Cartagena

Sillas, terrazas y procesiones: el debate que divide a Cartagena

Tradición y negocio en busca de armonía

Esta misma semana se alcanzó un acuerdo para que los negocios de hostelería situados en los itinerarios de las procesiones de Semana Santa de Cartagena puedan hacer uso de la superficie autorizada para sus terrazas y no se instalen sillas delante de ellas, algo a lo que aspiraba la Junta de Cofradías. Así, tras escuchar a unos y a otros, y con el objetivo de garantizar el desarrollo de los desfiles pasionales “sin interferencias” y compatibilizar la actividad hostelera con el recogimiento y la devoción de la Semana Santa, los propietarios de bares y restaurantes de las vías por donde transcurren los desfiles pasionales y los representantes de la Junta de Cofradías alcanzaron un ‘pacto de no agresión’. Recuerdan que hay establecimientos que, en esta época, son capaces de recaudar casi el 60 % de la caja de todo el año y, sin embargo, la aportación económica es nula a pesar de que los mayores beneficios son para ellos.

Sin embargo, la Junta de Cofradías cree que el camino es otro y sigue defendiendo su postura de eliminar de esta primerísima línea del recorrido las mesas y sillas de las terrazas de la hostelería, algo que ocurre en otras ciudades y por lo que nadie se echa las manos a la cabeza. Saben que este equilibrio es difícil de compaginar en Cartagena y reivindican unas procesiones “para todos” y no solo para aquellos, principalmente en las zonas de mayor afluencia, que tienen la posibilidad de reservar una mesa en una terraza a unos precios bastante superiores a lo que cuesta el alquiler de una silla.

Camareros con la bandeja en medio del desfile o gente que cruza la calle

“Las procesiones son para todos”, apostilla Marien García Boj, Hermana Mayor de la Cofradía del Resucitado, a la vez que pide “respeto” durante las procesiones, “porque sabemos que no lo hay”, añade. “El camarero que pasa con la bandeja por en medio del desfile; la gente que cruza la calle cuando pasa un tercio; o aquellos que siguen con la cena o bebiendo mientras pasa un trono”.

Y es que no todo el mundo entiende de igual manera la forma de presenciar una procesión, aunque en ninguno de los casos se admite que no exista el respeto que reclaman los procesionistas. El año pasado, la Junta de Cofradías y Hostecar elaboraron un decálogo de buenas formas para esta época, con el objetivo de que los clientes de los establecimientos y los trabajadores de bares y restaurantes supieran qué normas habría que respetar durante el paso de tronos y nazarenos. Sin embargo, la patronal no lo puso en práctica.

“Sabemos que es un camino lento, pero lo conseguiremos”, añade García Boj.

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