Cartagena

Quién gana y quién pierde con la crisis de MC y la marcha de su expresidenta

El laberinto del partido cartagenerista ¿hacia la extinción o el renacer?

  • Los concejales de MC Cartagena con María dolores Ruiz al fondo
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MC Cartagena se ha convertido en los últimos nueve meses en un hervidero político, capaz de airear sin pudor sus problemas internos de la misma manera que su anterior líder, Pepe López, lo hacía antes, pero para acusar, con una vehemencia capaz de encandilar a sus votantes, las formas de hacer política de Pilar Barreiro -sobre todo-, Castejón y Noelia Arroyo.

Si López fue otrora el adalid del partido cartagenerista, al que convirtió en una formación local que gobernó Cartagena, su salida -recordemos, por decisión propia- abrió la Caja de Pandora con la ascensión del que fuera su mano derecha, Giménez Gallo. Al abogado se le puede considerar el auténtico "bombero" del partido y de su exlíder, tras acontecimientos y actuaciones estrambóticas, sonrojantes, maleducadas y denunciables -alguna condena le ha caído en su contra-. MC llegó a convertirse, para muchos cartageneros, en un soplo de aire fresco, y en las elecciones de 2019 -cuando fue el partido más votado- y 2023 fue arropado por nada más y nada menos que 24.000 votantes del municipio.

Los cambios en formaciones en las que el líder o lideresa lo es todo, o casi todo, son traumáticos, largos y dolorosos, y MC Cartagena es el ejemplo perfecto: división, lucha parcelaria, acusaciones, denuncias, expedientes disciplinarios y una retahíla de capítulos, puñaladas y traiciones, cada cual más sorprendente, que, como antes señalaba, han exhibido delante de todos sin vergüenza ni sentimiento de culpa.

El último acto de esta tragicomedia en la que se ha convertido el partido desde que López abandonó la primera línea política ha sido la marcha de una de sus figuras destacadas: la hasta hace un mes presidenta del partido, María Dolores Ruiz. La ya concejala no adscrita se fue tras ser expedientada, con claros visos de expulsión, y después de que su ya expartido convocara unas elecciones internas con las que ha borrado todo rastro de la política que llegó de la mano de López y que, hace unos meses, denunció una posible alteración de los estatutos.

Ahora, por tanto, podemos preguntarnos quién gana y quién pierde con la crisis generada y la salida de Ruiz a dos años vista de las elecciones municipales.

Jesús Giménez Gallo: del afiliado al simpatizante

Podemos pensar que el secretario general, reelegido la pasada semana tras el voto de 51 de los 64 compromisarios que participaron en las elecciones, sale beneficiado por partida doble: se quita un elemento que distorsionaba y, además, refuerza su peso dentro del partido. Consigue aunar el sentimiento de sus afiliados -por eso convocó las elecciones- y da carpetazo a un asunto que ha enturbiado la política municipalista del partido. La marcha de María Dolores Ruiz le da oxígeno y la posibilidad de centrarse en hacer política, marcar una hoja de ruta para los dos próximos años y recuperar la confianza del votante desengañado, perdido o desencantado.

Por el contrario, al secretario general del partido se le ha generado un escenario en el que las figuras de López y Ruiz han hecho dudar de su capacidad para liderar el proyecto. La gestión de la crisis ha provocado dudas, primero por la falta de mano izquierda para reconducir la situación antes de que todo estallara y, después, por la falta de contundencia cuando ya no tenía remedio. Tras estas elecciones pierde a un concejal -ojo al dato- y da más argumentos a López -si es que no los tenía ya- para optar a convertirse en una alternativa más en las próximas elecciones.

MC Cartagena o el agujero del edificio

El partido es el que peor parado sale de todo esto, porque dos años de inestabilidad han provocado escepticismo entre los suyos y, probablemente, dudas entre aquellos que le tienen simpatía o le han votado en alguna ocasión. No es plato de buen gusto asistir, desde la pantalla del móvil, a acusaciones groseras entre los líderes, exlíderes o concejales, con duras críticas -algunas personales- que no hacen otra cosa que socavar los pilares del partido.

MC encontrará la tranquilidad que le permitan Pepe López y María Dolores Ruiz, porque hay que recordar, para que a nadie se le olvide, que el tirón del exalcalde es plenamente constatable y que fue él, con su particular manera de hacer política, quien llevó al partido donde está ahora.

