La Junta de Gobierno de Cartagena vuelve este jueves a poner sobre la mesa uno de los asuntos que más vueltas lleva dando en el ayuntamiento desde hace años: la reforma de la ordenanza que regula la instalación y explotación de los míticos quioscos rojos en la vía pública. El área de Patrimonio elevará la propuesta del proyecto de Ordenanza municipal reguladora de la instalación de Quioscos en bienes de dominio público y en lugares contiguos a la vía pública.
Hablamos de unos negocios que llevan décadas formando parte del paisaje urbano, pero que a día de hoy atraviesan serias dificultades. De los cerca de setenta quioscos autorizados actualmente, más de la mitad están cerrados o sin actividad.
Además de la venta de prensa, la norma permite incorporar nuevos servicios: venta de entradas, distribución y recogida de paquetería o recarga de la tarjeta del autobús urbano, entre otros. “Donde antes solo se podía comprar prensa, ahora podrás comprar entradas, recoger un paquete o recargar la tarjeta del autobús”, subraya la alcaldesa. En los quioscos también se autoriza la venta de bebidas envasadas, cafés de cápsula y helados, dentro de los límites previstos para cada tipo y sin que puedan transformarse en establecimientos de hostelería, actividad que seguirá prohibida salvo autorización expresa.
La ordenanza define tres tipos de quioscos: el tradicional, el de helados artesanales y el de churros y masas fritas, todos sometidos a exigencias sanitarias y técnicas específicas “Cada tipo de quiosco tendrá sus condiciones concretas para garantizar la salud de los usuarios y la seguridad de las instalaciones”.
El régimen de concesión se configura como uso privativo del dominio público municipal, con licitación obligatoria y títulos de diez años, prorrogables hasta un máximo de veinte. El titular de la concesión deberá atender personalmente el quiosco y solo podrá incorporar hasta dos auxiliares contratados.
La ordenanza incorpora también criterios urbanísticos y funcionales: establece distancias mínimas entre quioscos, fija condiciones para la instalación de publicidad y garantiza la accesibilidad en los espacios donde se ubiquen, de manera que las casetas no dificulten el tránsito peatonal ni el uso de otros servicios públicos.
El problema viene de lejos. La norma vigente es heredera de los años 80 y, aunque en 1998 se intentó actualizarla, desde hace cinco años su proceso de revisión no termina de avanzar, provocando el abandono de decenas de estos negocios. El objetivo ahora es revitalizarlos y adaptarlos a la realidad, permitiendo un catálogo de servicios más amplio –como han hecho con éxito otras ciudades– y abriendo la puerta al uso gastronómico regulado que tanto demanda el sector y el turismo.
El Ayuntamiento busca mantener el diseño uniforme en el centro histórico, pero con modelos más modernos y flexibles en los barrios, siempre sujetos al pliego de concesión. También estudiará cambios en la normativa sobre concesión y cesión, aspectos insuficientemente regulados hoy día.
MC Cartagena reclamó en junio que se permitiera instalar puestos de comida, alegando que los quioscos no pueden seguir siendo ruinas mientras hay emprendedores dispuestos a invertir, como Raúl, que adquirió un quiosco para montar una churrería y tras nueve meses sigue sin respuesta oficial.
En febrero de 2024 la Junta de Gobierno aprobó iniciar el expediente de la nueva ordenanza y abrir una consulta pública. Desde entonces, el ritmo ha sido lento. La concejalía de Comercio explicó que la norma en elaboración contempla más usos autorizables y trámites administrativos más ágiles, mientras asociaciones como Hostecar esperan una reunión inminente para revisar el borrador.
La realidad es clara: en veinte años, varias decenas quioscos han cesado su actividad. El reto municipal es hacerlos más rentables, devolverles vida y convertirlos nuevamente en puntos de encuentro y dinamización de las calles de Cartagena. La Junta decidirá los próximos pasos -que posteriormente serán avalados por el Pleno Municipal- para que, finalmente, la ciudad recupere estos espacios emblemáticos.