás. Representaba para mí el artista auténtico, aquel que sigue el camino de su propio corazón, lo defiende, lo busca y se agarra a él.
¿Dónde podremos verte próximamente?
Hace un par de meses terminé Los Muertimer, es un relato de misterio, terror y humor fúnebre basado en la exitosa trilogía de cómics ‘Los Muértimer’ de la joven ilustradora francesa Léa Mazé, donde aparezco con Víctor Clavijo, Alexandra Jiménez, Fele Martínez, Belén Rueda… Dirigida por Álvaro Fernández Armero.
Además, hace unas semanas he terminado de rodar la serie ‘La Frontera’, para Televisión Española y Amazon Prime Video Francia, sobre la relación de la Guardia Civil y la policía francesa en el entorno de ETA de los años 80. Eso es lo que acabo de hacer. Ahora tengo alguna cosa que aún no puedo decir. De momento, centrado en terminar este proyecto, los Goya. Contento de tener trabajo y muy agradecido.