Cartagena

Escombreras: la nueva frontera industrial que busca inquilinos de largo recorrido

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Hace tan solo unos días que el Boletín Oficial del Estado publicaba un anuncio que, para muchos en el sector logístico e industrial, no pasó desapercibido: la apertura del concurso público para la concesión de parcelas en la ampliación de la Dársena de Escombreras, en el Puerto de Cartagena, algo que desde la entidad portuaria ya se había dado las explicaciones.

En esencia, la APC ha lanzado un proceso para adjudicar parcelas de suelo público a empresas interesadas en instalar actividades industriales o logísticas en esta zona estratégica del puerto. El objetivo: que construyan sus propias instalaciones, almacenes o centros de manipulación de mercancías -especialmente graneles líquidos y sólidos, como productos químicos, cereales, minerales o materiales de construcción-.

Las parcelas ofertadas no son pequeñas: la más grande roza los 45.000 metros cuadrados, y la más pequeña supera los 5.000 metros cuadrados. Terrenos que, en manos de los operadores adecuados, podrían transformarse en importantes nodos de actividad económica.

Se trata de una concesión administrativa. Es decir, el puerto cede el uso del suelo durante un plazo (que podrá llegar hasta los 40 años), pero bajo condiciones estrictas y con la obligación de invertir en infraestructuras, respetar la normativa ambiental, garantizar la seguridad y cumplir unos compromisos de tráfico mínimo.

Esta licitación responde a un hecho tan simple como poderoso: la demanda existe y crece. Las empresas quieren estar en Escombreras, y el puerto no puede -ni debe- improvisar. Por eso, este concurso no es solo una subasta: es una ordenación planificada del crecimiento. Un filtro para que solo las propuestas más sólidas, útiles y sostenibles se lleven el premio.

Además, las concesiones incluyen no solo el derecho a ocupar el suelo, sino también el compromiso de urbanizarlo, adaptarlo y mejorarlo. No es suelo listo para usar: hay que trabajar en él. Y ese esfuerzo es parte del trato.

Ahora, empieza la cuenta atrás. Las empresas interesadas tienen 30 días hábiles desde la publicación en el BOE -fue el pasado 4 de julio- para presentar sus propuestas. No basta con una idea: hay que acompañarla de proyectos técnicos, estudios económicos, planes de explotación, compromisos ambientales… y un largo etcétera que garantiza que quien gane, lo haga porque sabe lo que hace y está preparado para cumplir.

A pesar de las dificultades y de los obstáculos que denuncian desde la APC para crecer y expandirse con nuevos proyectos, la APC quiere crecer con sentido, con estrategia y con aliados que apuesten a largo plazo. Por eso, este concurso no solo abre parcelas; abre oportunidades para transformar la dársena en uno de los grandes motores logísticos del Mediterráneo occidental.

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