El Ayuntamiento de Cartagena ha sacado a licitación el proyecto de acondicionamiento y transformación de la Vía Verde del municipio, un corredor que, aunque muchos lo recorren casi sin pensarlo, guarda un gran potencial para el cicloturismo, el senderismo y para quienes simplemente buscan perderse un rato entre paisajes más tranquilos. La actuación, valorada en 165.233 euros, aspira a devolverle al trazado su funcionalidad original y, además, convertirlo en una infraestructura más segura, accesible y atractiva.

Y es que esta vía, heredera del antiguo trazado ferroviario, se ha convertido en una pieza clave dentro de la red regional de Vías Verdes. Su mejora, según el propio Ayuntamiento, encaja en la estrategia de movilidad sostenible y en el Plan de Turismo Sostenible del municipio para 2022-2025. No se trata solo de arreglar un camino, sino de apostar por un modelo de ciudad que mira de frente a su patrimonio natural.

La realidad es que el estado actual de la vía pedía a gritos una intervención. En el tramo entre Santa Ana y la AP-7, por ejemplo, el firme se encuentra claramente deteriorado en varios puntos. En algunos tramos, los vehículos agrícolas han ido dejando huella; en otros, las lluvias torrenciales han llegado a inundar parcialmente el paso inferior junto a la autopista. Algo parecido sucede entre La Aljorra y SABIC: zonas compartidas por ciclistas, peatones y tractores que, sin una señalización adecuada, se convierten en un pequeño caos.

El proyecto entra a fondo. Entre las actuaciones previstas destacan:

• Desbroce y limpieza intensiva en las zonas donde la vegetación ha invadido la plataforma.

• Aporte de suelo y estabilización del firme, excavando hasta 30 centímetros para recuperar la base y compactarla según los estándares técnicos más exigentes.

• Tratamiento superficial bituminoso en los primeros 700 metros, actualmente pavimentados, para asegurar una rodadura más estable.

• Fresado y nueva capa de aglomerado en los cruces con carreteras, donde la seguridad es clave.

• Renovación completa de la señalización vertical, sobre todo en las intersecciones más conflictivas, donde coinciden ciclistas, peatones y maquinaria agrícola.

• Instalación de un área de descanso con nuevo mobiliario de hormigón y señalética de madera, un detalle que, aunque puede parecer menor, cambia por completo la experiencia del usuario.

En conjunto, estas obras buscan algo tan sencillo como que la Vía Verde vuelva a ser un espacio cómodo, seguro y conectado con su entorno.

Además, el Ayuntamiento defiende que la intervención no se queda en lo puramente técnico. La mejora del firme y la señalización abre la puerta a nuevas rutas cicloturistas, fortalece la movilidad no motorizada y favorece que vecinos y visitantes redescubran ese patrimonio natural que, a menudo, pasa desapercibido entre carreteras y cultivos.