Navantia ha participado recientemente en la feria internacional de defensa CANSEC 2025 en Canadá con un objetivo claro: posicionar al submarino S-80 como una de las opciones preferentes en el ambicioso programa de renovación de la flota de la Royal Canadian Navy, que prevé incorporar hasta 12 nuevos submarinos convencionales a partir de mediados de la década de 2030.
A finales de 2024, el Gobierno de Canadá lanzó una petición oficial de información a los principales astilleros del mundo con capacidad para diseñar y construir submarinos de última generación, abriendo la puerta a una inversión que podría alcanzar los 100.000 millones de dólares canadienses (alrededor de 66.000 millones de euros).
La propuesta de Navantia, respaldada por el Gobierno de España y la Armada Española, se articula en torno al S-80, el submarino de propulsión independiente del aire (AIP) más avanzado de los que actualmente operan en el ámbito de la OTAN. El primer modelo de esta serie, el S-81 Isaac Peral, ya se encuentra en pruebas de mar, y ha sido descrito por responsables de la compañía como un hito tecnológico y estratégico de la industria naval española.
Durante el evento en Ottawa, el equipo de Navantia recibió al Comandante de la Marina Canadiense, así como a líderes militares, autoridades gubernamentales y representantes del ecosistema industrial de defensa de Canadá, con el fin de presentar en detalle las capacidades operativas, tecnológicas y de interoperabilidad del submarino español.
Pablo Menéndez: "Compromiso de toda la nación"
Pablo Menéndez, responsable de desarrollo del programa S-80 para Canadá, expresó en redes sociales hace tan solo unos días el orgullo del equipo español por haber participado en CANSEC y la determinación con la que Navantia se presenta al proceso canadiense:
“Nos enorgullece presentar el S-80, el submarino convencional más avanzado en servicio operativo en la OTAN, y destacar nuestro compromiso de ‘toda la nación’ con Canadá a través de una asociación estratégica que incluye a la Armada Española, el gobierno y Navantia”.
Según Menéndez, la propuesta de Navantia no se limita a la venta del producto final, sino que se basa en una alianza industrial a largo plazo con participación de empresas canadienses, transferencia de tecnología y cooperación en materia de soberanía y preparación estratégica de la OTAN.
La elección final del proveedor de submarinos para la marina canadiense no se conocerá antes de varios años, pero Navantia está decidida a estar presente en todas las fases del proceso, tal y como ya hizo con su exitosa participación en el programa F-110 de fragatas para la Armada Española.
En un mercado altamente competitivo -donde compiten gigantes como Saab (Suecia), TKMS (Alemania) o Naval Group (Francia)-, el S-80 y la experiencia acumulada por Navantia en Cartagena podrían convertirse en una puerta de entrada estratégica a Norteamérica para la industria naval española.