Pepe López y ¿su regreso?

Indudablemente, Pepe López reafirma con la marcha de Ruiz sus argumentos de que su partido ha perdido el norte político. Pero ¿sale ganando de todo esto? Pues todo va a depender de cuál sea su estrategia a partir de ahora.

Me comenta un apasionado (tan vehemente como crítico) de la política local que si Pepe López monta otro partido, "tenemos Noelia Arroyo para dos décadas, como sucedió con Pilar Barreiro". Y me recuerda que Sí Cartagena, el partido de Castejón, le quitó 5.000 votos al PSOE, y Más Cartagena dejó sin representación a Podemos en el Ayuntamiento. Eso provocó que el PP pudiera gobernar con Vox en 2023.

Por ello, es de los que piensan que Jesús Giménez Gallo debería intentar llegar a algún tipo de acuerdo con López (vaya órdago), porque una cosa es que te voten en el partido y otra que lo hagan los ciudadanos. "En Cartagena hay un porcentaje considerable de personas que quieren un Pepe López agresivo y faltón con Murcia". Por eso, afirma convencido que, si monta un partido nuevo, ganaría uno o dos concejales en 2027, lo que supondría salir en los telediarios nacionales un día sí y otro también por el espectáculo que él solo es capaz de montar en los plenos.

Por último, lanza un mensaje a López: "Aquí la clave está en si quieren de verdad echar al PP del Ayuntamiento en 2027. Si se presentan PSOE, Sí Cartagena, Podemos, Más Cartagena, MC y el, supuestamente, nuevo partido de López, jamás lo van a conseguir".

María Dolores Ruiz: "No he variado mis ideales"

"Dejé de militar en MC Cartagena porque sus ideas nada tienen que ver ya con el ideario del partido al que me incorporé en 2015. Prueba de ello es que centran el valor de la oposición en mociones de censura fracasadas, con quien sea y como sea", justifica María Dolores Ruiz en una carta abierta en redes sociales.

"No soy tránsfuga porque no he variado mis ideales ni me incorporo a otra formación política. El acta de concejal es personal y, por ello, viene conmigo hasta 2027 (…) Cartagena no merece política de barro, merece trabajo y esfuerzo por parte de los que nos llamamos servidores públicos".

Dicen que quien paga, descansa, y María Dolores Ruiz ha pagado con su salida la paz que necesitaba desde que empezó el litigio dialéctico con sus ya excompañeros. Ella llegó de la mano de López y se ha marchado porque no le ha gustado la manera de actuar de su nuevo jefe. Ha sido, estos dos años, un "verso suelto" de la política, y no parece que vaya a cambiar un ápice su manera de hacerlo hasta 2027. Probablemente su imagen haya quedado tocada para unos y, por el contrario, haya incluso ganado más peso para otros, pero lo que está claro es que ella gana porque ya no considera que este MC sea el partido por el que luchó.

La oposición: se abre la veda de votos

Seamos sinceros, esto, todo lo que hemos presenciado y leído, beneficia a la oposición. ¿A quién? Pues indudablemente a las grandes formaciones, o al menos a algunas de ellas.

MC ha sido un partido ‘transversal’ que ha recogido el sentimiento de frustración de muchos y muchas cartageneras con los partidos de ámbito nacional. Así pues, ante esta división se abre la veda de los indecisos y aquellos que votaron a López pero que tienen un sentimiento más liberalista regresarán al PP o incluso a Vox. “Pepe López no es un amante del municipalismo, es un populista de libro”, me recuerda un concejal municipal. El partido de Abascal tendría, bajo ese argumento, una buena oportunidad de siembra y recogida.

Los socialistas, por su parte, están más necesitados que nunca de esos votos que se esfumaron (más de 6.500) con la marcha -expulsión es la palabra correcta-, de Ana Belén Castejón. Ahora bien, a nadie se le escapa de que solo gobernarán Cartagena en los próximos años con la ayuda de otro partido y si MC está como está y pierde votos, ellos tienen más lejos el bastón de mando de la Alcaldía. ¿Le beneficia lo que pasa en MC? Pues, claramente, no.

A dos años de las elecciones, MC y su líder tienen ante sí un reto que definirá su futuro. Pero no depende solo de su capacidad y estrategia. Hay un gran satélite que se desprendió del planeta MC y ahora ha retornado con más fuerza y con la amenaza de aniquilarlo… o no.

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