CARTAGENA. Terrazas llenas, playas a rebosar y un ritmo de afluyentes que deja poco que envidiar al verano. La costa de la Región ha dado la bienvenida por todo lo alto a los días fuertes de la Semana Santa, cuando los festivos han permitido el desplazamiento hasta el litoral para beneficio de la hostelería.

Tanto es así, que este Jueves Santo no solo se han llenado los locales, sino que llegaban incluso a montarse filas en las puertas a la espera de entrar a comer, lo que podría llegar a demorarse incluso una hora. De hecho, quien no tuviera reserva en las zonas más cotizadas de La Manga y Cabo de Palos se ha visto en la necesidad de improvisar y buscar un nuevo sitio para comer.

A esto también ha contribuido la ausencia de chiringuitos, que este año no han tenido ocasión de instalar sus negocios a tiempo para aprovechar el movimiento que trae consigo la Semana Santa. Esto se debe a que no ha sido hasta este pasado fin de semana que el Ayuntamiento de Cartagena ha comenzado a otorgar las licencias, una demora que achacan a los retrasos de Costas.

En cualquier caso, esto no ha desmotivado a los visitantes, que han aprovechado el día festivo para acudir en masa a las costas. El buen tiempo también acompañaba el espíritu playero, pues tras varios días con viento y chubascos en la Región, la meteorología ha concedido una tregua con el inicio del Jueves santo. Sin embargo, el viento no ha llegado a desaparecer y la temperatura del agua dista de ser la de agosto, lo que no ha impedido a los más valientes que se metieran al agua.

También ha resultado un aliciente las fechas en las que se celebra esta Semana Santa tardía, que tiene lugar casi un mes después de la celebración del 2024, cuando se adelantó hasta marzo. En consecuencia, el invierno queda ahora más lejano, y la Región disfruta de un tiempo completamente primaveral, que puede llegar incluso a recordar por momentos al calor del verano.

De cualquier forma, la brisa no resulta impedimento para que los playeros paseen por la orilla o se dediquen a tomar sol. Tampoco faltaban los que preferían planes más activos, como un partido de voleibol en la arena, una sesión de buceo o el ejercicio de deportes acuáticos, como puede ser el pádel surf. Como viene siendo habitual, una vez llegada la hora de la comida, quienes no se dirigieron hacia las terrazas sacaron sus neveras con bocadillos, aperitivos y abundante cerveza.

Respecto a los asistentes, buena parte de los presentes correspondía a los habitantes de la Región de Murcia y alrededores, que habían aprovechado el Jueves Santo para venir a pasar el día a la costa. Además, ya habituales en la zona, los madrileños habían comenzado a llegar, inundando el litoral de población en contraste con el vacío del miércoles. Además, también resultaban frecuentes los visitantes extranjeros, que llegan por estas fechas a la Región en busca del buen tiempo característico del Mediterráneo.