REPORTAJE

Los taxistas no pueden más: "Según pasan las horas, me cae más el ánimo"

5/04/2020 - 

MURCIA. Las ciudades continúan tristes y vacías por el confinamiento, y el tiempo lluvioso y nublado que ha acompañado algunos días no ayuda a desprender a la urbe de un escenario sombrío. Pero las calles aún cuentan con algunos que deambulan por ella en busca de un respiro. O, mejor dicho, una búsqueda desesperada de un ‘sueldo’ o algo que se le parezca. Los taxistas componen uno de los grupos de perjudicados de esta pandemia, que no tienen trabajo y tampoco apoyo.

Al igual que muchas empresas, varios de ellos han tenido que someterse a un ERTE. En la zona de Cartagena, por ejemplo, se ha tenido que suprimir el turno de noche que daba empleo a cinco mujeres, en el que dos de ellas han sido cesadas de su trabajo temporalmente. Ahora, el resto de compañeros y debido a la falta de demanda, no les ha quedado otra opción que hacer guardias durante las noches, aunque pocas veces ya se les interrumpe el sueño, por lo menos, no debido a una llamada.

Algunos taxistas no están trabajando por decisión propia. Unos por seguridad, y otros porque pueden ‘aguantar’ económicamente un tiempo sin hacerlo. Pero también están los que necesitan llegar a fin de mes. Uno de ellos es Eusebio Rodríguez, que además es presidente de Radio Taxi Cartagena. Este directivo cuenta que, de media, están circulando unos 50 taxis al mes mientras que el numero de taxis activos en la zona de Cartagena, La Manga y diputaciones suele ser de unos 170. Es decir, alrededor de un 60% de los taxis están aparcados en casa.

Esto supone unas pérdidas que para ellos son ‘desastrosas’. Han pasado de recaudar unos 80 euros aproximadamente a acabar el día con 20 o 25 euros en la caja. Eusebio comentaba que, en una jornada de ocho horas, sólo obtuvo once llamadas. “Salgo por las mañanas con ganas de trabajar, pero conforme van pasando las horas se me va cayendo el ánimo”.

Esta situación debe ser dura y desesperante para ellos. Muchos salen bien temprano y cogen el coche, esperando que así puedan tener algún ingreso matutino. Eusebio está disponible desde las ocho de la mañana, y lamenta que tres horas y media más tarde sólo había obtenido cinco euros. Parece ser que en estos casos más que nunca, se cumple el refrán que dice que “no por madrugar amanece más temprano”. Pero ya no tienen más que perder y todo se basa en la esperanza de conseguir unos euros más.

No sabrían decir la ruta más concurrida estos días, ya que ‘concurrido’ es un adjetivo que no es aplicable en esta situación. Pero sí que es cierto que los servicios se basan sobre todo en recoger a personas que vuelven de hacer la compra, o en llevar a los clientes a centros médicos o a hospitales. Antes, incluso alguien les decía que iban a trabajar. Pero desde que las restricciones paralizaron también a los trabajos no esenciales, ya no se ven trabajadores llamando a los taxis.

"Ojalá pudiera llevar gratis a los sanitarios, pero es imposible"

Donde sí que han notado un aumento, ha sido en las llamadas de sanitarios, muchos de ellos preguntando si realizan servicios gratuitamente. Lamentan que, por el momento no pueden transportarles gratis, ya que su economía no lo permite. Y que esto está al ‘libre albedrío’ de cada uno. Eusebio lamenta que, tener que pagar los impuestos, cargas sociales y seguros no es compatible con acercar y recoger a los sanitarios, pero que le encantaría. Claro está que el nivel de ingresos de un taxista regional no es el mismo que el de un taxista de una ciudad como es Madrid, por ejemplo. “Nosotros no habíamos salido de esta crisis cuando ya estamos sumergidos de lleno en otra”.

Pero ello no quiere decir que no se solidaricen: a pesar de sus dificultades, varios taxistas de Cartagena están dedicando sus días libres a realizar servicios gratuitos para los médicos del centro de salud de Los Dolores, en aquellos casos en los que tienen que acudir a visitar a los pacientes que no se pueden desplazar. Así, los médicos evitan que sus propios vehículos tengan riesgo de infectarse y tampoco pierden el tiempo que conlleva esterilizarlos.

Desprotegidos dos semanas

Este proceso de desinfección y prevención de contaminación de los vehículos sigue un mismo protocolo: sólo puede subir una persona, y debe sentarse en el lado trasero derecho del taxi. Cuando la persona ha finalizado su trayecto, el conductor desinfecta con mezcla hidroalcohólica todo lo que el cliente haya podido tocar, desde el asiento, el tirador… sin olvidar la parte trasera del asiento del copiloto, ya que es el lugar donde más puede adherirse el virus. 

Debemos garantizar que el taxi es un espacio seguro tanto para los clientes como para nosotros, que nos pasamos todo el día dentro de él”, apuntaba este taxista. “También recomendamos que no paguen en efectivo, en primer lugar, por higiene, y en segundo lugar porque cada vez que toco un billete siento la necesidad de tener que lavarme las manos”.

Los taxistas se sienten expuestos al virus. Tienen miedo de caer enfermos, pero no les queda otra opción que seguir tirando del carro. El hijo de Eusebio es diabético y él hipertenso, los que les clasifica en el grupo de ‘pacientes de riesgo’. “Llevo mi protección; guantes, mascarilla, gel… pero aquí nadie sabe dónde va a saltar la liebre y tenemos miedo”.

“Estamos recogiendo a gente del hospital Santa Lucía y a lo mejor nos comentan que es para recoger a un positivo o posible positivo en coronavirus, es decir, una persona que va directa a casa a ponerse en cuarentena. En estos casos, le preguntamos al taxista si quiere hacer el servicio y esta decisión es libre. Pero yo, por ejemplo, no puedo permitirme el lujo de decir que no. Esto es más duro de lo que pueda parecer”.

La cara ‘B’ es la de los pagos a los que se tienen que afrontar los taxistas. Eusebio se ha estado informando acerca de las posibles ayudas que el Gobierno ofrezca, pero afirma que para recibir ayudas están pidiendo mucha documentación, que no es barata precisamente. “Uno de los papeles que nos habían pedido era el del registro de la propiedad, que cuesta entre 45 y 50 euros. “Me parece una barbaridad. El Gobierno está hundiendo a la pequeña y mediana empresa, justamente a aquellos que realmente levantan el país”. Y decía que, si los ingresos le habían disminuido en un 65% o más, puede solicitar una paga de 660 euros que, en el caso de recibirla, le permitiría no pagar la cuota de autónomo.

La desprotección la han pasado algunos taxistas y otros la pasan aún. Hasta hace pocos días no han recibido por su parte ningún tipo de medida de seguridad. Eusebio, como presidente que es, solicitó al ayuntamiento de Cartagena que le distribuyera unas cuantas mascarillas para él y sus compañeros. “La respuesta que me dieron fue que no tenían ni para la Policía Local. A mí me sentó muy mal esa respuesta, ya que me dieron a entender que la vida de un policía valía más que la de un taxista. Finalmente fue nuestra asociación la que se encargó de comprar las mascarillas". Así, mientras muchos compañeros estaban protegiéndose la cara con papel de servilleta, en el caso de los taxistas de Cartagena las recibieron hace unos días facilitadas por el Ayuntamiento.

Esta es la personificación de la situación por la que muchos conductores están pasando en España y en la Región de Murcia. Una situación de la que, por desgracia, no se van a escapar airosos por el momento.