MURCIA. El artista yeclano Lidó Rico ha dejado su huella -que al mismo tiempo es la de muchos- en la historia de Murcia, esa que él ha querido recorrer con una obra escultórica monumental creada con motivo del 1.200 aniversario de la ciudad. Lo ha hecho con un friso tridimensional de siete metros de largo por tres de alto en el que han participado con sus manos más de 140 personas y que desde este viernes se podrá visitar en el Palacio Almudí, en el marco de la exposición titulada Piel y memoria. Eso sí, hay que ir con tiempo, porque son tantos los detalles y las sorpresas, las evocaciones emocionales y los símbolos, los significados y las reflexiones, que "no os va a dar tiempo en media hora", advierte el escultor.

"Con una mirada limpia y sin prejuicios, la misma que es capaz de encontrar en la sorpresa de lo inesperado ese súbito golpe que termina por hacerla brillar de manera diferente". Así es como espera el consagrado artista que se vea este gran proyecto, que él ha concebido "no como una exposición al uso ni un simple peldaño más, sino como un fascinante rellano dentro de mi trayectoria, un viaje gracias al cual he aprendido infinidad de cosas, y no sólo sobre Murcia y su historia, sino también sobre la propia vida. Y esto gracias a la generosidad de todas las personas que me ha permitido conocer".

Y es que, como ha dicho el siempre inquieto escultor -cuya obra se caracteriza por utilizar su propio cuerpo como molde en un proceso que inventó hace 40 años y que no está exento de sufrimiento-, "el peso real de esta obra no se mide en sus más de cinco mil kilos, sino en el tonelaje emocional que aportan las manos de quienes han participado: un viaje afectivo incontestable que, en conjunto, revela la magnitud de la Murcia que somos”.

Muchas de estas personas que han dejado su huella en la obra asistieron la presentación de Piel y Memoria que tuvo lugar este jueves en el Almudí, donde se podrá contemplar hasta el 25 de enero. Uno de ellos fue el alcalde de Murcia, José Ballesta, que estuvo junto al artista durante un acto en el que también se pudo conocer la canción creada por Adrián Gutiérrez, vocalista de Nunatak, por el aniversario de Murcia. "Esta obra no es del Ayuntamiento, ni del artista; es de todos los murcianos", aseguró Ballesta. Y, aunque no se anunció oficialmente, todo parece indicar que su destino final será el Centro de Arte Contemporáneo de La Cárcel Vieja de Murcia.

Figuras humanas, rostros, corazones, molduras y símbolos patrimoniales se entrelazan "como una piel común" en este recorrido por los doce siglos de memoria colectiva de Murcia, conviviendo en este universo iconográfico y simbolico elementos como la Arrixaca, el corazón de Alfonso X, el imafronte de la Catedral, el Entierro de la Sardina, el pastel de carne, las marineras, corazones de diferentes épocas y ramas de limonero que evocan el aroma del azahar.

Y es que historia, emociones y evocaciones a los sentidos se dan cita en esta gran obra colectiva de Lidó Rico, detrás de la cual se encuentra "la necesidad por demostrar de manera irrebatible que el arte contemporáneo no posee dueño alguno y que nos tiene que transformar". "Si a todo esto, le condimentamos la devoción que el alcalde siente por su ciudad y le sumamos unas pequeñas gotas de Giuseppe Sanmartino, tenemos la fórmula completa para entender el significado de este proyecto", añade el artista que, inspirándose en la tradición del autor del Cristo Velado, utilizar el 'velo del tiempo' como metáfora que oculta y revela simultáneamente la esencia de la ciudad.

