Cartagena es una ciudad con siglos de historia visibles en cada esquina del centro histórico de la urbe. Desde las calzadas y murallas romanas hasta restos arqueológicos únicos, la ciudad puede ser considerada casi un museo al aire libre. Mantener estos tesoros en buen estado no es tarea sencilla: la exposición al tiempo, el tránsito urbano y la vegetación pueden deteriorarlos si no se interviene de manera planificada y constante. Con el objetivo de preservar estos bienes, el Ayuntamiento ha lanzado un contrato de mantenimiento y conservación preventiva que garantizará la protección de los principales yacimientos e inmuebles históricos del casco urbano durante los próximos años.
El contrato, valorado en 320.400 euros y con una duración de cuatro años, prorrogable un año más si fuera necesario o hasta agotar el presupuesto, tiene como objetivo principal asegurar que los espacios arqueológicos y patrimoniales se mantengan estables y accesibles. La gestión y supervisión de las actuaciones correrá a cargo del Servicio de Arqueología municipal, dependiente de la Concejalía de Patrimonio y Vivienda, que velará porque los trabajos se realicen conforme a criterios técnicos reconocidos internacionalmente y respetando la autenticidad de los bienes.
Entre los espacios incluidos en este plan destacan ocho conjuntos arqueológicos y monumentales de gran valor histórico: la columnata romana de Morería Baja; las estructuras antiguas dentro del Parque Arqueológico del Molinete y el molino-ermita de San Cristóbal; el baluarte de la muralla de Felipe II; la Domus del Pórtico del teatro romano; varios tramos de calzadas romanas en el Boulevard José Hierro, la Plaza Cronista Isidoro Valverde y la Plaza del Lago; el monumento funerario romano de Torre Ciega; la necrópolis paleocristiana del Museo Arqueológico; y la muralla de Carlos III, en sus frentes del Batel y del mar.
El contrato establece que todas las actuaciones se basarán en el principio de conservación preventiva, priorizando intervenciones mínimas y reversibles para evitar cualquier daño irreversible a los restos arqueológicos. Además, se prohíbe el arranque de vegetación en contacto con las estructuras y suelos arqueológicos; la limpieza de plantas se realizará únicamente de manera manual o mecánica, y el uso de herbicidas será excepcional, siempre bajo supervisión de los técnicos.
Con estas medidas, el Ayuntamiento busca no solo proteger los bienes culturales de Cartagena, sino también mantenerlos accesibles para la ciudadanía y los visitantes, combinando seguridad, sostenibilidad y respeto por la historia. Este proyecto refuerza la política municipal de conservación iniciada hace décadas, que ha permitido abrir al público numerosos recintos arqueológicos y rehabilitar inmuebles históricos, convirtiendo el patrimonio de la ciudad en un recurso cultural y turístico estratégico.