MURCIA. Lucas Vidal sigue demostrando hasta dónde puede llegar con la música. Con 25 películas a su espalda y tras poner la banda sonora a importantes superproducciones de Hollywood como Fast & Furious 6, acaba de llegar a Castellón para presentar su primer álbum como artista, Karma. El madrileño, ganador de dos Goya -por Palmeras en la nieve y Nadie quiere la noche- decidió hace dos años aparcar algunos de sus proyectos cinematográficos para, como dice, "modernizar el sonido orquestal". En su propuesta se atreve a tender un puente, para muchos impensable, entre éste y la música electrónica. "Me gusta no anclarme en un solo sonido", defiende el artista.
Bajo esa premisa, el músico atiende a las preguntas de Plaza para hablar de los cambios en la industria cinematográfica y desvelar algunos 'secretos' sobre cómo es producir la banda sonora para productos de masa, como la serie de Netflix Élite. Eso sí, en su versátil currículum también cabe la composición de un tema musical para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, por el cual recibió un Emmy.
-¿Ser un buen compositor de bandas sonoras garantiza ser bueno también en la creación de una música completamente propia?
-Depende de cada compositor, pero normalmente los que hacemos bandas sonoras también podemos inventarnos nuestra propia historia y narrarla con la música, que es lo que yo he hecho con Karma. Un álbum propio ya como artista, donde junto dos mundos tan distintos, pero más en común de lo que pensamos, como son la música orquestal y la electrónica.
-Tu álbum se empezó a fraguar al mismo tiempo que te llegó la oportunidad de trabajar con Raphael en 2018, ¿Cuánto de lo que hiciste para su álbum Resinphónico ha terminado salpicando tu proyecto?
-Bueno pues la realidad es que está bastante influenciado, porque empecé a hacer Karma y ya entonces me llamó Raphael para pedirme que produjera su trabajo. Fue muy orgánico.
-¿Te sorprendió a ti tanto como a su público que quisiera llevar temas como 'Mi gran noche' a la electrónica?
-Sí, pero la intención en ese proyecto era precisamente modernizar su sonido y llevarlo a otras épocas.
-¿Te han llegado a raíz de esto propuestas de otros cantantes?
-Sí, pero estoy muy metido en lo que es mi propio disco.
-Hablemos pues de él. En Karma has querido llevar el sonido orquestal a la electrónica, y viceversa. ¿Pero, encaja este disco más para salir de fiesta o para escucharlo tranquilamente en un auditorio?
-Creo que encaja en ambos ambientes. Tiene un elemento contemplativo que puede ser interesante de llevar a cabo en un concierto, pero también es interesante para poder presentar en festivales electrónicos. Es ese tipo de música que te permite estar sentado mientras la escuchas, pero también moviéndote en un festival.
-¿Le hacía falta al sonido orquestal este proceso de modernización?
-Sí, al mundo clásico le viene bien poder atraer a un público que de otra manera no iría al teatro. Es lo que pretendía con mi trabajo. Hacer que la gente que escucha música electrónica entrara a un teatro y pudiera así escuchar además música clásica y al revés, facilitar a un público acostumbrado a un entorno clásico apreciar la música electrónica. Mi trabajo nace de las ganas de fundir estos dos mundos.
-A Castellón llegas con una propuesta visual que promete sumergir por completo al espectador en lo que cuentas. ¿Cómo lo conseguirás?
-Con una propuesta muy inmersiva. Realmente yo no estaré en el escenario como un artista, seré un elemento más de la experiencia audiovisual que habrá. A partir de aquí, de la música y de los audiovisuales que utilizaré, cada uno ha de interpretar lo que se allí pase como quiera, ya sea relajándose o todo lo contrario.
-Aparcar los diferentes proyectos cinematográficos que tenías entre manos para dedicarte a tu primer disco te supuso muchas noches de insomnio. Sin embargo, parece que Karma no está funcionando nada mal. En Spotify, temas como 'Run' o 'Hapinnes' cuentan con más de 150.000 reproducciones. ¿Te sientes satisfecho?
