La falta de aparcamiento en Cabo de Palos y La Manga sigue siendo un problema a solucionar un verano más. Los atascos, especialmente los fines de semana, siguen siendo la tónica habitual y provocan imágenes habituales como el estacionamiento de coches en aceras o zonas que no están permitidas para ello.
Este verano el Ayuntamiento de Cartagena habilitó un aparcamiento disuasorio con capacidad para 220 vehículos sobre una superficie de 2.200 metros cuadrados, anteriormente destinada al mercadillo, junto al Upper. “Esta infraestructura, aplicada atendiendo a las demandas de los vecinos y los comerciantes de cabo de palos, facilitará el acceso ordenado al centro urbano”, anunció entonces el Gobierno municipal. Sin embargo, la falta de un servicio de autobuses más fluido y la lejanía respecto al centro de Cabo de Palos parecen una solución escasa.
“Hay dos claves. Por un lado, tratar con ahínco los problemas en los kilómetros 2 y 3 de La Manga, que es donde se produce principalmente el problema del tráfico, y habilitar aparcamientos disuasorios. Hay terrenos de propiedad privada en la zona del Pedruchillo y La Martinique que se podrían habilitar, pero en esos casos hay que llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento. En algún momento se hizo alguna propuesta de un aparcamiento subterráneo, pero claro las inversiones en este caso son grandes”, apuntan los empresarios de La Manga y Cabo de Palos. “En Cabo de Palos también hay zonas, pero este tema hay que hacerlo en una mesa de trabajo. No se puede cargar más la zona. Es un problema para el que hay que intentar buscar soluciones, especialmente para los fines de semana”, añade.
En este sentido, una de las opciones que piensan los empresarios es lanzar una fuerte campaña de marketing que invite a los turistas y vecinos a usar el transporte público. “Se podrían hacer descuentos en los comercios de la zona presentando un ticket del transporte público. Es una opción que barajamos. Lo que está claro es que la situación hay que abordarla y dotar de buena conexión a los aparcamientos disuasorios”, añaden desde los empresarios de La Manga y Cabo de Palos.
“El parking disuasorio es un parche. El gran aparcamiento disuasorio que querían no iba a llegar este verano y les dimos una alternativa. Queríamos una nueva parada de taxis y plazas para bicis, que no ha sido posible”, apuntaba hace un par de meses el presidente de los vecinos de Cabo de Palos, Raúl Fresne. “Vemos que se hace muy poco. Sigue pendiente un gran plan de movilidad que esté bien conectado con el pueblo. Entiendo que esto lleva más tiempo porque hay terrenos que no son del Ayuntamiento, pero seguimos necesitando un gran parking disuasorio en condiciones. Otro objetivo que nos marcamos es lograr hacer más peatonal el pueblo. A ver si lo conseguimos”, añadía.