MURCIA. "Me obsesiona el futuro, los próximos proyectos, porque quiero dedicarme a esto. No quiero parar ni estancarme". Así de la claro lo tiene el director murciano Carlos Saiz (Murcia, 1991), otro de los nombres murcianos que suena fuerte en el cine español y que contribuye a esa especie de 'edad de oro' que vive el séptimo arte en la Región, con películas como Sorda o El Instinto. La suya se llama Lionel, una road movie que se va a estrenar en la Seminci de Valladolid y en la que el cineasta del barrio de San Antolín mezcla la verdad del documental y la estética de la ficción.

El filme está protagonizado por un padre y un hijo -también en la vida real- que emprenden un viaje de reencuentro desde Murcia a Francia. Uno de los atractivos de este proyecto es que los protagonistas no son actores y las emociones que experimentaron durante el rodaje fueron auténticas. De hecho, cuando Carlos Saiz comenzó el rodaje no sabía si ese acercamiento entre padre e hijo terminaría bien o mal.

Carlos Saiz recuerda que Lionel -una coproducción hispano-francesa de Blur, Icónica y Promenades Films- se empezó a gestar hace casi cinco años, con una idea que se convirtió primero en un aplaudido cortometraje llamado La Hoguera. Precisamente, Saiz presentará este corto en la inauguración del Festival IBAFF de Murcia, que tendrá lugar este viernes en la Filmoteca Regional.

Murcia Plaza charla con este joven que empezó con 14 años a grabar los viajes familliares y filmar cortos con sus amigos, y quien tras residir en Londres durante una temporada volvió a Murcia para rodar el videoclip Islamabad de Los Planetas. Fue gracias a la beca que obtuvo para cursar el Máster en Dirección y Realización de Cine en la Escuela EFTI que supo que lo suyo, definitivamente, estaba detrás de una cámara. 

Carlos, estrenas Lionel, tu primer largometraje en la Seminci de Valladolid. Eso se llama empezar a lo grande.. 

Sí, la verdad es que estoy muy contento y muy emocionado por poder mostrar la peli despues de trabajar en ella tanto tiempo. Tengo muchísimas ganas, porque parte del equipo y la familia protagonista -que para mí es súper importante y uno de los motivos por los que he hecho la película- aún no la han visto. El estreno va a ser una locura, va a ser un encuentro de todo el equipo que hicimos un viaje tan largo hace un año. Estoy con muchas ganas de compartirla. No estoy obsesionado con que le guste o no le guste a la gente, aunque me encantaría que a todo el mundo pudiera tocarle de alguna manera, ya que al final va de la familia y todos tenemos una.

Cuando empezaste a rodar, la película no tenía un final claro, porque se trataba de un viaje que no se sabía cómo iba a acabar.

Exacto. El protagonista es un amigo que conozco hace ya un montón de tiempo a través del grafiti, pues los dos pintábamos. Su historia y su manera de ser me cautivaron. El ha tenido una vida compleja, ya que su padre se fue de casa muy pronto y luego su madre falleció de manera repentina, pero siempre ha conservado una gracia natural y es una persona muy excepcional. Conocí a su padre y me dije que ahí había una historia, porque aunque existía un distanciamiento muy fuerte entre ellos por la ausencia y las heridas del pasado, de alguna manera había una fuerza como magnética entre ellos, puede que simplemente por ser familia. Primero hicimos el cortometraje, La Hoguera, que hablaba del intento de reencuentro entre el padre y el hijo, pero que no acababa de suceder en el corto. Con la peli, queríamos hacer un viaje real con ellos, pero no sabíamos si iba a acabar bien o mal, si iba a haber reencuentro o no. 

¿Se puede decir que se trata de una película con dni murciano?

Sí, porque aunque la película es una coproducción hispano-francesa hemos tenido ayudas del ICA. Además, la familia protagonista es murciana, yo soy murciano, parte del equipo es murciano y el principio y el final de la historia suceden en Murcia, ya que se trata de un viaje de Murcia a Francia, que vuelve al punto de partida. El viaje parte concretamente de San Antolín, que es nuestro barrio y a mí me gusta mucho.

¿Cómo ha sido trabajar con actores que no son profesionales? 

Ha sido un proceso muy bonito y de mucho crecimiento. Nosotros empezamos con el cortometraje hace casi cinco años y eso fue como una primera prueba para llegar a esto. Comencé grabando primero yo solo con el móvil, luego poco a poco íbamos introduciendo cámaras un poco más grandes y más gente en el equipo para, así, poder retratar la esencia de verdad. Lo que yo buscaba era que las cámaras no influyeran y eso fue un trabajo de ir muy poquito a poco. Vino muy bien poder hacer el corto, que ellos supieran que estaban en una zona segura, que no se iban a ver mal tratados ni nada, que iban a estar en un espacio cómodo donde pudieran expresarse. El corto ayudó mucho a que entendieran, y que lo hiciera yo también, que esto iba a ser una experiencia bonita e incluso sanadora, más que algo que les pudiera dejar en mal lugar. Ha sido muy sorprendente, porque realmente son buenísimos, se comen la cámara.

¿Cuál es el pretexto para que padre e hijo emprendan ese viaje a Francia?

Lionel tiene una hermana que trabaja en Fracia, en la vida real, y el pretexto es ir a visitarla y celebrar su cumpleaños. Ella también hace un papelazo en la película, sin ser tampoco profesional. 

Cuidas mucho la estética en tus cortos, ¿que buscabas con Lionel?

Exacto, para mí lo estético era muy importante. En la relación entre el padre y el hijo van saltando chispas todo el rato y yo quería que fueran de verdad, que esas risas y esas lágrimas fueran reales. Eso lo veo en un sentido más documental, sin embargo, buscaba que la estética fuera de ficción, de road movie, porque me apetecía que todo tipo de público pudiera acercarse a esta familia y, para eso, consideraba que teníamos que conseguir un lenguaje cinematográfico más habitual para el público. Mi ambición ha sido mezclar el documental en el registro de las emociones, pero en la imagen y en lo formal que fuera más ficción.

Comentabas que no te obsesiona que la película guste o no al público

Me obsesiona el futuro, los próximos proyectos, porque quiero dedicarme a esto y por mucho que ahora la situación sea muy buena, hay que seguir trabajando y pensar ya en lo siguiente. La película ya está hecha, estoy súper contento y creo que hemos hecho un buen trabajo, de verdad estoy contento. Por eso no me obsesiona lo de gustar, aunque me encantaría que lo viera el mayor número de gente. Quiero que se vea en Murcia y en el mundo entero. ¡Ojalá! Lo que tengo claro es que no quiero parar, no quiero estancarme en este proyecto. Estoy deseando compartirlo, pero ya estoy pensando en próximos proyectos.

¿Compartes la impresión de que el cine murciano está viviendo su mejor momento?

Está en un momento maravilloso. Estoy muy contento de lo que están haciendo las compañeras y compañeros, y por sentirme parte de ello. De hecho, este viernes voy a Murcia a presentar La Hoguera, junto a otros cineastas murcianos, en el acto de inauguración del IBAF. Estoy muy contento de estar allí, de encontrarme con compañeros de profesión y de celebrar el cine murciano.