El astillero de Navantia en Cartagena acogerá hoy la ceremonia de puesta a flote del submarino S-82 ‘Narciso Monturiol’, segunda unidad de la serie S-80 construida para la Armada.
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Tal como sucedió con el S-81 ‘Isaac Peral’, la misma se celebrará como acto solemne junto al taller en el que se ha construido el submarino, días antes de que se inicie el proceso por el que éste se trasladará al agua mediante un dique inundable. Esta maniobra, que requiere varias horas, se realizará próximamente como acto de trabajo en el astillero.
La ceremonia estará presidida por la ministra de Defensa, Margarita Robles. Isabel López, y la esposa del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Isabel López, ejercerá de madrina y será la encargada de cortar la cinta que activa la rotura de botella sobre el casco del submarino. Tanto el JEMAD, Teodoro López Calderón, como el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Antonio Piñeiro, estarán presentes.
El segundo de los submarinos de la serie sigue los pasos del ya operativo S-81 en manos de la Armada. El astillero cartagenero ha trabajado durante los últimos años con intensidad para que los cuatro sumergibles proyectados lleguen en tiempo y forma a la Armada española. Aunque no siempre se ha podido cumplir con los plazos de entrega prevista, el S-82 es ya una realidad y supone un importante paso en el desarrollo del arma submarina para España.
Si bien el salto tecnológico llegará con los siguientes S-83 y S-84, gracias al sistema AIP (sistema de propulsión independiente del aire, diseñado para que el submarino pueda permanecer sumergido durante semanas sin necesidad de emerger o usar el snorkel para recargar baterías con los motores diésel), la posibilidad de que la Armada cuente con una flota compuesta por cuatro submarinos de fabricación española supone un salto cualitativo y cuantitativo para Navantia, que la convierte en un equipo de ‘Champions League’.
Hasta ahora Navantia había trabajado con licencias extranjeras, por lo que el salto tecnológico es trascendental. Además, el haberse convertido en un diseñador de submarinos abre las puertas a contratos en el extranjero y ya lo ha intentado la empresa pública española, ofreciendo su tecnología con el S-80 para otras Armadas asiáticas, europeas o norteamericanas.
Además de una importante carga de trabajo y empleo cualificado durante los años de construcción (ingenieros, técnicos especializados, industria auxiliar, etc…), a España le supone una independencia estratégica, al no depender de terceros países para fabricar y mantener sus submarinos. Por último, el AIP antes mencionado es ‘made in Spain’, lo que ayuda a ser explotado comercialmente hablando para otros programas navales.
Después de la botadura ¿qué?
Pues una vez se encuentre en el agua entrará en un largo proceso de iniciación y comprobación, primero en el puerto, de todos los sistemas y su homologación. Posteriormente arrancará con las primeras navegaciones, tal y como hizo su ‘hermano mayor’, el S81 Isaac Peral, en superficie y luego en inmersión, hasta alcanzar su cota máxima de diseño. Tal y como apuntan algunas fuentes especializadas se presume que las pruebas de mar se desarrollen entre el invierno de 2025 y la primavera de 2026, para que la Armada reciba de forma oficial el sumergible en el último tramo de 2026. La plena operatividad llegaría un año más tarde.
La botadura del S-82 ‘Narciso Monturiol’ marca un nuevo hito para Navantia y la Armada Española. Más allá del acto en sí, la llegada del segundo de la serie y su puesta en el agua inyecta a la empresa pública española una enorme relevancia mediática internacional en un momento en el que la Defensa internacional crece de forma exponencial.