MADRID. En este momento, numerosos inversores que buscan aprovechar las oportunidades de crecimiento que presenta la crisis sanitaria mundial están cambiando sus posiciones en cuanto a las acciones. Muchos se están deshaciendo de las acciones de Moderna -una de las apuestas más exitosas entre los fabricantes de vacunas- y comprando las de Merck & Company, unas acciones del sector farmacéutico que hasta hace poco iban a la zaga. A continuación, explicamos qué hay detrás de esta tendencia y nuestra opinión sobre qué acciones del sector sanitario son mejor opción de compra.
Las acciones del gigante farmacéutico mundial Merck han subido un 15% durante sus últimas cinco jornadas de cotización después de que la empresa anunciara que su nuevo fármaco molnupiravir, desarrollado conjuntamente con la empresa privada Ridgeback Biotherapeutics LP, ha reducido el riesgo de hospitalización o muerte por COVID-19 en la última etapa de su ensayo clínico.
Si tiene éxito, el molnupiravir sería la primera pastilla antiviral desarrollada específicamente para combatir el COVID-19 que llegaría al mercado. Los demás medicamentos disponibles deben administrarse en un hospital o en un centro de infusión, lo que los pone en general fuera del alcance de todos los pacientes, salvo los más enfermos.
Merck, con sede en Nueva Jersey, va a solicitar a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) una autorización de uso de emergencia en las próximas semanas. Merck cree que producirá suficiente medicamento para tratar a 10 millones de pacientes a finales de este año y más en 2022.
Este posible avance de Merck y su socio llega tras un par de intentos fallidos de encontrar una cura para esta enfermedad. Merck fracasó dos veces el año pasado en su intento de idear una vacuna. También desechó un medicamento que adquirió mediante un acuerdo de 425 millones de dólares meses antes. Más de un tercio de los 11.400 millones de dólares de ingresos de Merck en el segundo trimestre procedieron de su exitoso medicamento contra el cáncer Keytruda, y los inversores suelen desconfiar de las empresas farmacéuticas con una cuota de ventas demasiado elevada de un solo producto, según un análisis del Wall Street Journal.
El Gobierno estadounidense ha acordado pagar a Merck 1.200 millones de dólares por 1,7 millones de cursos de tratamiento, o unos 700 dólares cada uno, si la empresa consigue la autorización de la FDA. Antes de los datos del ensayo, la analista de Mizuho Securities Co., Mara Goldstein, dijo que el molnupiravir podría ser un medicamento de entre 1.000 y 10.000 millones de dólares, dependiendo de lo bien que funcione y de los efectos secundarios que provoque. A unas 15 veces la previsión del beneficio ajustado de este año, las acciones de Merck apenas son caras en comparación con otras acciones del sector sanitario. Las acciones de Merck cerraron este pasado lunes en 83,75 dólares, tras subir en torno a un 3%.
El posible éxito de Merck se percibe como una gran desventaja para Moderna, uno de los valores más apreciados de este año. El cambio se debe a la especulación de que una pastilla para tratar a los pacientes de COVID reducirá la demanda de vacunas. Los analistas de Wall Street habían pronosticado que las vacunas contra el COVID-19 de Moderna reportarían más de 20.000 millones de dólares en ventas este año, para después descender hasta 6.100 millones en 2025.
Las acciones de Moderna se han desplomado un 20% desde el anuncio de Merck. Las acciones cerraron antes de ayer en 316,36 dólares, ascendiendo la valoración de la empresa biotecnológica a casi 133.000 millones de dólares. Incluso antes del avance de Merck en el ámbito del COVID, Moderna iba ya cuesta abajo debido a la preocupación de que sus acciones se han encarecido mucho tras subir más de un 1.500% desde el inicio de 2020. Moderna encabeza la lista de valores del S&P 500 que los analistas proyectan que podrían seguir cayendo este año, según un análisis de CNBC.com.
Afirman que, para solidificar su posición, Moderna tiene que demostrar que su tecnología de ARNm -en la que se basa su vacuna contra la covid-19- es un remedio para otras enfermedades también, abriendo así otras fuentes de ingresos para la empresa con sede en Cambridge (Massachusetts). En una nota reciente, un analista de Oppenheimer decía: "Nos sigue gustando la historia subyacente del ARNm, la tecnología y la ejecución de la gestión. Sin embargo, el cada vez mayor crecimiento de su valoración ha sobrepasado nuestras opiniones actuales sobre la amplitud y la profundidad de esta prometedora historia”.
Dada la atractiva valoración de Merck y el potencial de su pastilla contra la covid-19 para obtener importantes ingresos, sus acciones son una apuesta mejor en este momento. Tras la subida del 1.500% de las acciones de Moderna, estas acciones son ciertamente muy caras, especialmente cuando todas las buenas noticias ya han sido incorporadas al precio y se cierne la amenaza de la competencia.
Haris Anwar es analista senior de Investing.com