MURCIA. La emergencia sanitaria ha destapado como nunca las dificultades que afrontan los hogares sustentados por un solo progenitor, reavivando la reivindicación histórica del establecimiento de un marco regulador que dote de protección a las familias monoparentales. En efecto, si las personas al frente de una familia monoparental ya encontraban importantes obstáculos para acceder al mercado laboral y compatibilizar su vida personal y profesional, hoy estas dificultades se ven seriamente agravadas con la pandemia.
Por un lado, las redes de apoyo de familia y amigos se han visto drásticamente reducidas, complicando aún más el reto de la conciliación de los hogares monoparentales e impidiendo que puedan desenvolverse en igualdad de condiciones. Por otro lado, una parte importante de los sectores de actividad se han visto castigados por la crisis económica, incrementándose las cifras de desempleo y la incertidumbre laboral.
#EmergenciaPorElEmpleo, cuya misión es ayudar a personas que se han visto afectadas por la crisis económica de la covid-19 -entre ellas las familias monoparentales, cuya situación es especialmente complicada-, la Fundación Adecco, con la colaboración de Endesa, presenta el informe Monoparentalidad y empleo, con el objetivo de visibilizar la situación de estos hogares, dando pie al desarrollo de iniciativas dirigidas a su inclusión laboral.
El presente análisis basa sus conclusiones en una encuesta a 900 mujeres al frente de una familia monoparental, en riesgo de exclusión, de las cuales 60 son de Murcia. Para la recogida de datos, han colaborado la Federación de Asociación de Madres Solteras (FAMS), la Asociación de Madres Solteras por Elección (MSPE), la Asociación de Familias Monoparentales de la Comunidad Valenciana (AFaMo) y la Fundación José María de Llanos.
Las más vulnerables ante la crisis
Según la Encuesta Continua de Hogares (INE), hoy se contabilizan en Murcia 52.600 hogares monoparentales, el 10% del total de hogares en la región. Por otra parte, las familias monoparentales tienen mayoritariamente rostro femenino: un 83% está encabezada por una mujer.
Y a la luz del 8º Informe Anual sobre el estado de la pobreza y la exclusión social en España, de EAPN, constituyen el tipo de hogar que soporta una mayor tasa de pobreza. Concretamente, del 40,6%, casi el doble que la media general, del 20,6% y 16 puntos porcentuales más que la tasa de pobreza de las familias nucleares (dos adultos con uno o más niños dependientes, cuya tasa es del 24,1%).
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, "los sectores de la población que parten de una situación de pobreza más acusada son también los más vulnerables ante cualquier crisis. Es por ello que nos preocupan especialmente los efectos económicos de la COVID-19 sobre las familias monoparentales, cuyas consecuencias se extienden, además, a las nuevas generaciones, exponiendo a sus hijos a situaciones de desigualdad que pueden suponer un estigma para su futura inclusión social y laboral".
En este sentido, añade que "en esta coyuntura, las empresas y Administraciones Públicas tenemos que apoyar la implementación de medidas urgentes y extraordinarias, demostrar amplitud de miras y ser coherentes con la Agenda 2030, para no dejar atrás a las familias monoparentales y evitar la cronificación de su pobreza y la de sus hijos".
¿Cómo afecta la covid-19 a las murcianas de familias monoparentales?
La presente encuesta ha realizado una aproximación a los efectos de la crisis económica de la covid-19 sobre las mujeres que encabezan familias monoparentales. Durante el Estado de alarma y el confinamiento, muchas de ellas se han visto abocadas al desempleo u obligadas a agotar permisos y vacaciones, reducir su jornada o solicitar excedencias forzosas, con la consiguiente merma de sus ahorros y calidad de vida.
Hoy, siete meses después de la parte más dura del confinamiento y tras un verano atípico, la mayoría de las madres (86%) afronta el otoño con estrés psicológico, desmotivación, tristeza y apatía, según una encuesta de Malasmadres y DKV. Una situación que se ve agravada en el caso de las mujeres al frente de una familia monoparental.
Con todo ello, una conclusión se impone con rotundidad: la mayoría de las murcianas que lideran familias monoparentales (80%) ha visto empeorar su situación laboral y económica con la pandemia. En concreto, un 12,5% estaba trabajando en la economía sumergida y perdió su trabajo sin derecho a prestación; el 20% se vio afectada por un ERTE; el 12% tuvo que reducirse la jornada, agotar vacaciones o pedirse excedencia, de manera forzosa; un 3% era autónoma y/o se vio obligada a abandonar voluntariamente su puesto de trabajo, ante la imposibilidad de compatibilizar con el cuidado de sus hijos, y otro 32% estaba en búsqueda activa de empleo y vio cómo se paralizaban los procesos de selección en los que estaba participando.
Por último, un 20% destaca que no le ha afectado esta crisis al haber podido conservar su empleo presencial o telemáticamente. Este impacto en la esfera laboral repercute directamente en su calidad de vida, exponiendo a las familias a la privación material, cuyo desencadenante directo es la pobreza. De este modo, un 79% de las murcianas manifiesta algún grado de dificultad para llegar a fin de mes. En concreto, un 30% termina el mes "con mucha dificultad"; el 36,8% con dificultad y el 12,5% con cierta dificultad.