La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha confirmado esta mañana el inicio de una operación antidroga en el barrio de Los Mateos, una intervención que, según ha explicado, responde a una situación límite que llevaban semanas denunciando los vecinos.
"Coordinamos esta actuación junto con Iberdrola y la Policía Nacional porque, la verdad, la situación era ya insostenible", ha señalado la regidora. Y es que, desde el Ayuntamiento, llevaban tiempo recibiendo quejas de residentes de varias calles que estaban sufriendo apagones constantes, consecuencia directa -según se ha podido confirmar- de conexiones ilegales a la red eléctrica vinculadas a plantaciones de marihuana.
"El problema venía de ahí. El origen era claramente delictivo, y por tanto la solución tenía que ser policial", ha subrayado Arroyo, quien no ha ocultado la gravedad de lo vivido: "Han sido semanas muy duras, muy injustas para los vecinos. Con estas temperaturas extremas, quedarse sin luz no es solo incómodo, es un verdadero castigo. Hablamos de casas convertidas en hornos, comida echada a perder, familias desesperadas...".
Además, la alcaldesa ha querido agradecer la implicación de Iberdrola, que -según ha detallado- está realizando mejoras constantes en la red con inversiones para asegurar un servicio más estable y de mayor calidad: “Sabemos que no es fácil. Pero también sabemos que no se puede permitir que quienes cumplen con sus obligaciones paguen por quienes no lo hacen”.
Desde Iberdrola, por su parte, también han confirmado el despliegue de actuaciones técnicas en barrios especialmente afectados como Los Mateos, Santa Lucía y Lo Campano. “Allí -reconocen- existen problemas serios de seguridad ciudadana. Y hoy, gracias a la intermediación del Ayuntamiento y de la Delegación del Gobierno, hemos comenzado una campaña para desmantelar plantaciones ilegales que estaban poniendo en jaque el suministro eléctrico”.
La operación, que sigue en marcha, busca no solo recuperar el control de la red, sino también devolver la normalidad a cientos de vecinos que, sin comerlo ni beberlo, se han visto atrapados en medio de una situación marcada por el delito y la dejadez de unos pocos.