MURCIA. Hace cinco años, en Ciudad de México, el escultor Xavier Mascaró utilizó espuma de goma para realizar una pequeña figura de un bisonte -a falta de los materiales con los que trabaja en su estudio de Jalisco- Hoy, un lustro después y tras muchos dibujos y miniaturas representando a este animal venerado en la Prehistoria, la gran escultura que buscaba crear el internacional artista se presenta al mundo en la Sala Verónicas de Murcia, la iglesia desacralizada que acoge desde este viernes algo más que una exposición. Porque la muestra Xavier Mascaró: Del origen mágico se convierte en una experiencia mística, y hasta religiosa, en la que guerreros, custodios y caminantes interrogan a los visitantes sobre el origen del arte y los roles del hombre desde hace treinta mil años hasta ahora.

"En esencia somos los mismo", asegura Mascaró, quien sostiene que "el ser humano sigue teniendo los mismos miedos y deseos", algo que en su opinión está en el origen del arte sobre el que reflexiona en esta muestra en Murcia, que ha presentado junto a la consejera de Cultura, Carmen Conesa. Esa "intemporalidad y magia de los arquetipos" es algo de lo que se congratula el artista, porque permite reconocernos en la creación a lo largo de la Historia.

La pieza central de la muestra, ubicada en la zona del altar de la sala, es este enorme bisonte, de 2.500 kilos de peso, que se presenta ante el público por primera vez, ya que el artista no empezó el trabajo de fundición hasta que conoció la sala en la que se iba a instalar la exposición. Un proceso que le llevó seis meses -en la muestra hay dibujos sobre el montaje de las diferentes piezas y bocetos del autor-, dada la envergadura de la gran escultura, que también ha sido complicado trasladar hasta Murcia. Se trata de un homenaje de Mascaró a las manifestaciones protoreligiosas del hombre prehistórico, como las de Altamira, donde el animal simboliza la prosperidad.

La exposición está montada como una escenografía, con una luz especial que destaca su carácter mágico. Así, frente al bisonte venerado se encaminan en procesión los llamados guerreros y ‘keepers’ (custodios) -hombres con máscaras cabeza de toro- fundidos en hierro; y otro de caminantes y guerreros realizados en aluminio, algunos con máscaras. Completa la muestra una serie de máscaras, vídeos y pinturas en óleo y acrílico sobre cartón. Sobre estas últimas, comentaba Xavier Mascaró que realizó esas pinturas durante la pandemia en su estudio de Jalisco, donde ante la dificultad de conseguir materiales decidió utilizar el cartón de las cajas de embalaje, con una materialidad que conecta perfectamente con la exploración de esa representación que se remonta a la Prehistoria.

Emociones íntimas y remotas

Los grupos que forman la exposición de la Sala Verónicas hablan de las emociones más íntimas y remotas, sin olvidar el elemento mágico del arte, que fue su origen. Así, los bisontes son en cierta forma un homenaje al arte rupestre de la prehistoria, mientras la serie de guerreros hace referencia a representaciones en barro de civilizaciones antiguas, principalmente de las tradiciones y símbolos en el chamanismo de la zona de África ecuatorial, así como los del arte antiguo de Asia y del Mediterráneo. La última serie, la de los custodios, también conecta con estas representaciones asociadas a las fuerzas naturales.

La exposición se adentra en la relevancia de los distintos materiales escogidos en la escultura y que influye en las emociones y el mensaje que transmite la obra, determinando su interacción entre el espacio y la luz. Además, sirve para ratificar la maestría en la utilización del hierro, el broce o el aluminio de Xavier Mascaró, quien comentaba en la presentación de la exposición cómo ha trabajado las distintas y suspuesta imperfecciones del hierro, para lograr un efecto que solo es posible con el paso del tiempo y la oxidación.

La exposición ‘Xavier Mascaró: Del origen mágico’ se inaugura la noche de este viernes y se podrá visitar hasta el 11 de enero de martes a sábado, en horario de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas; los domingos y festivos, solo en horario de mañana, de 10.00 a 14.00 horas.