Cine

Crítica de cine

'La furia': Exorcizar el trauma de una violación

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. Después de forjarse en el ámbito del cortometraje, la directora catalana Gemma Blasco presenta su ópera prima, La furia, que tras presentarse a nivel internacional en el Festival South by Southwest, ha conseguido tres premios en el Festival de Málaga, el de mejor actriz para Ángela Cervantes, mejor actor de reparto para Àlex Monner y Mejor montaje para Didac Palou y Tomas Lopez

 

La furia entronca con las nuevas ficciones en torno a la cultura de la violación que han ido apareciendo tanto en teatro, en literatura como también en cine a partir de la explosión del Me Too. 

 

Series como Podría destruirte, de Michaela Cole, novelas como Mira a esa chica, de Cristina Araújo o textos dramatúrgicos como Jauría, por poner solo unos ejemplos, configuran todo un magma contestario que intenta alzar la voz tras el silencio que había imperado en prácticamente todos los géneros artísticos alrededor de las agresiones sexuales. 

 

Lo cierto es que, si en otros países la cantidad de películas que han abordado este tema se han multiplicado en la última década, en España parece que es ahora cuando comienzan a aparecer ficciones dispuestas a ofrecer diferentes miradas dentro de nuestro propio ámbito, como es el caso de Soy Nevenka, de Icíar Bollaín o Nina, de Andrea Jaurrieta

 

 

En ese sentido, Gemma Blasco compone una película repleta de aristas y de reflexiones que además se convierte en un potente artefacto cinematográfico repleto de visceralidad. 

 

La propuesta de la película es clara: la cámara seguirá a la protagonista en todo momento de una forma que no solo la acompañará en sus movimientos, sino que también será capaz de adentrarse en lo más profundo de su ser para captar sus emociones y sentimientos, su rabia, su impotencia y su proceso de aceptación. 

 

No veremos la violación en primer término, la pantalla se quedará en negro mientras escuchamos solo lo que ocurre. Tampoco sabremos quien es el agresor, pero sí que pertenece al círculo de amigos de la protagonista, Alexandra (Ángela Cervantes) y de su hermano Adrián (Àlex Monner). 

 

Que la agresión se produzca dentro de un ámbito aparentemente seguro es importante para desmitificar que la figura del violador se encuentra circunscrita a los callejones nocturnos vacíos, sino que puede tratarse perfectamente de alguien conocido. 

 

Por eso precisamente, la protagonista se bloqueará cuando ocurra y, a partir de ese momento asistiremos a un buen puñado de los síntomas que conlleva el estrés postraumático. 

 

 

La película se llama La furia, pero podría también llamarse el miedo, la impotencia, la rabia, que serán los sentimientos que la acompañen a partir de ese momento. La joven no denunciará los hechos, una cuestión importante a la hora de acercarnos de manera empática al bloqueo que sufren las víctimas, en las que la culpa se apodera de ellas, y en la necesidad de no juzgar sus decisiones. 

 

En esta ocasión, la profesión de la protagonista tendrá una importancia fundamental. Alexandra es actriz y está haciendo pruebas para interpretar a Medea, un personaje que le servirá para exorcizar sus sentimientos más primitivos. 

 

Es cierto que el tema que se aborda lo impregna todo, y así tiene que ser, pero la directora consigue ir más allá de la película de tesis para componer un retrato humano en el que las relaciones entre la protagonista con su hermano y con su madre (Eli Iranzo) resultan de lo más cercanas, introduciéndonos en un espacio cotidiano acogedor que contrarresta el espíritu furibundo que, al fin y al cabo, recorre el relato. 

 

 

Recibe toda la actualidad
Murcia Plaza

Recibe toda la actualidad de Murcia Plaza en tu correo

La arquitectura del Movimiento Moderno en la Región, en viñetas: Eduardo Batán (al cuadrado) presenta 'Murcia. Un sueño urbano'
Del rock de Rulo y la Contrabanda a la ópera 'Rigoletto': esta es la programación escénica en Murcia