Murcia Plaza

Coque malla

  • Foto: Gustavo Valiente (Europa Press) 

VALÈNCIA. 

Es una autobiografía, sólo que en vez de escrita y publicada en forma de libro, está representada, escenificada y musicalizada. Es un multiformato, que podríamos llamar una autobiografía teatral.

El espectáculo más ambicioso

No sé si ambicioso es la palabra o es complejo. La exigencia técnica y escénica que hay sobre el escenario es algo a lo que no me había enfrentado antes. Llevo 35 años em la música y siempre he seguido la misma estructura, seleccionar un repertorio, ensayar las canciones con la banda, diseñar unas luces, con más o menos medios, en sitios más grandes o pequeños, con una misma mecánica que tengo absolutamente dominada. Esto no es así. Es un montaje teatral, no con la profundidad de un texto de teatro, porque no deja de ser un talk show, pero sí estructuralmente y en cuanto a la disciplina escénica. Está siendo heavy y brutalmente estimulante. Ahora ya siento que tengo el control del espectáculo, pero ha habido momentos en los que he pensado: uy, en qué me he metido.

Cada canción es una confesión y cada vez que uno se sube a un escenario se queda un poco desnudo delante del público. ¿Qué va a descubrir sobre Coque Malla la gente que vaya a ver este espectáculo?

Va a ver historias, anécdotas, momentos de mi vida personal que voy a representar fugazmente. Son 52 años de vidas comprimidos en dos horas y cuarto, más o menos. Hay cosas muy importantes de mi vida que cuento en un gag de siete minutos, pero dan la pista. Aparte de historia que seguramente la gente no conozca, lo importante y lo que a mí me parece más importante es el poso que va a quedar, el subtexto que va a hacer que se entienda mucho mejor al artista y su obra. Las canciones son un poco los puntos de unión, como en esos dibujos que hacíamos cuando éramos pequeños, que forman una imagen.

Teatralmente, dónde se encasilla

Va a haber mucha comedia, mucho humor, pero también momentos emocionantes y tristes, poéticos, de recuerdo a gente que ya no está, situaciones difíciles como fue la separación de Los Ronaldos… es una comedia agridulce. Sobre todo va a haber mucha autoparodia y sirve para reírme de mi mismo, de mis hitos y mis tópicos.

Aúnas dos facetas, la de músico y la de actor

Totalmente. Hay otra gente que tiene un formato parecido, de contar cosas de sus vidas y sus canciones y el camino que le ha llevado hasta ellas, pero no desde una actuación actoral. Esto está interpretado. Hay un texto escrito y yo soy fiel a cada coma. Esto no sería posible con un músico que no tuviera esta faceta de actor, no funcionaría. Esto lo hemos ficcionado un poco, convertimos a Coque Malla en un personaje y eso a mí me parece interesante.

         

Disco recopilatorio, pausa, fin de una etapa, cambio de rumbo…. Y al mismo tiempo ya pensando en sacar 2024

Hablar del 2024 parece de una películas de Terminator, jajaj. Bueno, por como se ha desarrollado mi vida y la presentación de mis discos, y por algo que nos ha afectado a todos como es la pandemia, todos los planes se han ido cambiando sobre la marcha. Al final, todo se ha puesto en su sitio. El astronauta gigante creo que es un formato perfecto para cerrar una etapa; esta gira también lo es. Y ya dejar atrás la nostalgia, la redención del pasado y parar un tiempo y descansar, porque no he parado. Porque durante el año duro de la pandemia no paré de tocar, entramos en un circuito de conciertos acústicos y festivales, que heróicamente siguieron. Después llegó el crack tour y este año Mi nombre es Coque Malla y la gira ya normal con El astronauta gigante. Entonces yo necesito parar y el público también descansar de mí. Voy a tomarme un descanso largo y luego con calma me enfrentaré a ese 2024 con un proyecto totalmente nuevo y fresco. Después de tanta nostalgia y autobiografía, me apetece mirar para adelante.

Como es Coque Malla detrás de esa imagen de ‘vaquero’ que no se rinde

Soy la persona menos indicada, porque dedico mi vida a entender como es Coque Malla y no lo consigo.

Voluntad, constancia, evolución, en qué orden y qué falta en esta receta

Todos los que nos dedicamos a esto tenemos grandes dosis de todo eso. Pero no hay que mitificar tanto este trabajo, al final es como el que hace mesas o un ingeniero que cada mañana mira unos planos. Es mi profesión, es mi oficio y es lo que hago. Y no sé hacer otra cosa. Yo le quitaría toda esa cosa tan heroica.

