Bueno, bueno y bueno. Lo estábamos esperando y por fin se ha producido un cara a cara entre la concejala no adscrita y anteriormente presidenta de MC y el actual secretario general del partido, Jesús Giménez Gallo. Como saben, hace tiempo que “se toman el chocolate de espaldas”, ya que Ruiz denunció a Gallo por presunta adulteración de los estatutos del partido para su beneficio, y éste la expedientó. El asunto ha acabado en los tribunales y Ruiz fuera del partido -por decisión propia-. Desde ese momento, MC no vota las mociones de Ruiz y, de paso, aprovecha in voce para llamarla, siempre que puede, tránsfuga. El portavoz cartagenerista cobró protagonismo ayer, lo necesitaba, y fue capaz casi al mismo tiempo de acusar a Noelia Arroyo de comprar la alcaldía -ahí es nada- como de llamar mindundi a la concejal no adscrita.. y casi sin despeinarse.
María Dolores Ruiz, por su parte, trata de pasar página y con su trabajo en solitario, defender sus mociones en el Pleno, pero las alusiones a su 'transfuguismo' es la 'criptonita' con la que sus excompañeros buscan su punto débil. Ruiz, además, es acusada de forma habitual desde MC de ser un concejal 'ad hoc' del PP, por lo que la tensión es palpable, aunque no se había manifestado desde hace meses... hasta este mes de noviembre y con motivo precisamente de otros 'tránsfugas' -según Giménez Gallo- como los exsocialistas ahora de Sí Cartagena.
En la sesión plenaria de este jueves, con motivo de una moción sobre la sentencia que cuestiona el nombramiento como miembros del Ejecutivo local de Ana Belén Castejón, David Martínez, Alejandra Gutiérrez, Juan Pedro Torralba y Mercedes García en la pasada legislatura, se ha producido el choque: el que muchos esperaban, porque la indiferencia era hasta ahora el peor desprecio del partido cartagenerista hacia Ruiz.
Tras las intervenciones a favor o en contra de la moción de MC, la concejala Ruiz tomó la palabra con contundencia: “Lo que pretende con esta moción, evidentemente, es un vídeo en el top ten de YouTube de Movimiento Ciudadano, porque alega dos veces la palabra tránsfuga. Cuatro veces en una cuartilla y media. Y siendo abogado en ejercicio, confunde lo que es ley -el artículo 73 de la Ley de Bases de Régimen Local- con lo que es un pacto de partidos políticos”, reprochó la concejala.
Recordó además a Giménez Gallo que la sentencia “declara nulos esos decretos, pero no habla de anular los nombramientos ni de imponer multa alguna”. Y añadió: “Usted quiere crear antes de Navidad y de la cuesta de enero una sensación de opresión en el pueblo de Cartagena”.
“Esta concejal no adscrita no va a votar que sí a una moción que se basa en una mentira. Y yo con mentiras no juego”.
Giménez Gallo: "Si discutes con un tonto, puedes caer en la estulticia"
El portavoz respondió señalando que “si discutes con un tonto puedes caer en la estulticia, y voy a intentar evitarlo en la medida de lo posible”, en alusión a su excompañera. Añadió que “el Gobierno vuelve a tener una tránsfuga, que es la que hace aquí la locución que le corresponde al Gobierno”, y calificó el caso como “el mayor escándalo de compra de concejales en España en democracia”.
También cargó contra la alcaldesa: “Noelia Arroyo hace lo que le da la gana y no cumple las leyes. Tendrá que pagar, cuando sea firme la sentencia, doscientos y pico mil euros por cada uno de los dos años que cobraron indebidamente los concejales. La alcaldesa es quien compró la Alcaldía, no los que trabajaron”.
Ruiz devolvió el golpe comparándolo con un partido de tenis: “Usted acaba de decir que soy un mediodía, una mindundi, y que soy el quinceavo concejal del Gobierno. No, señor. Yo voy por mi cuenta y riesgo, trayendo mociones e iniciativas al Pleno. Y usted, fingiendo cartagenerismo, se niega a argumentar y ha prohibido a su ‘grupi’ que me replique”.
“Usted va a incorporar un nuevo principio al derecho basado en la opinión del señor Giménez Gallo. Porque lo que usted dice no es verdad”.
La concejala no adscrita defendió su posición asegurando que desde MC “se limitan a generar vídeos virales mientras se abstienen de mociones importantes solo porque no les gustan las firmas que las presentan”. Afirmó que esa actitud “sí es una vergüenza” y reprochó al portavoz que cuestione su criterio.
Subrayó que no es tránsfuga y que vota siempre “con coherencia y pensando en Cartagena”. Apoya las iniciativas que considera positivas y rechaza las que, en su opinión, “son puro postureo político y no aportan nada a la ciudad”.
Cerró con firmeza: “¿Que no quiere debatir conmigo? No lo necesito. No necesito su opinión ni la de ninguno de sus concejales. Soy concejal no adscrita. Repito”.
Al final, entre alusiones, dardos y metáforas, quedó claro que la tregua sigue sin fecha y que cada pleno amenaza con convertirse en un capítulo nuevo de este culebrón municipal. Y visto lo visto, en Cartagena no hace falta Netflix: basta con sentarse en el Salón de Plenos y esperar a que alguien diga “tránsfuga” para que empiece la función.