MURCIA. Hace años, en el primer curso exclusivo del Ministerio de Educación para las que seríamos las primeras Formadoras en Igualdad, escuché por primera vez a Ángeles Durán. La doctora Durán ya era una reconocida investigadora, Doctora Honoris Causa por varias universidades y autora de varios libros alguno de los cuales yo había leído y subrayado. Aprendí mucho en sus clases. Recuerdo que en una ocasión terminó defendiendo la importancia de aplicar la perspectiva de género para cualquier investigación rigurosa diciendo que incluso al final de la vida había diferencias significativas entre hombres y mujeres y —en plan butade— concluyó: las mujeres morimos más enfermas, más pobres y más solas.
Algunas debimos de hacer un gesto elocuente de asombro, porque se nos quedó mirando, y con datos y estadísticas demostró la veracidad de sus afirmaciones. Simplificando mucho: la esperanza de vida para las mujeres en España es mayor que para los hombres; por tanto, ellos al final de su vida tienen el cariño, los cuidados y la compañía de las mujeres. Casi el 50% de las mujeres que enviudan pierden poder adquisitivo; por tanto, los últimos años de su vida son más pobres; además, al vivir más años tienen más enfermedades, mueren más deterioradas y a esas edades también están más solas.
"España está a la altura de Moldavia y Georgia en atención de cuidados paliativos"
Esta realidad que entonces me asombró estudios posteriores la han confirmado rotundamente y hoy me ha venido a la mente escuchando que España está a la altura de Moldavia y Georgia en atención de cuidados paliativos para las personas que los necesitan. Al parecer, nuestro país no cuenta con una ley que recoja y regule este tipo de cuidados que algunos confunden con cuidados terminales, aunque se trata de abordajes diferentes de la enfermedad.
Los cuidados paliativos forman parte del derecho humano a la salud y supone facilitar al enfermo los cuidados médicos, psicológicos, emocionales y espirituales que precise; no son cuidados terminales y son beneficiosos también para los familiares. El Gobierno de España se ha puesto manos a la obra para hacer una ley pero, mientras llega, los datos del Sistema Nacional de Salud (SNS) indican que unas ochenta mil personas al año requieren esos cuidados y no los tienen. Y las previsiones señalan que en los próximos quince años la cifra de "no atendidos con cuidados paliativos se duplicarán".
Para no alarmar no daré los datos de nuestra Región —que son de pena— pero aquí el futuro pinta mal.
Como no pienso migrar a otra Comunidad con mejores servicios —varias, por cierto—, de momento he decidido avisar a quienes me leen, avisados están, cuidarme a tope y mantenerme sin muchas pejigueras los próximos quince años.
Y es que no me seduce nada, nada, lo de más enfermas, más pobres, más solas y ¡encima sin paliativos!
Rosa Peñalver Pérez.
Docente. Jubilada.