MURCIA. Apunta y dispara si sabes que estoy ahí. No me mires a la cara: no me fio de ti. Vas tirando balas. No sé ni quién eres. ¿Qué has hecho de mí? Tú, tan llanero solitario y yo tan mí frente al teclado. Vas tirando balas. Ya no me importa nada.
Intentar definir qué es lo bello supone enfrentarse a un reto complejo, uno con el que la filosofía lleva lidiando milenios. Para Platón, era lo bueno y verdadero. Para los cristianos de la Edad Media, una hablaba de Dios. Para los renacentistas, armonía. En el mundo actual, todas estas preguntas tienen todavía mucho sentido, porque la búsqueda de la belleza podría ser una defensa ante los problemas de nuestro tiempo.