MURCIA. "Ni en París, ni en Milán; el almacén de vintage de tus sueños está en Murcia". Este es uno de los titulares que la conocida revista especializada AD le ha dedicado a la interiorista, decoradora y restauradora Isabella Bo, una murciana formada en Bellas Artes que ha convertido en una auténtica cueva de exquisitos tesoros una nave industrial de Rincón de Seca (allí se fabricó dulce de membrillo desde la Primera República hasta la Guerra Civil, cuando se paró la actividad, habiéndose mantenido intacta desde entonces). En este marco singular, esta cazatesoros ha creado un universo propio plagado de joyas vintage que ha recuperado -procedentes de distintos puntos de España y Europa- para darles una nueva vida.
Isabella Bo -quien desde hace unos cinco años es, además, una fija en la lista de lugares recomendados por AD- es una de las participantes este miércoles en el primer 'Momento Alhambra' de la temporada de Murcia Inspira, donde presentará su proyecto, junto con el de la firma de jabones artesanales Tiger Lily, comandada por Isabel Hernández, y el trabajo fotográfico Greenwashing, del dúo que forman Pascual&Vincent. La cita -que girará en torno a la sostenibilidad ambiental, social y económica- tendrá lugar en Juno Rock-Bar (20.00 horas), con acceso gratuito hasta completar aforo (las invitaciones pueden descargarse a través del Instagram de Murcia Inspira).
En este marco, Isabella Bo -alter ego de Isabel Giménez- explicará cómo pasó de trabajar como decoradora para grandes empresas dedicadas a la importación de piezas de China -donde primaba la producción masiva y una cultura de consumismo, del usar y tirar, y de precios bajos- a dar forma a un proyecto en el que se rescata unos objetos con historias pasadas que contar y se les proporciona, al mismo tiempo, un futuro que seguir escribiendo dentro de una economía circular y de reciclaje.
Fue en Praga, ciudad en la que se estableció junto a su familia durante varios años, donde nació Isabella Bo. Allí, esta apasionada de las antigüedades encontró piezas maravillosas con las que soñar diferentes y bellos escenarios. Decidió montar un web y una tienda online donde poner estos tesoros a disposición de los amantes de la deco vintage y, al mismo tiempo, ser fiel a sus propios valores. Ya de vuelta a Murcia, y tras pasar por un primer almacén, encontró la nave industrial donde trabaja actualmente y que la familia propietaria había mantenido intacta como exponente de la historia conservera de Murcia. Se enamoró de su "luz catedralicia", de su cristalera característica de las construcciones industriales y de la atmósfera tan evocadora que se respiraba en el espacio.
La decoradora y restauradora murciana es lo que en inglés se conoce como una treausure hunter, una cazatesoros, que acude al origen para recuperar exquisitas piezas (suelen ser las propias familias, además de en subastas; pero nunca a ferias). Esto hace que logre precios en ocasiones muy buenos, lo que luego repercute en la pieza final que ella vende. "Muchos se sorprenden de que los precios no sean tan caros como pensaban, pero todo depende de lo que me haya costado a mí" , explica. De hecho, a ella acuden anticuarios de Madrid y Barcelona. Además, tiene clientes de muy diferentes procedencia que viajan a Murcia expresamente para visitar su nave -que no tiene horario comercial, sino que hay que acordar una cita con ella previamente-, bien porque conocen su trabajo por las redes sociales -donde muestra artísticas escenas y bodegones- o porque lo han visto recomendado en AD. Reconoce, no obstante, que no fue fácil en un primer momento atraer clientes desde Murcia.
Una parte importante de su trabajo es conocer la historia de la pieza de decoración que va a recuperar, los vínculos con la familia, las historias que cuenta y lo que puede inspirar a su futuro propietario. "Es la parte más poética, más evocadora", apunta Isabella Bo, a quien le apasiona la investigación de las diferentes épocas a las que pertenecen sus tesoros. Al mismo tiempo, entra en juego la sostenibilidad con la que se vuelve a dar un nuevo uso a la pieza.
El espacio los tesoros vintage de Isabella Bo está abierto, además, a otros eventos, como comidas, sesiones de fotografía e, incluso, conciertos. "Le doy vidilla", afirma ella.
