HECHO A MANO / OPINIÓN

Mi suegra y Dios

10/05/2020 - 

Hay dos frases muy de abuela como son Dios mediante y Dios proveerá, dos frases que a mí me sacan de mis casillas porque pienso que nosotros somos los actores de nuestro destino y delegar esta responsabilidad en Dios es como quien confía su suerte a los dados.

Me imagino que en esa época de la postguerra que a nuestros mayores les tocó vivir, similar a la que nos vamos a encontrar nosotros cuando asomemos la patita fuera como en el cuento de Los siete cabritillos, la frase 'Dios proveerá' era como bálsamo para las heridas. Es una manera de centrarse en el presente y calmar tu mente para que no se anticipe a elucubraciones catastróficas acerca del futuro. Posiblemente quiera decir: todo va a salir bien, sólo hay que confiar.  En realidad eso es lo que hay que hacer, vivir el presente, pero no desde la irresponsabilidad de verlas venir, sino desde la acción.

Pero no nos pongamos transcendentales, les voy a contar un secreto, yo soy cartagenera (como dice un amigo mío algún defecto tenía que tener) y vamos a Cartagena muy a menudo. A la vuelta cuando nos despedimos de mi suegra, sus últimas palabras siempre son “hasta la próxima semana, Dios mediante”, frase que siempre me ha exacerbado. ¡Qué mujer más ceniza, señor! Cómo será la cosa que hasta en el tarjetón de boda nos lo hizo poner. Pero ¿qué malo va a pasar de aquí a la semana que viene para que no podamos volvernos a ver? Pues sí, cual pitonisa disfrazada de abuela, llevo más de 50 días pensando que ella lo sabía, lo sabía todo, como suelen saberlo siempre los mayores. Sabía que hay cosas en la vida que aunque no nos guste reconocer no están bajo nuestro control en absoluto.

Así que esas frases que habían caído en desuso cobran ahora más significado que nunca. ¿Vamos a tener trabajo a la vuelta de seis meses? ¿Cuándo vamos a poder abrazar a nuestros padres de nuevo? ¿Vamos a poder tomarnos este verano un quinto fresquito de Estrella en un chiringuito?. Pues mire usted, yo no lo sé pero no se preocupe que Dios proveerá.

Lo que sí tengo claro es que cuando todo esto acabe, me voy a ir a la playa a torrarme al sol hasta quedar como Donald Trump D.M, voy a celebrar un reencuentro con la familia que una boda gitana a nuestro lado va a parecer un funeral D.M., voy a abrazar a mis seres queridos hasta que se pongan azules D.M., voy a ir a un spa y no voy a salir de allí hasta que no  esté 'pa echarme' al cocido D.M.

Querido lector ahora que nos queda menos vaya haciendo su lista de Dios mediante, empiece a preparar con ilusión todo lo que hará usted cuando entremos en la cuarta fase allá por junio, no nos vaya a pillar de nuevo el bicho con los deberes sin hacer. Todo esto, por supuesto,  con el permiso del supremo y de mi suegra. Choni, papá, ya nos queda menos para abrazarnos, Dios mediante.

Gracias por su lectura.

Trinidad Guía Sánchez es Licenciada en Ciencias Económicas, Máster en Dirección y Administración de Empresas y Experta en Ventas.

@GuiaTrinidad Linkedin: Trinidad Guía