En este sentido, el artista explica que "el tiempo es abordado como una especie de mágico sudario, donde los personajes que la recorren llegan a descubrirnos sus capacidades extraordinarias al retornar del pasado al presente, gracias al hechizo del tacto de toda una amalgama de vestigios que ponen en valor los 1.200 años de historia de la ciudad de Murcia". De hecho, las cabezas que emergen del friso son como fantasmas que en un futuro hablarán de las cosas de Murcia. Como también lo hará una cápsula del tiempo con la inscripción 2025-2125, que contiene un mensaje manuscrito de Ballesta dirigido a las generaciones futuras. 

Con todo, la esencia de Lidó Rico está presente al cien por cien en este proyecto monumental, en el que no faltan constantes en su trabajo como son el dolor, físico e intelectual, y la reflexión. Porque Piel y Memoria, asegura, "no se supedita a un mero periplo contemplativo, o insustancial y sin fuste. Me resultaría ridículo que tanto esfuerzo se quedara en una primera capa sin más, porque lo cierto y verdad es que detrás, en su envés o reverso, la pieza va mucho más allá por su capacidad de hacer viajar al espectador, cuestión que se convirtió desde el principio en la razón de ser de la obra".

Manos que representan a todos

"Una persona, todas las personas; una mano, la mano de todas", reflexiona Lidó Rico sobre la representación transversal de la sociedad murciana que ha realizado con las manos de más de 140 personalidades, y a sabiendas de que no estarían todos los que son. "Ha sido el destino el encargado de hilar el devenir de las visitas al estudio para realizar el molde de sus manos, por supuesto que faltarán y muchas, pero desde el principio fui consciente, que el sesgo también formaría parte de ella, pues no deja de ser una utopía querer plasmarlo todo y llegar a todo el mundo", explica.

Las manos correspondne a responsables públicos como el propio alcalde de Murcia, José Ballesta, y el presidente de la Región, Fernando López Miras, miembros del rectorado y vicerrectorado de la Universidad de Murcia, presidentes de cofradías, de la Agrupación Sardinera, de la Federación de Peñas Huertanas y de la Asociación de Moros y Cristianos, así como responsables del Museo Salzillo, el Museo de la Catedral, el Museo de la Ciudad, el Museo Gaya y diferentes fundaciones culturales. También han dejado su impronta figuras destacadas del ámbito empresarial como Tomás Fuertes y Eliseo Orenes, junto a miembros de la Cámara de Comercio y representantes del tejido productivo y creativo murciano.

El mundo de la cultura está representado por artistas y creadores como Pedro Cano, Ruth Lorenzo, el grupo Viva Suecia, la diseñadora Paula Cánovas del Vas, la cineasta Eva Libertad, el periodista y escritor Antonio Arco, la restauradora Blanca Sprefico o el cronista oficial de Murcia Antonio Botías. Junto a ellos figuran académicos como Cristóbal Belda, Germán Ramallo y Javier Díez de Revenga, así como científicos, médicos, arquitectos, ingenieros, biólogos, historiadores, filósofos, poetas, cocineros, productores teatrales, restauradores y profesionales de numerosos ámbitos.

Las manos del ámbito social también están presentes: Jesús Abandonado, AFACMUR, ASSIDO, Fundación Aladina, Banco de Alimentos, Colabora Mujer y otras entidades que representan la Murcia solidaria. A su lado, ciudadanos anónimos, familias, jóvenes y personas con raíces murcianas, africanas, judías y belgas completan un mosaico humano de enorme riqueza. El deporte está representado por la huella del tenista Carlos Alcaraz, que visitó el taller y participó en el proceso creativo.

En el centro de la pieza se sitúan las manos del alcalde José Ballesta, que sostienen dos elementos esenciales del relato escultórico. En la izquierda, el corazón de Alfonso X El Sabio, símbolo de los orígenes de Murcia; en la derecha, una cápsula del tiempo con la inscripción 2025-2125, que contiene un mensaje manuscrito de Ballesta dirigido a las generaciones futuras. La notaria del Colegio Notarial de Murcia, Laura Felices, cerró la cápsula, certificando la autenticidad, legalidad y veracidad del mismo.