-Estoy muy contento, no esperaba que a la gente le gustara tanto. Por eso me apetece aún más el directo. Tengo la suerte de contar sobre el escenario con cinco músicos maravillosos. [Raúl Traber al clarinete; Julia Oszechowska al violonchelo; Javier González a la trompeta; Abel Nafee a la viola y Marta Roca al violín.]
-Hablemos de bandas sonoras. Después de trabajar en superproducciones como Fast & Furious', ¿Qué es lo que más echas de menos de Hollywood?
-Realmente, ahora estoy muy feliz aquí. Decidí volver a España, pero mantengo el contacto con proyectos norteamericanos. Y qué decir, hay también que apoyar la cultura y el cine español, porque son una auténtica maravilla y están en un momento muy bueno.
-¿Qué fue lo más complicado de trabajar para una superproducción como esta?
-Hay mucha gente opinando, a la hora de hacer proyectos en España es todo más directo. Y de alguna manera esto era lo que quería con el álbum que he sacado. Dirigir un mensaje totalmente directo al público con la música que yo hago, sin intermediarios.
-Seguramente te han pedido muchas veces que improvises una banda sonora... No sé si conoces la obra del artista castellonense Ripollés, pero ahora que se ha anunciado que harán una película de animación inspirada en sus figuras, ¿cómo te imaginas su banda sonora?
-Sería difícil, no sé decirte qué tipo de música pondría, pero me inspiraría seguro en el expresionismo alemán. Desde luego sería algo abstracto.
-¿Algún consejo más para crear un BSO de 'Goya'?
-Lo fundamental es entender el proyecto que tienes entre manos para sabe qué sonoridad buscar y con esa base ya se empieza a desarrollar la música. Siempre siempre lo más importante es entender el guión y la trama de los personajes, porque hay que seguir ese hilo.
-Amazon anunció este miércoles que ha comprado por 8.450 millones de dólares el estudio de cine Metro-Goldwyn-Maye. ¿Hay que empezar a asumir como algo positivo la convivencia entre las plataformas de streaming y el cine?
-Sí, al final hay que entender cómo es el negocio y tratar de que convivan las salas, a las cuales yo apoyo, con la manera en la que la gente prefiere consumir el cine desde sus casas. A partir de esta realidad hay que llegar a un entendimiento entre todos. Sobre la compra no tengo una opinión formada, no sé del tema. Pero indudablemente es una realidad que las plataformas de streaming, como Netflix o Amazon, tienen mucho poder en el sector.
-Decías que es un buen momento para el sector en España, ¿por qué?
-Sí, yo creo que son buenos días. Cada vez se consume más cine español. A la gente eso de ver películas y series nacionales ya no les suena a 'chino'. Tenemos además técnicos increíbles, directores con visión internacional y también historias internacionales que se venden a otros países, a los cuales les gusta y quieren consumir lo que aquí se cuenta. Tenemos el caso de Élite, que ha sido un boom mundial, pero hay muchos más proyectos. El cine y el talento español cada vez está más internacionalizado.
-Además de tus conciertos, ¿en qué proyectos cinematográficos estás trabajando ahora mismo?
-Estoy muy enfocado con Karma, pero a parte de esto estoy metido en varias series como Paraíso, sigo con Élite... también estoy trabajando en una película que se llama Amor de Madre, una serie de Netflix llamada Eden, y en la banda sonora de un ballet.
-¿Alguna cosa más que transmitir a los lectores?
-Siempre me gusta animar a la gente joven a desarrollarse a nivel artístico y a que sigan sus instintos. Creo que en 2021 ese concepto de tener que estudiar una carrera tradicional se ha quedado muy atrás. Lo que tenemos que hacer es apoyar a nuestros hijos a desarrollarse.