Aunque ni Navantia ni la Armada lo han hecho oficial, la ministra de Defensa, Margarita Robles Fernández, ya ha dado la pista para conocer que el próximo viernes 3 de octubre se producirá la aceptación del submarino S-82 ‘Narciso Monturiol’ por parte de la Armada de manos de Navantia y que, posteriormente, se llevará a cabo la puesta a flote del mismo -está programada a las 12.30 horas- en las instalaciones de la factoría ubicada en Cartagena

Recordemos que esta jornada simbólica estaba prevista para el 21 de julio pero la puesta a flote se decidió aplazar hasta después del verano "por motivos de agenda", según indicaron fuentes de Navantia.

El aplazamiento de este acto institucional no ha afectado al calendario de hitos del submarino ni a tampoco a la maniobra, que tendrá lugar, como estaba previsto, después de los meses estivales. Cabe puntualizar que la maniobra es independiente del evento, que consiste en el amadrinamiento del submarino, como así se llevó hace cuatro años con el S-81.

La madrina del evento será la esposa del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Teodoro Esteban López Calderón, siguiendo una tradición naval que une lo simbólico con lo institucional. Ella tendrá el honor de bautizar al submarino en una ceremonia que conjuga la solemnidad militar con la emoción de quienes han participado en su desarrollo.

La ceremonia de puesta a flote del submarino S-81 'Isaac Peral', diseñado y construido íntegramente en España, se celebró el 22 de abril de 2021, presidida por los reyes Felipe VI y Letizia. La princesa de Asturias, Leonor, amadrinó la nave.

Puesta en tensión y 1.500 verificaciones

Hace seis meses el segundo sumergible de la serie S-80 llevó a cabo su primer hito de seguridad, con la puesta en tensión de los equipos, o lo que es lo mismo: la puesta en marcha de las redes principales y de socorro de distribución eléctrica. Además, y de manera complementaria, el S82 ha sido sometido a las primeras pruebas de puerto (HAT, Harbour Acceptance Tests). El plan está contemplando y seguirán la realización de más de 1500 verificaciones, entre las pruebas de aceptación y las del constructor, incluyendo pruebas de puerto, navegación e inmersión.

Tras su puesta a flote, el submarino afrontará las pruebas en puerto siguiendo un esquema similar al aplicado al primer buque de la serie, aunque con plazos más ajustados. En esta fase deberá superar hitos clave de seguridad, como el primer embarque de combustible líquido, la carga inicial de baterías con los motores diésel y las pruebas de amarras en el syncrolift del astillero, una infraestructura de la que solo existe otro ejemplar fuera de Estados Unidos.

Si todo avanza según lo previsto, durante el próximo invierno comenzarán las navegaciones de prueba: primero en superficie y, más adelante, en inmersión hasta alcanzar su profundidad operativa máxima.

El calendario actual sitúa la entrega del S-82 Narciso Monturiol a la Armada en el otoño de 2026, con su plena operatividad fijada para mediados de 2027. Al mando estará el capitán de corbeta Damián Niebla Bars.

Recordemos que los submarinos S-80 tienen una eslora total de 80,8 metros, un diámetro de 7,3 metros y un desplazamiento en inmersión de alrededor de 3.000 toneladas. Entre sus aportaciones tecnológicas destacan el sistema de combate y control de plataforma de Navantia Sistemas, y un sistema de propulsión anaeróbico revolucionario desarrollado por Navantia que aporta gran sigilo en inmersión, denominado BEST-AIP.

Este sistema de propulsión independiente de la atmósfera le permite obtener energía eléctrica, a partir de pilas de combustible que utilizan tecnología procedente del sector aeroespacial, a cualquier profundidad. Así, podrá permanecer semanas sin salir a cota periscópica, lo que mejora su discreción, principal atributo de un submarino.

¿Y los que están por llegar?

Pues tal y como avanzábamos hace unas pocas semanas,  el S-83, que se encuentra en fase de integración con su sistema AIP de tercera generación, y el S-84, que acaba de iniciar su etapa de ensamblaje.  

El S-83, denominado Cosme García en honor a un ingeniero español del siglo XIX que destacó por sus innovaciones y por ser uno de los pioneros en el desarrollo de submarinos, representa un salto cualitativo respecto a los dos primeros sumergibles de la serie S-80. Con el sistema AIP basado en bioetanol, podrá permanecer sumergido durante períodos más largos que cualquier otro submarino de su clase. Y es que esta tecnología no solo extiende la autonomía, sino que también reduce la dependencia logística y aumenta la discreción en operaciones bajo el agua. En la práctica, significa que podrá navegar más tiempo sin emerger, mantener el sigilo y cumplir misiones complejas que antes eran impensables.

El último de la serie, el S-84 (llamado Mateo García de los Reyes en homenaje al contralmirante y ministro naval español del mismo nombre) y último -al menos por ahora- entra en un momento igualmente crucial. El ensamblaje es donde la ingeniería deja de ser teoría y se convierte en realidad. Cada pieza encaja como en un enorme rompecabezas; sistemas de propulsión, sensores, torpedos y electrónica se combinan para dar forma a un submarino que, hasta hace poco, solo existía en planos y modelos digitales.