¿Qué universos le queda por explorar al astronauta Coque Malla?

Los voy descubriendo según me dejo llevar por el espacio. Te lo diré cuando llegue. No tengo una ruta trazada ni mucho menos.

Y ¿hay alguna ocasión en la que te gustaría llevar escafandra y pasar desapercibido?

Esa etapa ha pasado, afortunadamente. Tuve una época de mucha fama y mucho éxito; después vino una época, que es la peor, en la que seguía teniendo mucha fama y no tenía éxito; y ahora estoy en la mejor, que es que no tengo una gran fama, voy por la calle perfectamente tranquilo y casi nadie me conoce, pero tengo muchos éxito: llenando las salas y agotamos las entradas en cada concierto que hacemos, y tengo el cariño y el respeto de los compañeros.

     


¿Con qué no puede vivir Coque Malla?

Sin mis hijos. Puede sonar cursi pero es así.

Muy currante, pero ¿con qué disfrutas cuando no estás trabajando?

Cada vez con cosas más sencillas, la verdad. Con poder estar en el presente y no estar pensando que no llego a tiempo para una canción. El volumen de trabajo en los últimos años se ha disparado a un nivel tan bestial que cuando no estoy trabajando disfruto con la simplicidad, de levantarme tarde, hacerme un café tranquilo, mirar por la ventana y pensar en ese árbol que veo, no en el tiempo que me queda para acabar una letra o cerrar un ensayo. He simplificado mucho la felicidad.

Pudor cantar temas de Los Ronaldos, pero ya te has reconciliado con esa etapa.

Sí que hubo un cierto pudor, porque yo estaba sacando músculo como de gran autor y tenía la paranoia absurda de que Los Ronaldos era música menor. Cosa incierta y absurda, pero también lógica por la que tenía que pasar, porque había un momento en el que mi obra como solista era frágil y había que defenderla y dejar clarísimo que aquello se había terminado y que yo ahora era otro autor. Ahora mi obra es fuerte, sana y la gente canta a voz en grito mis canciones en solitario, tanto o más que la de Los Ronaldos. Se ha equilibrado la cosa y ya no siento ningún pudor ni ningún miedo de en medio de un show mío tocar tres o cuatro canciones, las que hagan falta, de Los Ronaldos.

¿Cuándo vuelves la vista atrás cómo ves aquel chaval de 17 años? ¿Qué se ha quedado por el camino y qué has aprendido?

Ni idea, no es algo que yo me pare a pensar mucho. No me siento debajo de un olmo a pensar sobre esas cosas. Seguramente queda mucho, en el buen sentido y en el mal sentido. Y, bueno, algunas cosas se habrán perdido o se habrán mejorado… supongo. Le dedico más tiempo a otras cosas. La paternidad te quita esas tonterías. Yo de esas no tenía muchas, tenía otras, pero con paternidad estás en el presente y a mirar para adelante.

Dos hijos, pequeños

La gente sentada, pero supongo que estará deseando encontrarte con un público bailando, coreando las canciones… ese disfrute que había en los conciertos de la normalidad.

Sí, hay muchas ganas. Han sido conciertos fantásticos y muy emocionantes los de las dos giras anteriores. Con la gira Imposible, inmediatamente después del confinamiento, y la Crack tour al año siguiente, ya con banda y se respiraba otra. Pero los conciertos de rock en directo son la auténtica antítesis de lo que estaba ocurriendo. La gente con mascarilla, sentada, sin poder cantar mucho… eso va directamente en contra de lo que se supone que tiene que ser un concierto de rock. Lo que uno intenta cuando se sube a un escenario es que la gente llegue al máximo nivel de liberación, de demostración de sus sentimientos; ese es el fin profundo, íntimo y maravilloso de un concierto de rock. Y eso era imposible con las restricciones, con esos audios horribles que advertían de todo lo que no se podía hacer. Les faltaba decir: por favor, no disfruten. Todo parece indicar que este año todo eso se ha terminado, aunque supongo que seguirán las mascarillas. Los que vivimos de subirnos a los escenarios, necesitamos esa energía otra vez.

     

Mucho tiempo en una burbuja, no veo la tele, no veo el periódico, tengo redes sociales para anunciar mis historias, pero no sigo a la gente. Estoy bastante desconectado con la realidad y mucho más con la política. Me cuesta mucho analizarla. Sí que veo una falta absoluta, pero desde hace tiempo, de claridad y honestidad en los políticos, que me aburre muchisímos. Y estoy encantado de estar así.

Recibe toda la actualidad
Murcia Plaza

Recibe toda la actualidad de Murcia Plaza en tu correo