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VISIÓN FINANCIERA

Mercados laborales en junio en EEUU: un atisbo de debilidad

Foto: SORA SHIMAZAKI/PEXELS
10/07/2024 - 

En junio, las nóminas no agrícolas principales sorprendieron un tanto al situarse en 206.000, frente a 218.000, pero la creación de empleo en el sector privado decepcionó claramente, al situarse en 136.000, lo que supone un descenso significativo frente a los 193.000 anteriores. Además, las revisiones netas totales de los dos últimos meses ascendieron a -111 000, lo que sugiere una base más débil. El crecimiento salarial se moderó en línea con las expectativas, bajando al 0,3% intermensual, desde el 0,4% anterior. Junto con un ligero aumento de la tasa de participación, hasta el 62,6% desde el 62,5%, la tasa de desempleo también subió hasta el 4,1% desde el 4% exacto, lo que indica que el aumento de la oferta de mano de obra no fue totalmente absorbido por la demanda.

El informe de junio sobre el mercado laboral podría marcar un punto de inflexión en el panorama de la economía estadounidense, que por lo demás se caracteriza por una sólida creación de empleo. Aunque las presiones sobre los precios, impulsadas por los salarios, siguen siendo moderadas, parece que el lento aumento de la oferta se está encontrando gradualmente con la lenta disminución de la demanda. Actualmente, esto parece estar ocurriendo a un ritmo que se alinea con las intenciones de una política monetaria más restrictiva y debería reforzar la confianza en la expectativa de un mayor descenso de las tasas de inflación, de cara al futuro. Sin embargo, con la tasa de desempleo que ahora se sitúa dentro de lo que puede considerarse territorio neutral, esto podría amplificar la recientemente resurgida sensibilidad de los banqueros centrales a las condiciones del mercado laboral. El debilitamiento de la dinámica del mercado laboral tiende a reforzarse a sí mismo, lo que complica la calibración de la respuesta de los bancos centrales. Actuar con moderación demasiado pronto podría ser contraproducente, desde el punto de vista de la inflación, mientras que esperar demasiado podría hacer perder la oportunidad de lograr un aterrizaje suave.

Aunque la situación actual aún no requiere una respuesta decisiva por parte de los bancos centrales, los argumentos a favor de recortes de tipos en los próximos meses se ven ciertamente reforzados. Mantenemos nuestra previsión de un primer recorte en diciembre, ya que creemos que cualquier suavización no deseada puede gestionarse eficazmente con una intervención verbal. Sin embargo, también destacamos que la probabilidad de un recorte de tipos a partir de septiembre ha aumentado notablemente.

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