MURCIA. "Esta es la historia de un chico que vivía solo. Vivía en una casa solitaria. En una calle solitaria en una parte solitaria del mundo. Pero, por supuesto, él tenía Internet. El Internet, como sabéis, era su amigo, se podría decir que su mejor amigo. Jugaban juntos todos los días viendo vídeos de humanos haciendo de todo, teniendo sexo entre ellos, informando a la gente sobre sus problemas en sus vidas, jugando a juegos con niños en casa, con sus padres...Un día, el chico, cuyo nombre era Snowflake Smasher 86, se dirigió a su amigo Intenet y le dijo: ¿Me quieres? Internet le miró y le dijo que sí: Te quiero mucho, mucho, mucho, mucho. De hecho, soy tu mejor amigo. Te quiero tanto que no querría que nos separáramos nunca más. Eso me gustaría, dijo el chico y se embarcaron en una vida juntos". Esto es lo que viene a contar Melena Androide en la obra GLUP, GLUP, GLUP, que presentará el sábado 1 de noviembre en el Auditorio de Algezares de Murcia.

Se trata de un montaje para el que la dramaturga -oriunda de Almoradí, formada en la ESAD de Murcia y ganadora en 2015 del Creamurcia con Las Toskas-ha contado con una destacada colaboración murciana. Así, la pieza cuenta con música de Palomo Palomo -recién ganador del Creamurcia de Pop Rock- la artista murciana María de Valcárcel o Los Reyes del Mambo en la escenografía, entre otros artistas y técnicos. Cabe recordar que Melena Androide es el nick escénico de Andrea Martínez, miembro de Las Monstruas, compañía que sigue muy activa en la Región con diferentes proyectos. "Nosotras vivimos siempre un poco entre Alicante, Valencia, Murcia y Cartagena".

Las cinco historias que componen GLUP, GLUP, GLUP (beneficiaria de las Ayudas a la Creación de Escritura Escénica del Instituto Valenciano de Cultura) abordan los problemas existenciales de este siglo con una mirada ácida e intención irónica. Así, "la obra utiliza las narrativas de internet como el meme, el loop, las voces deformadas, los filtros o la IA exagerada, en un collage escénico que utiliza videomapping y otros juguetes tecnológicos", explican sus creadoras, que plantean la siguiente pregunta: ¿cómo el universo que transcurre a través de las pantallas está cambiando nuestra forma de relacionarnos, consumir o entretenernos?

"Tristeza, postironía y una torpe adaptación al medio rodean a los personajes, que son: un pez y un dispositivo inteligente que viven en la estantería de un chico que no sale de su habitación y está siempre online; un teen adult saturado que se conecta a un entorno de realidad virtual para pedirle una cosa a una chica; un tío que sale un domingo de un brunch y roba una moto para demostrarse a sí mismo que no es un npc; una estudiante que entrevista a una criminal involucrada en un incidente relacionado con el Circuito de Formula 1 de Valencia para una serie true crime en una plataforma internacional; y una señora que tiene una epifanía en un centro comercial", cuentan.

Una mirada al mundo actual

La autora añade que "realmente, no hay una sola idea de la que surja el trabajo sino que sale de noticias, libros, pelis, Instagram, programas basura, cosas que una ve en los centros comerciales, en fin, de vivir en el mundo. Aunque estos temas tienen que ver con una mirada al mundo actual, la aproximación que tratamos de hacer no es una radiografía, un análisis certero o documental, sino más bien una serie de fotografías o cuadros, subjetivos, con filtros, textos, estéticas y ritmos, que tanto en forma como en contenido se ven afectados por la influencia de la cultura audiovisual en la manera de construir la realidad en este siglo, especialmente de internet, los videojuegos y las plataformas".

GLUP, GLUP, GLUP es la tercera parte de una misma línea de investigación artística, formada por: WOF, WOF, WOF (estreno en Teatro Pradillo 2019, y Premio ACT Residency 2020) y MIAU, MIAU, MIAU (ganadora de la VI Convocatoria de Autoría Ultramar 2021 y candidata a Max Espectáculo Revelación). La trilogía a partir del hallazgo de un libro de veterinaria titulada Etología: la conducta animal, un modelo para el hombre, rescatado de un sótano que casi se inunda en la Dana de 2019 en la Vega Baja. De hecho, en las tres obras hay un nexo de unión, que son los animales domésticos: el perro, el gato y, en esta ocasión, el pez, como testigos de la civilización y nuestra intimidad.

Andrea Martínez recuerda que "con Las Monstruas, desde hace ya cuatro o cinco años, pasamos como cuatro o cinco meses al año con el proyecto Mandarache de Cartagena -los premios de literatura que conceden los jóvenes de los institutos de Cartagena- haciendo direcciones artísticas para las galas, así como con el Festival Internacional de Cine de Cartagena, el FICC. También continuamos trabajando en el CreaMurcia. Es verdad que con el teatro ahora estamos un poco más dentro de esta línea de Melena Android, pero somos las mismas con otra línea de trabajo".