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El lorquino Pepe Pérez Muelas publica 'Días de sol y piedra. De los Alpes a Roma ', la crónica de un viaje evocador en bicicleta

Se trata de un experimento literario fruto de recorrer pedaleando los más de mil kilómetros de la 'Vía Francígena'

  • Pepe Pérez Muelas
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SEVILLA (Efe). Pavese, Primo Levi, Petrarca, Verdi, Bertolucci y hasta el cantautor Frabricio de André ocupan las páginas de Días de Sol y Piedra. De los Alpes a Roma (Siruela), que también es un homenaje a Homero y a la antigüedad clásica escrito por el lorquino Pepe Pérez Muelas tras recorrer en bicicleta la 'Vía Francígena', 1.014 kilómetros desde los Alpes a Roma.

Profesor de Literatura en un instituto de Sevilla, nacido en Lorca en 1989, Pérez-Muelas es autor también de Homo viator: El descubrimiento del mundo a través de los viajeros y en su nueva obra, un experimento literario que une la crónica viajera, la evocación literaria y el diario, efectúa un recorrido que parte del Gran San Bernardo, en la frontera suiza, para atravesar de norte a Sur más de media Italia, hasta Roma.

Recorrer la 'Vía Francígena', así llamada porque era el camino que tomaban los francos en sus expediciones al Sur, supone "una peregrinación casi tan antigua como la fe", en palabras de Pérez-Muelas, quien en la segunda página de su libro ya advierte de sus inclinaciones intelectuales y sus intenciones deportivas para acometer su nueva obra: "He leído mucho para pedalear, pero he pedaleado poco".

 "Ha sido un viaje interior, también una búsqueda de la belleza, un rodeo por la cultura y la civilización italiana; pero sobre todo por necesidad de buscar la soledad, un viaje revelador y de silencio; un viaje sin ruido que ha transcurrido lo más cercano posible a la naturaleza y que me ha permitido acercarme en voz baja a los pueblos y disfrutar de los pequeños placeres que están ausentes del día a día", ha dicho a Efe el autor sobre su viaje.

Subir montañas, vencer ejércitos

"La bicicleta tiene la velocidad justa, porque a pie tardas mucho y yo no podía ausentarme dos o tres meses de mi casa; la bicicleta transmite una paz diferente que no proporciona ningún otro medio de transporte; la bicicleta tiene cierta condición heroica, de modo que cuando subes un puerto de montaña da una sensación de victoria; nunca había sentido antes esa sensación de haber vencido a un ejército", ha añadido.

Hombre fascinado por las ruinas, Pérez-Muelas ha asegurado que el final de su viaje, Roma, forma parte de su formación intelectual -"Roma no es una elección ha estado ahí siempre; Roma es parte de mi ser, está dentro de mí", ha explicado-, mientras que a los artistas y escritores que homenajea en estas páginas -desde Pasolini a Turner- los ha relacionado con alguno de los paisajes que atravesó en su viaje.

Curiosamente Pérez-Muelas pasó mucho más tiempo en París, cinco años desde que marchó con una beca un Erasmus, que en Roma, aunque su relación con la capital italiana fue más precoz, desde que sus padres le permitieron pasar dos meses de verano cuando tenía 17 años.

"Cuando estaba en el instituto ya veía películas en italiano, algunas de Pasolini las comprendí años más tarde, pero siempre me atrajo el idioma, siempre tuve amor por la historia de Roma, mientras que lo que tenga que contar sobre Francia está por llegar".

Nueve días de entrenamiento para 1.200 kilómetros

Curiosamente, sólo entrenó nueve días en bicicleta antes de iniciar su viaje -aunque la ruta histórica son 1.014 kilómetros, recorrió un total de 1.200, con algunos desvíos-, y la bicicleta sobre la que pedaleó durante catorce de junio la compró el mes de marzo previo, en 2024, cuando contaba con 32 años.

"Me levantaba a las cinco de la mañana para evitar el calor, recorría cien kilómetros al día y reservaba las tardes para escribir en una pequeña tableta, una especie de diario; el libro lo escribí en agosto y en septiembre ya estaba en el proceso editorial".

Previamente al viaje el autor sufrió una crisis de salud, física y psicológica, y enfrentó esta aventura con cierto carácter terapéutico: "Sufrí muchos dolores y fantasmas, pero al llegar a Roma comprobé que los había vencido a todos y sentí muchas ganas de contar esta historia al mundo". 

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