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tribuna libre / OPINIÓN

¿Miedo a las palabras?

Foto: EDUARDO PARRA/EP
6/09/2024 - 

Las apariciones de la Señora diputada por Burgos, actual portavoz del PSOE, vienen articulando una cadena de errores en su hacer pedagogía que, sin duda alguna, dañan gravemente los intereses del PSOE y la información de los ciudadanos. La cosa adquiere tintes de verdadera tragicomedia cuando se pretende hacer valer un argumento que va contra todo supuesto de racionalidad; cuando se trapalea con todo descaro. Este es el caso cuando las declaraciones nos pretenden  ilustrar sobre la singularidad fiscal pactada por el PSOE con ERC y para ello recurre a invocar  la singularidad fiscal de la que disfrutan en Soria, Teruel y Cuenca. La pedagogía no viene gozando de muy buen nombre entre muchos  y, por ello, quienes la hemos invocado reiteramente en nuestra vida profesional, hemos cuidado con mimo los momentos en los que hemos recurrido a algún principio pedagógico para avalar alguna práctica docente. En tal caso, un principio estaba asociado y fundamentando la invocación del principio pedagógico: la verdad siempre, aunque haya salido de una piedra o de un porquero. Señora diputada, sin verdad no hay pedagogía que valga. Lo único que se acrecienta con un uso indebido del recurso a la pedagogía para que algo se difunda y se acepte, es el ridículo. Y quien pierde en un caso como este no es la Señora diputada por Burgos, sino el PSOE. ¿Cuántos votos ha perdido el PSOE en Soria, Teruel y Cuenca de la mano de la Sra. portavoz? ¿Nadie advierte que hay niveles de tergiversación que no se deben asumir, que la vida social no tolera?

Otra protagonista, la Señora Ministra de Hacienda, nos ha reprochado con el empaque y la demasía que suelen tener sus intervenciones que quienes usen el término “concierto” para dar a entender lo firmado con ERC, están en un error. No sólo ha afirmado que lo firmado “no supone ni es un concierto económico”, sino que lanza el anatema moral contra quien no tenga su opinión: ”Cualquiera que diga otra cosa, miente”. Es más,  si quien dice que se ha firmado “un concierto” es el señor Borrell, la Señora Vicepresidenta busca directamente su descalificación y deja caer  que debemos comprender lo que dice, su error, porque “ha estado en los últimos años más dedicado a la actividad internacional”. En un gesto de artificiosa ilustración sale a la palestra para trasladarnos qué se firmó y de lo único que nos informa es de lo que no se firmó. Considero que esta forma de desinformar es una extraña forma de ganar nuestras voluntades cuando estamos ante un grave problema, el sistema de financiación autonómica, que requerirá de la opinión de todos los diputados. En todas estas idas y venidas por las palabras se nos han recordando por parte de algunos portavoces cosas tales como  que “las palabras tienen un significado” que “no hay que tener miedo a las palabras”; por parte otros se ha repetido que “la referencia al concierto es un debate nominal estéril”. A todas estas desde ERC se nos dice que la Señora Ministra de Hacienda “sabe perfectamente qué es lo que firmó: el concierto económico, aunque no lo quiera llamar así”.

Una antigua tradición de pensamiento ha condenado el carácter torticero de quien pretende reconducir  y reducir  un problema grave y real a un debate terminológico. Verdad es que la discusión de un problema siempre requiere acuerdos sobre las definiciones  de los conceptos de los que hacemos cuestión o uso en el debate. Pero cuando se requiere por parte de alguno de los que dialogan la definición de un concepto, v.gr. “singular”, “concierto”, no se debe equivocar este problema, el que palabras usamos para denominar lo que se firmó, con otro: conocer lo que se firmó; quien pretenda reducir el problema a una discusión sobre palabras, solo persigue confundirnos y ocultar lo que pretende lograr. Y esto es difícil porque todos tenemos el documento y ,al releerlo, todos acabamos pensando como Da. Raquel Sans, que la Señora Ministra “sabe perfectamente lo que firmó, aunque no lo quiera llamar así”. Señora Ministra, en ERC no se está dispuesto a pelear sobre si debe llamarse “concierto” o “forma singular”, pero sí que se persigue con toda claridad “impulsar un sistema de financiación  singular que avance hacia la plena soberanía fiscal, basada en la relación bilateral con el Estado y la aceptación, gestión y liquidación de todos los impuestos”.

Tanto la Señora Diputada por Burgos como la Señora Vicepresidenta y Ministra de Hacienda solo han dejado claro el propósito de confundirnos porque tanto la una como la otra no entienden que solo la verdad articula la comunicación política; hace tiempo que la una y la otra solo sirven a un poder. No sólo han puesto al servicio del poderoso todo el entusiasmo del que son capaces; también, toda la verdad.

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