Murcianos atrapados doce horas por Filomena camino de Madrid: miedo, incertidumbre e indignación

9/01/2021 - 

CARTAGENA. Ninguno de los pasajeros procedentes de la Región que cogieron este viernes el tren camino de Madrid (partió de la estación del Carmen quince minutos antes de las cinco) preveía una experiencia tan desagradable como la que tuvieron que padecer a lo largo de las doce horas, interminables, rumbo a una ciudad paralizada por el temporal Filomena.

La ruta Cartagena-Murcia-Madrid Atocha (Alvia 05667) se convertía en un maratoniano viaje lleno de incertidumbre por la mala climatología, especialmente en la zona de La Mancha, indignación por la poca previsión de Renfe a la hora de actuar con premura, anulando el desplazamiento, y miedo, tras tantas y tantas horas a bordo de un convoy que marchaba lentamente por tierras nevadas y con una climatología que asustaba.


Quince minutos después de la partida del tren, Renfe anunció que se suspendían los trenes que comunican la capital de España con Murcia, Cartagena, Alicante, Valencia y Castellón. No obstante, este numeroso grupo de murcianos emprendía un viaje en el que los propios protagonistas denuncian el "hacinamiento" en los vagones "con las maletas en el suelo" y "sin medidas de distanciamiento ni seguridad", explica Ana Alcántara, madre de Ana Serrano, una estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid.

"Nadie viaja en estas fechas por gusto", esgrime Ana, quien explica a Murcia Plaza, que ha pasado la noche en vela a la espera de las noticias que le iba adelantando su hija.

Al llegar a Albacete les cambiaron de tren, por lo que el número de pasajeros aumentó. Tuvieron que permanecer en la estación manchega cuatro horas, aguardando, con desasosiego, las noticias de la compañía de trenes que no llegaban. Partieron a las diez de la noche -a las ocho de la tarde tenía prevista su llegada a Madrid este tren-, pero a un ritmo lento y cansino, la situación no mejoró. "Había gente sentada en el suelo y además nadie les indicó qué sucedía", explica Ana.

Gente de pie: "Somos más personas que asientos"

Carmen Pérez, otra joven a bordo del tren, explicaba en redes sociales que a su llegada a Albacete y tras informarles que debían hacer trasbordo "el tren no llegaba y el pobre revisor era incapaz de darnos una respuesta, ni siquiera sabía si iba a venir el AVE. Llevo siguiendo las redes sociales de Renfe y nadie informaba de nuestra línea, lo peor es que pedían respetar las medidas de seguridad cuando ellos no lo estaban cumpliendo. Finalmente, tras 1 hora y media de espera, llega el AVE que viene de Alicante. Subimos al tren y nos dicen "sentaos donde podáis". No caben las maletas y los pasajeros codo con codo. Somos más personas que asiento. Ni siquiera habían sitios para dejar las maletas, gente de pie sin asiento, pasajeros sentados donde se sienta el personal".

A las diez de la noche, Carmen escribe "seguimos sin noticias, no sabemos si vamos a poder llegar a Madrid, ni siquiera ni cuando, ni cómo. Nadie nos informa, nos dan botellas de agua pero muchísima gente no tiene comida".

A las cinco de la madrugada, el tren llega a Atocha, pero ahora el panorama en la ciudad es desolador: ni taxis, ni servicios de transporte público: vuelta a empezar.

"Nosotros llamamos a las compañías de taxi de Madrid, pero los vehículos no circulaban y ni el metro ni el autobús estaban en servicio aún", relata por su parte, Ana Alcántara. Así que su hija, una vez abierto el metro tiene que arrastrar la maleta por las calles repletas de nieve para llegar a la residencia donde vive.

Carmen, mientras tanto, dice en redes sociales: "Actualización de la situación: estamos llegando a Madrid con todo cerrado: no hay ni autobuses, ni taxis, ni hoteles para alojarnos porque somos 300 personas. Lo único que han podido hacer es abrir la línea 1 de metro. Nos acaban de informar de que Renfe ha estado negociando y a los que vivimos a las fuera de Madrid nos van a proporcionar una habitación de hotel. Con los que vivan en el centro pero no cerca de Atocha, no pueden hacer nada".  

El pesar de los viajeros -por lo vivido y sufrido-, no encuentra explicación. Consideran que Renfe debía haber actuado, viendo las previsiones que se han ido anunciando a lo largo de la semana, con mucha más premura, para evitar estas largas horas de inquietud y angustia de los pasajeros y sus familiares. "Sabiendo cómo estaba la situación meteorológica y todo lo que les esperaba, no entendemos cómo no se suspendía el viaje", se lamenta Ana, entre el enfado por el sufrimiento y el alivio tras acabar esta pesadilla.

Calles desiertas e imposible de transitar. Tocó arrastrar la maleta desde la estación de tren.



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