MURCIA. La galería Babel de Murcia sigue fiel a la cita mensual de su programa MURCIA2025, con el que celebra el 1.200 aniversario de la ciudad. Lo hace con exposiciones en las que a través de obras contemporáneas se ilustran las diferentes etapas y los distintos episodios históricos que han conformado el pasado, la indiosincrasia y la estética de una tierra de la que se quiere ofrecer una lectura a través del lenguaje del arte.

Ya ha llegado a su séptima exposición el espacio que dirige Javier Cerezo (una por cada mes del año), reuniendo en esta ocasión y hasta el 25 de octubre, obra de ocho artistas: Juan Abellán Juliá, Andrex García, Carmen Cantabella, Cristóbal Pérez García, Juanjo Molina, Juan Mariano Balibrea, Manuel Cerezuela y José Manuel Peñalver. La muestra, bajo el título Murcia en el siglo XV: Los Fajardo y los Reyes Católicos, se podrá visitar hasta el 25 de octubre.

Como cada mes, el director de la galería contextualiza las obras expuesta con un periodo concreto. Señala en este sentido que "tras las epidemias de peste ocurridas en Europa, el siglo XIV había dejado en el Reino de Murcia abandonos de grandes extensiones de tierras de labor, de muchas aldeas y pequeñas poblaciones y el despoblamiento de otras urbes mayores como Caravaca, Cehegín y Moratalla. Para el Reino y la ciudad de Murcia el siglo XV también fue un tiempo de crisis y dificultades sociales y económicas. Murcia, perteneciente a la Corona de Castilla, sufrió particularmente por la condición de triple frontera de su territorio: con la Corona de Aragón, con el Reino de Granada y, por sus muchos kilómetros de costa, con los corsarios y piratas del Mediterráneo".

Asimismo, Javier Cerezo destaca que "la cara visible de las décadas de inseguridad por las tensiones con la Corona de Aragón y la cercanía del Reino de Granada fueron los combates, saqueos, asaltos, raptos, incendios y la destrucción, en general, a los que estuvieron expuestos los habitantes de estas tierras, que abocaron a un nuevo empobrecimiento y abandono de extensas zonas de nuestra región. Los efectos de esta larga crisis también se materializaron en la ciudad de Murcia, que sufrió el casi total abandono de la población mudéjar del arrabal de la Arrixaca y redujo notablemente el número de habitantes de la población cristiana de las parroquias de Santiago y San Miguel".

Ilustra este periodo la serie de Abellán Juliá titulada 'Cultivos abandonados', que ahonda en esta crisis de la producción agrícola. Otras pinturas, las obras de Juan Mariano Balibrea tituladas 'Campos incendiados', tintan de rojo algunos de estos lugares catastróficos. También la obra de Carmen Cantabella titulada 'La estampida' incide con una metáfora en la inseguridad que sufrían las gentes de este siglo. Además, las telas de Manuel Cerezuela tituladas “Planos del arrabal” nos muestran con inusual belleza las construcciones abandonadas y empobrecidas convertidas en croquis urbanos.

Los periodos de paz no llegaron hasta el año 1452 -apunta Cerezo-, cuando tropas castellanas procedentes de Murcia y Lorca derrotan a los granadinos. "Podemos atribuir Alfonso Yáñez Fajardo, como adelantado mayor de la Corona de Castilla, la iniciativa de esta exitosa ofensiva contra el Reino de Granada", añade. Las pinturas y esculturas de Andrex García de sus series 'Soldados' y 'Juglares' ilustran este periodo y a las gentes que formaron parte de él. También son importantes las aportaciones de Juanjo Molina y sus referencias a la Alhambra, ya que el Reino de Granada afectó poderosamente a las gentes del siglo XV de Murcia.

Javier Cerezo también llama la atención sobre construcciones como la del Colegio de San Esteban, sobre una parte del arrabal de la Arrixaca, y el monasterio de Santa Clara la Real, sobre el solar del Alcázar Menor mandado construir por el rey Ibn Hud en el siglo XIII en el lugar que ocupaba el palacio del Rey Lobo. Sobre el solar que ocupaba la mezquita mayor, comienzan en 1385 las obras para levantar la catedral, consagrándose 82 años después, en 1467. De este siglo también data la construcción del Palacio Almudí, construido inicialmente como depósito estatal de cereal. También durante el siglo XV se materializa en el sureste peninsular la influencia de una estirpe poderosa: los Fajardo. "Tal era su poder que en 1490 uno de sus miembros, Don Juan Chacón, inicia en la catedral de Murcia las obras de una capilla que competirá en belleza y esplendor con la propia catedral, tal y como estaba construida en esos años. La capilla la terminará en 1507 su hijo, Pedro Fajardo y Chacón. que será el primer marqués de Vélez", recuerda el galerista.

Las pinturas de Fernando Arribillaga seleccionadas muestran aspectos arquitectónicos de la catedral de Murcia a través de sus construcciones más antiguas.

Por su parte, las pinturas de Cristóbal Pérez García-Toval que evocan el mar rememoran otro hecho histórico: "En 1488, Isabel y Fernando fijan durante unos meses su residencia en la ciudad de Murcia y es aquí también donde tiene lugar el segundo de los encuentros con Cristóbal Colón en el que, a tenor del dato de que aquellos entregaron la cantidad de 3.000 maravedíes durante esta visita, podemos concluir que en Murcia se cerró el acuerdo de que Castilla y Aragón financiarían el viaje del descubrimiento en 1492", señala Javier Cerezo.

En 1492 se produciría otro suceso que afectaría a la economía y a la sociedad de los Reinos de Castilla y Aragón: la expulsión por orden real de entre 180.000 y 150.000 judíos. Las obras de José Manuel Peñalver muestran un mundo de éxodos y de personajes obligados a huir que nos alertan de como los periodos y las tragedias ocurridas a lo largo de la Historia se repiten constantemente. Además, la obra de Carmen Cantabella titulada 'Niño andalusí' retrata la incertidumbre con la que las personas afrontan los cambios y la obligación de abandonar los lugares en los que vivimos, concluye Javier Cerezo.