El precio de la vivienda en Cartagena sigue subiendo mes a mes sin que las administraciones logren dar con la tecla ni liberen el suelo suficiente para poder construir el número de viviendas suficientes. El último informe de Idealista refleja un encarecimiento del 19,8 % de media en el municipio respecto al mes de septiembre de 2024, costando actualmente 1.506 €/m2.
Por zonas, Canteras y San Antón son las que más se encarecen. En el primer caso, el precio actual es de 1.710 €/m2, tras encarecerse un 30% en el último año. Por su parte, San Antón se encareció un 20%, costando actualmente 987 €/m2. La zona más cara sigue siendo Isla Plana, que actualmente cuesta 2.357 €/m2, seguida de Perín (2.164 €/m2) mientras que el casco antiguo, el centro del casco urbano, cuesta 1.983 €/m2.
Este encarecimiento viene dado por un lado por la falta de oferta y, en los últimos meses, por los costes laborales. Según recoge el INE, los costes laborales en el ladrillo subieron en el segundo trimestre del año un 4,3% interanual, hasta situarse en 3.283,67 euros mensuales brutos por trabajador. Esta cifra, que incluye salarios, cotizaciones sociales y pagas extraordinarias, es la más alta de la serie histórica que arrancó en el año 2000 y supera el promedio del conjunto de la economía (3.256,54 euros al mes, tras subir un 3% respecto a primavera de 2024), lo que pone de relieve la presión específica que sufre el sector.
Según recoge Idealista, para Miguel de la Fuente, Manager de Perm Recruitment Services de Construcción y Real Estate en Hays España, compañía especializada en la selección de personal cualificado y profesional, el problema radica en la falta de obreros profesiones. “No hay suficientes profesionales cualificados, y eso obliga a las empresas a hacer esfuerzos extra para contratar o fidelizar a los que ya tienen. Subir los sueldos, ofrecer mejores condiciones…, porque si no, se van. Pero además hay que tener en cuenta que la inflación sigue apretando, los convenios colectivos y privados están subiendo salarios, y los proyectos hoy son más complejos y exigentes técnicamente. Todo va llenando el vaso hasta rebosar, así que al final no es solo que falte gente: es que el ecosistema obliga a pagar más”.
Según apuntan desde la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), la construcción arrastra todavía un déficit de unos 700.000 trabajadores, a pesar de la mejora de la última década. “Tenemos un problema muy importante: se está jubilando mucha gente muy buena y estamos perdiendo el oficio. Como no hay trabajadores en obra, a los que hay se les está pagando más, a pesar de que saben mucho menos del oficio”, señalan desde la patronal del sector.